La selección española perdió en otro amistoso contra un rival de entidad como Italia. No por su equipo (carece de grandes estrellas y las que tiene como Pirlo no aguantan 90 minutos al máximo) sino por su historial de tetracampeona del mundo. La azurra dominó durante la primera parte y acabo ganando el partido con suerte tras un rebote en Javi Martínez.
No es tan grave perder contra Italia como visitante. Es una de las selecciones que siempre compite bien y más estando en casa. Lo malo del asunto es que España no está dando la imagen que cabría esperar después de conquistar el título en Sudáfrica. Que los amistosos sólo se salden con victoria ante EEUU y Venezuela y detrás haya goleadas como la de Argentina o Portugal no es buen resultado.
No vale decir que antes ganábamos los amistosos y perdíamos los títulos y ahora pasa al contrario. España ha llegado a un estatus privilegiado y por ello hay que exigirle. La selección de baloncesto no deja de ganar amistosos por haber ganado títulos (hace dos noches le dieron un baño a Francia).
Ahora jugar contra España es el mayor reto y para los rivales es una victoria ganarnos. De la misma forma que nosotros celebramos el juego de España cuando nos enfrentamos por última vez a Inglaterra o a Italia. Siempre gusta vencer contra los grandes y si la selección quiere ser respetada no puede dar esa imagen.
Del Bosque tiene que poner remedio a los problemas que acusa el equipo. Contra Italia la defensa acabó siendo pura improvisación y es una zona del equipo a renovar si se marcha Puyol. A Monreal le faltan partidos para ser titular y Piqué no tiene sus mejores partidos últimamente con La Roja. En la delantera Torres no acierta ni en el Chelsea ni en la selección y todo el peso cae en Villa.
Un equipo como La Roja con jugadores de tan alto nivel y con tantos títulos debe sobreponerse a la presión de ser campeón del mundo y defender el cetro como se merece. Queremos poder seguir presumiendo de ser campeones del mundo también en los amistosos.