Fernando Alonso vuelve a lo más alto del podio. El asturiano exprimió de nuevo su F150º y, ayudado por un error en el pit de sus rivales, se alzó con el primer triunfo de la temporada. El milagro era posible.

No hay mejor manera de celebrar los sesenta años del primer triunfo de Ferrari que repitiendo éxito en el mismo trazado (Agencias)

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Tras toda la polémica sobre los escapes sopladores, ha sido un error en el garaje de Red Bull el gran responsable a la hora de volver a escuchar el himno español en la Fórmula 1. Fue el mundo al revés. El equipo imbatible falla en boxes y Hamilton se convierte en el fiel escudero del asturiano, frenando a Vettel durante casi diez giros. Solo Fernando mantuvo su habilidad infinita al volante para conseguir una victoria balsámica.

Extraordinaria también la actuación de Alguersuari, décimo, y acostumbrándose a poner su Toro Rosso en zona de puntos.

El indestructible tapón australiano
La lluvia favoreció el estereotipo inglés haciendo aparición en la primera parte de la carrera. Nervios en las escuderías sobre el neumático a elegir. Silverstone mostraba un asfalto tan variado que convertía a los slicks en locura sobre los charcos y a los intermedios en carne de piso seco.

El arranque favoreció al lado tradicionalmente sucio, con menos goma donde patinar. Salida ejemplar de Sebastian Vettel y amenaza de sopor en el circuito británico. Alonso, de todas maneras, demostraba que en Ferrari habían hecho los deberes con un ritmo superior al de Mark Webber, pero incapacitado para adelantar al australiano sobre la pista.

Schumacher, tras merendarse el culo del monoplaza de Kobayashi (stop and go posterior), fue el encargado de dar el pistoletazo de salida a las gomas lisas. El tapón de Mark estaba arruinando el buen trabajo del F150º. Vettel abría espacio y solo el garaje podía evitar la enésima victoria de la joven estrella alemana.

Latinos nórdicos
Irónicamente, los italianos eran los más lentos en entrar en calor sobre el circuito. Las ruedas de Massa y Fernando padecieron este problema tras el segundo contacto con el box. Los McLaren no tuvieron problemas para superar a los del Cavallino (Button a Felipe y Hamilton a Alonso), pero sería un desliz pasajero. Nueve giros más tarde el asturiano le devolvía la partida al inglés, y con un ritmo destructor, amenazaba rápidamente la segunda posición de Webber.

En Red Bull subió la temperatura exponencialmente, esta vez en el muro, y con la entrada de Mark vimos el primer gran error del garaje austríaco del año. Parecía el “mal de Webber” una vez más, pero en la vuelta 28 lo imposible tomó forma.

El rojo vuelve a mandar
Como una copia perfecta, Vettel sufrió en sus carnes el mismo retraso que su compañero. En Ferrari se frotaban los ojos, superaban al actual Campeón del Mundo en boxes y tenían en la mano la primera victoria del año.

La salida veloz del garaje de Alonso fue fundamental, con un adelantamiento a Hamilton in extremis que terminó por decidir el GP. El inglés intercambió papeles, y cual Webber italiano, suplió en sus funciones a Massa para retrasar durante casi diez giros a un Vettel desesperado.

La victoria española era un hecho. Red Bull defendió la segunda plaza y Alonso se dio el lujo de sacar más de quince segundos a su gran rival en la línea de meta. Dos focos mantuvieron la atención en los últimos instantes. El primero, la lucha entre Vettel y Webber se zanjó con un “maintain your position” (mantén la posición) para el australiano, que abortaba cualquier intentó de adelantamiento. Entre Massa y Hamilton, en cambio, no hubo espacio para el respiro. Última curva de escándalo que acabó con el brasileño entrando por fuera y Lewis (con problemas de gasolina) conservando la cuarta posición.

Precioso GP que, a pesar de no tener repercusión directa en el campeonato, nos ofrece un panorama de cambio que promete nuevas emociones en lo que resta de Mundial. Habrá que comprobar si los famosos escapes sopladores han tenido más que ver en este ritmo salvaje del Ferrari que las propias evoluciones de la Scuderia, y si finalmente este reglamento se conserva.

Un nuevo capón para la FIA y familia, que hacen de este deporte un 'Crico' caprichoso y confuso para el aficionado medio. Dos semanas de parón para comprobar si en Alemania esta nueva realidad se impone o pasa a ser un breve paréntesis. Sea como fuere, el rojo ha vuelto.