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“Love and Words Are Politics”, de Sylvie Ballyot (2007)

Gritos de asfixia

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Silvya Ballyot nos presenta un documental de apenas media hora que debate sobre la homosexualidad a través del retrato de estudiantes en Yemen. La película es una excusa para buscar respuestas a la injustificable situación que tiene que afrontar la directora: enfrentarse a una cruda realidad social que no acepta su relación amorosa con otra mujer.

Un silencio sepulcral a lo largo de todo el documental transmite esa sensación de agobio, de abatimiento. Sólo nos hacen falta unas palabras escritas para sentir ese ahogo que lleva por dentro la directora, por no poder sentirse libre, por no poder vivir su amor en libertad. Su voz en off nos sobra, pero sus palabras quedan escritas, para siempre, en la memoria de cada espectador. Expresar sin expresarlo.

Sin duda, estamos ante una gran crítica al sometimiento de la mujer en un país como Yemen. Pero más allá de esto, estamos sumergidos en un terreno íntimo, un terreno gobernado por dos mujeres que quieren vivir en libertad.

Un terreno íntimo a través de unos planos que asfixian de lo cerrados que llegan a ser en muchas ocasiones. Incluso en los planos más abiertos donde vemos a la directora que pasa desapercibida en medio de un ir y venir de hombres, ahí también sentimos esa sensación de angustia. El verla ahí, estática, posando para la cámara, quieta como una piedra, sin inmutarse ante la sociedad, criticando al fin y al cabo a esa sociedad opresora, buscando una respuesta razonable. ¿El amor y las palabras son política?

Una asfixia que logra respirar en las entrevistas realizadas a estudiantes de Yemen en la propia calle, hablando sobre el amor, sobre la sexualidad y sobre sus ideales de vida. Gracias a éstas, el documental adopta un tono lejano a la primera intención de la directora, que era más bien de desahogo y denuncia social. Estos jóvenes contestan muchas veces ingenuamente, avergonzándose de las preguntas y riéndose de las “disparatados” interrogatorios, pero siempre con respeto y con unas explicaciones claras y concisas, que reflejan cómo es la sociedad yemení. En definitiva, es un retrato de la sociedad opresora, inocente que habla (paradójicamente) en un escenario libre, la calle, donde todas sus palabras valen.

Estas entrevistas a pie de calle sobre el amor y otras realidades estarán encaminadas por la directora y su traductora para buscar respuestas más contundentes respecto a la homosexualidad, punto al que precisamente se quiere llegar.

“Love and Words Are Politics”, que inicialmente no perseguía este fin, sino que pretendía ser un documental feminista, está grabado con mucha sutileza. Su grabación pausada y lenta muestra su rabia contenida, muestra todo el amor que siente por esa chica a la que graba. Sin duda, merece ser vista para entender la angustia que pueden vivir dos mujeres que se aman dentro de un país que no les deja amarse.

Gritos de asfixia

“Love and Words Are Politics”, de Sylvie Ballyot (2007)
Patricia Carballo
miércoles, 20 de julio de 2011, 07:36 h (CET)

Silvya Ballyot nos presenta un documental de apenas media hora que debate sobre la homosexualidad a través del retrato de estudiantes en Yemen. La película es una excusa para buscar respuestas a la injustificable situación que tiene que afrontar la directora: enfrentarse a una cruda realidad social que no acepta su relación amorosa con otra mujer.

Un silencio sepulcral a lo largo de todo el documental transmite esa sensación de agobio, de abatimiento. Sólo nos hacen falta unas palabras escritas para sentir ese ahogo que lleva por dentro la directora, por no poder sentirse libre, por no poder vivir su amor en libertad. Su voz en off nos sobra, pero sus palabras quedan escritas, para siempre, en la memoria de cada espectador. Expresar sin expresarlo.

Sin duda, estamos ante una gran crítica al sometimiento de la mujer en un país como Yemen. Pero más allá de esto, estamos sumergidos en un terreno íntimo, un terreno gobernado por dos mujeres que quieren vivir en libertad.

Un terreno íntimo a través de unos planos que asfixian de lo cerrados que llegan a ser en muchas ocasiones. Incluso en los planos más abiertos donde vemos a la directora que pasa desapercibida en medio de un ir y venir de hombres, ahí también sentimos esa sensación de angustia. El verla ahí, estática, posando para la cámara, quieta como una piedra, sin inmutarse ante la sociedad, criticando al fin y al cabo a esa sociedad opresora, buscando una respuesta razonable. ¿El amor y las palabras son política?

Una asfixia que logra respirar en las entrevistas realizadas a estudiantes de Yemen en la propia calle, hablando sobre el amor, sobre la sexualidad y sobre sus ideales de vida. Gracias a éstas, el documental adopta un tono lejano a la primera intención de la directora, que era más bien de desahogo y denuncia social. Estos jóvenes contestan muchas veces ingenuamente, avergonzándose de las preguntas y riéndose de las “disparatados” interrogatorios, pero siempre con respeto y con unas explicaciones claras y concisas, que reflejan cómo es la sociedad yemení. En definitiva, es un retrato de la sociedad opresora, inocente que habla (paradójicamente) en un escenario libre, la calle, donde todas sus palabras valen.

Estas entrevistas a pie de calle sobre el amor y otras realidades estarán encaminadas por la directora y su traductora para buscar respuestas más contundentes respecto a la homosexualidad, punto al que precisamente se quiere llegar.

“Love and Words Are Politics”, que inicialmente no perseguía este fin, sino que pretendía ser un documental feminista, está grabado con mucha sutileza. Su grabación pausada y lenta muestra su rabia contenida, muestra todo el amor que siente por esa chica a la que graba. Sin duda, merece ser vista para entender la angustia que pueden vivir dos mujeres que se aman dentro de un país que no les deja amarse.

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