Ahmad Wali Karzai, el polémico hermano del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, ha muerto asesinado en Kandahar, al sur del país. El ejecutor ha sido uno de sus guardaespaldas, Sadar Mohamed, instruido por la Insurgencia para acabar con su vida.

En un comunicado a AFP el portavoz Taliban, Yousuf Ahmadi, se ha alegrado del suceso asegurando que “es una buena noticia para la nación porque nos hemos librado de una figura que oprimía al pueblo de Afganistán”.

De esta manera, la Insurgencia Talibán, operando en el sur, ha matado a uno de los aliados de los Estados Unidos con más peso y fuerza en la región.

Hasta el momento, el presidente de Afganistán no se ha pronunciado, pero sus seguidores Pastún ya lo han catalogado de “héroe nacional” en varios medios de comunicación afganos. Todo esto a pesar de que Wali había sido acusado en varias ocasiones de corrupción, tráfico de drogas y colaboración con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.

Asimismo, Wadi había sobrevivido a varios ataques contra su vida. El más notorio fue en 2009 cuando el convoy en el que viajaba fue emboscado con armas automáticas y cohetes RPG. En este ataque murieron al menos 40 personas, y Wadi salió ileso.

Señor de la Guerra
El hermano del presidente era conocido por ser el hombre fuerte en el sur del país donde, además de contar con una milicia privada con más recursos que el mismísimo Ejército Nacional Afgano, era uno de los aliados esenciales de las tropas de la OTAN en la región.

Su presunta colaboración con la CIA desde 2001, según la revista norteamericana Time Magazine, le llevó a crear La Fuerza de Choque de Kandahar, una formación paramilitar con el objetivo de derrotar a los Insurgentes en Kandahar. Sin embargo, en 2007 fue acusada, abiertamente, por el Parlamento Afgano de ser una organización criminal internacional dedicada al tráfico de drogas. Hecho que, su hermano, el presidente, negó con rotundidad.

Además, Wadi fue acusado varias veces de orquestar el fraude electoral en Kandahar a favor de su hermano en las últimas elecciones presidenciales.

Con este golpe, los Talibán se han cobrado una de las cabezas dirigentes del Gobierno Afgano en la provincia de Kandahar, lugar en el que nació dicho movimiento. Con ello, han abierto un vacío de poder en la región bastión de los rebeldes.

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