Casi sin respiro después del carrerón de Nurburgring, llegamos a Hungaroring, un circuito que a priori no tiene muchos alicientes, encierra en sus curvas toda la magia de la F1.
Curva y más curva.
El trazado magyar es coto, revirado, estrecho y lleno de desniveles. A primera vista parece que estamos en una pista de Karts, y cuando nos ponemos al volante esa sensación se acrecienta aún más. Destaca, en el primer sector una primera curva a derechas, de segunda velocidad y un viraje a izquierdas en bajada que se toma en tercera. El segundo sector encierra la mayor dificultad técnica, chicane incluida. El tercero es una combinación de curva rápida y lenta que culmina en la famosa curva de meta, un “codo” a derechas, que se cierra en su salida y en el que es vital una buena tracción para conseguir los tiempos.
Con estas características adelantar en el Hungaroring ya no es difícil, es directamente una proeza reservada al alcance de las manos más expertas. El punto ideal de adelantamiento es, en buena lógica la recta de meta. Pero como muchas veces la f1 carece de lógica, el segundo y tercer sector ofrece dos buenas frenadas en las que podremos meter el coche. El DRS se ha situado justo a la salida de la última curva, haciéndose nuevamente muy necesario tener un coche que traccione fuerte.
Set Up de manual.
Al no tener grandes rectas no necesitaremos una velocidad máxima elevada y sí una caja de cambios para poder exprimir a potencia del monoplaza en las curvas rápidas del circuito. En cuanto a la aerodinámica lo óptimo sería una alta carga delantera y una trasera media, ya que si nos pasamos en la trasera sufriremos de subviraje y poca velocidad en recta.
No obstante el apartado que marca la diferencia vuelve a ser el de la tracción. Un coche con una buena salida de curva lenta tiene mucho ganado en este circuito. Por lo que las escudería que fueron bien en Mónaco, aquí deberían estar delante. Tanto Ferrari como Mclaren tienen monoplazas con un buen agarre mecánico e irán bien en el primero y tercer sector. Si Red Bull sigue manteniendo su ventaja aerodinámica debería ser el más fuerte en el segundo. Equipos como Williams o Force India con monoplazas muy duros de suspensión, sufrirán y puede que Sauber y Toro Rosso puedan hace valer su motricidad en un circuito donde la velocidad punta no pueda ser un problema para ellos.
Nadie se rinde.
A estas alturas del campeonato cada escudería ha pasado su “Rubicón” particular. Por fortuna para el espectáculo ni Ferrari ni Mclaren han tirado la toalla y siguen evolucionando sus monoplazas mientras que la escudería energética parece haber tocado techo en el desarrollo del RB7. La distancia de vettel es casi insalvable pero el esfuerzo de ambas escuderías por sobreponerse a sus problemas y ofrecer a los dos mejores pilotos de la parrilla actual (Alonso y Hamilton) un cche a la altura que le permita luchar por victorias es elogiable y un aviso de que lo que viene en el futuro será más y mejor.