El circuito alemán conserva la esencia que hizo grande al infierno verde pero adaptado a los nuevos tiempos. El trazado de GP se caracteriza por grandes desniveles curvas rápidas y la famosa chicane NGK, un lugar ideal para forzar adelantamientos.
Un desafío cada vuelta
Nos encontramos ante una pista exigente y técnica. Nada mas comenzar tenemos que afrontar una fuerte frenada en la difícil curva “Castrol”, donde se pasa de 300 a 90. Luego nos espera una ssucesión de curvas de media velocidad. El segundo sector presenta desniveles y la peligrosísima y excitante S de Schumacher, curva ciega a izquierdas que se hace a fondo y donde tendremos altísimas fuerzas g golpeando al piloto mientras conduce a 250 km/h. El tercer sector nos reserva una de las chicanes más difíciles del campeonato, la NGK y la curva “Cocacola” situada antes de la entrada a meta y donde la tracción será fundamental.
Para ganar en este “infierno verde” acortado necesitamos un monoplaza con una buena carga media-alta, procurando paliar el subviraje que sufriremos, aumentamos uno o dos puntos la carga delantera con respecto a la trasera. Unas suspensiones blandas para afrontar los desniveles y la falta de tracción y unos frenos con refrigeración extra debido a la fatiga que sufrirán durante toda la vuelta.
Pirelli vuelve a traer los compuestos blando y medio, representados por el color amarillo y blanco en el flanco respectivamente. Esto beneficiará a priori a los equipos con más problemas para calentar gomas, mientras que los monoplazas con problemas de desgaste excesivo verán agravada su situación en carrera. Se espera una media de tres paradas en boxes y un desgaste medio-alto de las gomas.
En la región de eifel, donde está situado el circuito son frecuentes los aguaceros intermitentes que pueden cambiar completamente el rumbo prestablecido en una carrera. Para este fin de semana se espera agua todo el fin de semana, así que esto es sin duda otro factor fundamental que hay que tener en cuenta.
“Infierno verde”
El mítico Nordschleife dejó paso a esta versión descafeinada del mismo. El infierno verde como así lo llamaban representaba el máximo exponente en cuanto a riesgo en la conducción, el circuito más difícil y agotador del mundo, llego a decir Jackie Stewart, pero también el más excitante y donde cada curva era un reto constante para la concentración y los reflejos del piloto. Este trazado pierde parte de la emoción pero conserva la esencia que hizo grande al antiguo. Curvas rápidas y un reto desafiante cada vez que pasamos la línea de meta.