Lewis Hamilton se hizo con el GP de Alemania en una intensa lucha entre las tres escuderías punteras del campeonato. Alonso superó de nuevo a los Red Bull, pero la consistencia del MP4-26 fue un muro insalvable para el asturiano. Vettel, líder incontestable del campeonato, no pudo ejercer de profeta en su tierra consolándose con la cuarta posición.

La clasificación completa en la web oficial de la Fórmula 1

Alemania ha visto el renacer de McLaren. Detrás Alonso. ¿Fin del monopolio taurino? (AGENCIAS)

Avisó primero con una magnífica segunda plaza el sábado, y lo confirmó un día después con una nueva victoria cuando nadie le esperaba. Hamilton vuelve a beber champán gracias a una carrera perfecta, donde la escudería británica consiguió invertir la inercia negativa de las últimas semanas para poner sobre el asfalto un monoplaza fiable y competitivo.

Su gran rival histórico también tiene qué festejar. Fernando alcanzó el segundo peldaño adelantando a los dos Red Bull, y ratificando la mejoría evidente de un F150º cada día en mejor forma. Si bien la lucha por el Mundial es utópica, la victoria en cada GP parece no estar ya decidida de comienzo.

Una vez más, y algo que la F1 necesita urgentemente, tres escuderías distintas lucharon codo con codo por una carrera que volvió a recordarnos que el ‘Circo’ es también un deporte. Se quedó la grada alemana con ganas de ver a su ídolo luchando con los mejores. Problemas con los frenos y un error al pisar la línea blanca retrasaron a Vettel hasta una cuarta plaza que, de todas formas, lo mantiene como líder confortable del campeonato.

La nueva F1 no necesita agua
Unas pocas gotas provocaron la alarma en los garajes poco antes de dar comienzo al espectáculo. Sería una amenaza estéril, pero afortunadamente ya no precisamos de líquido para recrearnos con un GP tremendamente disputado.

Lewis cogió el liderato en una gran salida que dejaba a Fernando tercero. Un error en la segunda curva del español, con el posterior adelantamiento de Vettel, permitió ver una escena impensable a comienzos de año. El F150º superaba en pista al actual Campeón del Mundo, que posteriormente perdería contacto con Alonso tras pisar la línea blanca y cruzar el monoplaza.

La carrera dibujaba ya los dos focos de atención que se mantendrían hasta la última vuelta. Por delante, el trío Hamilton - Webber – Alonso luchaba por la victoria, mientras el líder del Mundial y Felipe Massa comenzaban su marcaje eterno por la cuarta posición.

Hamilton saca el látigo
La batalla fue preciosa. Un doble adelantamiento entre Webber y Lewis dejaba claro lo ajustado de las máquinas. La primera parada dejó a Felipe Massa (todavía sin pasar por el garaje) por delante de un Webber que veía como la posibilidad de distanciar a sus rivales iba a ser un reto demasiado exigente.

Alonso y Hamilton se acercaron, décima a décima, a un Red Bull poco habituado a la competencia. Para el segundo pit las posiciones se invirtieron drásticamente. Alonso salió del garaje liderando la carrera, pero con un Ferrari siempre lento a la hora de calentar las gomas, no pudo resistir el envite de Hamilton. Fue el momento clave de la carrera, que ya no volvería a cambiar las tres primeras posiciones.

El ritmo de Hamilton fue brutal, sin opciones para nadie, marcando vueltas rápidas y manejando con suma facilidad una distancia de tres segundos sobre el bicampeón español. Gran victoria para el inglés, que se agarra a la tercera posición del Mundial.

Algo sigue cambiando en la F1. Mientras Vettel mantenga su fiabilidad sobre el asfalto el título será un sueño inalcanzable para otro aspirante, pero con Ferrari mejorando día a día y si McLaren mantiene lo mostrado en Nürburgring, las carreras prometen hacernos olvidar la monotonía de principio de año. No habrá tiempo para más reformas. En una semana, el último capítulo antes del descanso veraniego. Hungaroring ya está esperando.