Cuando el final de la saga ‘Harry Potter’ está copando todos los titulares y carteleras, nos llega el tráiler de la nueva película de Pixar, ‘John Carter’, que, por primera vez, rodará con actores de carne y hueso. Estará protagonizada por Taylor Kitsch, conocido por la serie ‘Friday Night Lights’ y por encarnar al mutante Gambito en ‘X-Men Orígenes: Lobezno’.

Kitsch, que ahora mismo está en medio del rodaje de ‘Savages’ de Oliver Stone, dará vida a John Carter, un veterano de la Guerra Civil Estadounidense que es transportado misteriosamente mediante proyección astral a Marte, donde se encontrará un mundo en guerra. La dirección corre a cargo del doblemente ganador del Oscar, Andrew Stanton, responsable de ‘Buscando a Nemo’ y, la obra maestra, ‘Wall-E’. Efectivamente, Carter se erige como el héroe elegido para salvar a una civilización al borde de la extinción. Y digo esto, porque el largometraje emite un tufillo importante a refrito.



Cierto es que el proyecto toma como base al personaje creado en 1911 por Edgar Rice Burroughs, quien desarrolló sus andanzas a lo largo de nueve novelas, llegando a mostrar al Carter como un ser inmortal que hacía viajes astrales entre Tierra y Marte como el que coge el AVE Madrid-Sevilla. Pero también lo es que ésta no es la primera incursión del personaje en el mundo del cine. En 2009, nuestra querida productora y distribuidora The Asylum , famosa por sus truños y copias descaradas, sacó directamente a DVD la película ‘Princess of Mars’ (que tomó el nombre de la primera novela), protagonizada por el acartonado Antonio Sabato Jr. y por la ex actriz porno, Traci Lords. Basta decir que esa hora y media de despropósito se me hizo más larga que un meado en una cuesta.

Es inevitable que nos vengan a la memoria decenas de películas mainstream con el mismo argumento (‘Avatar’, ‘Matrix’,…). Pero eso no es lo único inquietante, puesto que la estética también nos recuerda a otras tantas películas Blockbuster (‘Prince of Persia: Las arenas del tiempo’, ‘Stargate’,…). Bien es cierto que si alguien nos tiene mal acostumbrados a ver proyectos deslumbrantes es Pixar, pero el descalabro artístico de ‘Cars 2’ me hace plantearme si la política de Disney, definitivamente, a ganado peso en el diseño de producción y ha conseguido imponer su espíritu ‘spielbergiano’. Sea como fuere, tendremos que esperar hasta el año que viene para comprobarlo.