Ver a Kiko Matamoros siendo “hipnotizado” en Telecinco ha superado la poca credibilidad que tenía el programa “Sálvame”. Como espacio de entretenimiento sigue cumpliendo su misión, pero ahora ya no se puede considerar a sus protagonistas como periodistas o colaboradores. Son actores con muchas tablas.

En la vida real, algunos creen en los espíritus, otros en los videntes, otros en que se puede ser hipnotizado, en que una máquina sabe si mientes… En Telecinco, todos creen en todo. Excepto Rosa Benito (la que fue cuñada de Rocío Jurado), que comentó que no cree en los polígrafos, el resto de trabajadores de la cadena se muestran muy serios hablando de estos temas. Todo resultaría más creíble si hubiese alguna voz disidente, no de la ejecución en sí, sino de pensar que no existen los fantasmas, por ejemplo. El dinero dicta mentalidades.

Dejando a un lado que los nervios ante las cámaras puedan alterar los resultados de un polígrafo, que se necesite intimidad y tranquilidad para poder hipnotizar a alguien (y no todo el mundo puede), y que ya es casualidad que los espíritus acudan a Telecinco al antojo de la médium Anne Germain, la sesión de hipnosis del viernes del colaborador Kiko Matamoros es de los momentos más vergonzosos de la televisión de los últimos años. Matamoros hasta apretaba los labios para evitar gritar como siempre hace. Eso sí, tuvo que terminar con un gran dolor de espalda.

El culmen llegó cuando el hipnotizador, para demostrar la veracidad del proceso, le dijo a Kiko que no podría hablar por mucho que lo intentase. Así, Kiko se quedó callado y quieto ante las preguntas. Era tan absurdo que el hipnotizador hasta le pidió que intentase hablar, como recordándole a Kiko que debía abrir la boca para hacer el paripé. Que no se rieran en ese momento es algo muy loable. Demuestra lo buenos actores que son todos los participantes, que después trataron la sesión como algo totalmente serio.

Pero no es la única vez que se le ha “visto el plumero” a Telecinco. Hace unos días, también en “Sálvame”, comentaron que en el reality “Supervivientes” a veces repetían conversaciones o riñas si las cámaras no las habían grabado bien. Olé, ya se sabe para los próximas ediciones.
Además, los colaboradores del programa de Jorge Javier Vázquez se insultan un día y al siguiente se abrazan. Que revisen el guión, que se les está desmoronando y cada vez tienen menos sentido las tramas. De todas formas, gracias a “Sálvame” por esas tardes de risa frente al televisor. Ya ni siquiera ponen vídeos del corazón, su inventiva es suficiente para llenar 4 horas diarias de la parrilla. Lo único que les queda es una abducción extraterrestre en directo, tiempo al tiempo.