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Opinión
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Pese a sus numerosos enemigos y detractores, el nuevo presidente norteamericano volvería a ganar las elecciones

El vituperado señor D. Trump, sigue cabalgando

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En ocasiones, nos dejamos llevar por quienes nos rodean, empeñados a veces en pintarnos un panorama en el que se dibujan unas situaciones, con apariencia de realidades que, no siempre, coinciden con lo que de verdad está sucediendo; por mucho que la insistencia, la reiteración, el empeño y los esfuerzos de quienes intentan convencernos, puedan llegar a formar una imagen irreal, depreciada, desvalorizada y ficticia de aquellos hechos o personajes de los que se nos está hablando.

En España y, especialmente, en esta prensa belicosa, tendenciosa, manipulada y tergiversadora, copada o dirigida desde las izquierdas y los separatistas catalanes; se ha venido desarrollando una campaña especialmente dedicada a pintarnos la figura del presidente de los Estados Unidos, señor Donald Trump, como si se tratase un idiota, un advenedizo y un matón, completamente incapaz de dirigir su nación y carente de todas las cualidades que, según estos periodistas tan pagados de sí mismos, son necesarias para acceder a la Casa Blanca. En varias ocasiones he hecho mención al periódico separatista catalán, La Vanguardia, del grupo Godó, por haberse erigido en el líder de la prensa en lo que respecta a poner al señor Trump y a su equipo como chupa de domine. Desde que, el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo, fue elegido, no pasa día que el rotativo catalán no dedique una serie de páginas encargadas de explicarnos las supuestas carencias, los defectos y los errores que se le atribuyen ( en muchas ocasiones sólo fruto de informaciones sesgadas que reciben de sus corresponsales, la mayoría de ellos convertido en censores imparciales del señor Trump contra el cual manifiestan una antipatía visceral, en ocasiones, difícil de entender), al señor presidente de USA

Nos hablan, con gran lujo de detalles, de los grupos de activistas que se han manifestado en contra del nuevo ocupante de la Casa Blanca; hacen referencia a su esposa y a su hija Ivanka, sacándoles defectos y atribuyéndoles actuaciones que nunca escuchamos que se les atribuyeran a las hijas y a la mujer del señor Obama aunque, en este caso, Michelle Obama intervino, quizá más de la cuenta, en los asuntos de su marido; nos enumeran, uno a uno, los supuestos o los reales errores del señor presidente, como si la máxima autoridad de la nación americana no pudiera equivocarse, rectificar y modificar sus decisiones, si se comprueba que no son las más convenientes. En todo caso, a un político que viene del sector empresarial es lógico que cuando tiene que ejercer un cargo de tanta responsabilidad, si no es un dictador, se deje aconsejar por sus asesores que, en ocasiones, le harán cambiar algunas de sus políticas si se dan cuenta de que no son acertadas o, que no resultan ser las más adecuadas al momento.

Veamos algunos de estos sectores que parece que, mayoritariamente, se han vuelto, en ocasiones demostrando un fanatismo digno de mejor causa, en contra del señor Trump, criticando su aspecto, su familia, lo que ha dicho, lo que se propone hacer; acusándole de connivencia con los rusos, achacándole falta de sentimientos al querer parar la invasión de los mexicanos que invaden su país; criticándole que quiera terminar la muralla, que ya está medio construida, con Méjico etc. Se olvidan, estos detractores, de que el que más mejicanos expulsó de los EE.UU fue, precisamente, este hipócrita que ahora tanto le critica, conocido como Barack Obama, que fue el que fue construyendo la parte ya existente de este muro que ahora, tanto se le critica a Trump, que quiera concluir. No se quiere admitir que, Méjico, un país donde la corrupción campa por sus respetos, es el país vecino de donde entra más droga, más delincuencia y más bandas organizadas que vienen instalándose en la parte norte del país. Pero, como les ocurre a toda esta ralea de vividores que están afincados en la meca del cine, Hollywood, los que, como ocurre es España con los de la farándula, están convencidos de que son el ombligo del mundo y, pese a que sus vidas suelen ser poco ejemplares y los escándalos menudean, prefieren ocultar sus verdaderos sentimientos hacia sus vecinos, mostrándose como si, la política de impedir la invasión de chicanos, les impidiera dormir y fuera contrario a su sensibilidad humana. No quieren admitir que es un problema que viene preocupando a una mayoría de americanos desde hace ya muchos años. La hipocresía y el desprecio que, sin embargo, sienten por los republicanos la mayoría de esta élite millonaria que habita California y sus alrededores, han hecho de la causa la de la señora Hilary Clinton, la gran derrotada en las pasadas elecciones, bandera de sus preferencias democráticas.

Pues ahora resulta, señores, que lejos de lo que nos vienen anunciando los periódicos de nuestro país, los americanos, no sólo no están en contra del señor Trump, como han querido vender los periodistas españoles, sino que, una gran mayoría de ellos, más incluso de los que lo votaron recientemente como presidente de la nación americana, resulta que siguen apoyándolo y que, si se volvieran a celebrar unos comicios en los EE. UU, no sólo ganaría, sino que lo haría con mayor número de votos. La señora Clinton y los demócratas, siguen sin levantar cabeza y con pocas posibilidades de recuperarse, a pesar de que se pretenda hacer ver que perdieron las elecciones por manejos de sus contrarios y, en especial, del equipo del señor Trump. ¿Cómo se puede entender que la misma Comunidad Europea, hace un tiempo tan beligerante con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, haya cambiado de opinión, se muestre dispuesta a tener buenas relaciones con los políticos republicanos y hayan bajado la intensidad de las críticas que, sólo hace unos meses, eran prácticamente unánimes?

Pero, en nuestro país existe, entre los partidos de la izquierda, un odio atávico hacia el país norteamericano; una animadversión hacia los republicanos que, en el caso del señor Donald Trump, ha aumentado exponencialmente hasta convertirse en una obsesión, que se viene explicitando de una manera obsesiva a través de los medios de comunicación que, a pesar de lo que sostiene los radicales de la izquierda comunista y los secesionistas, están mayoritariamente en contra de la derecha y, en especial, en contra del señor Rajoy y su gobierno, por haber impedido que socialistas y comunistas accedieran al poder, después de un año de estar España sin un gobierno que la pudiera regir.

Es evidente que, la CE, está pasando por unos momentos de incertidumbre con motivo de los atentados terroristas que menudean en muchas naciones vecinas y del impacto del Brexit inglés que, al mando de la señora Teresa May, encabeza la primera escisión (no descartemos que puedan producirse más) dentro de la UE. Por si faltara algo en este complicado panorama, el señor Trump, en su estrategia de ir escogiendo a sus amigos, ha apoyado la decisión del RU de separarse de Europa lo que, sin duda, ha sido como un espaldarazo para los toris ingleses, partidarios de salir de Europa. Quizá en España, acostumbrados a esta política de cesiones, de concesiones, de paciencia frente al desafío soberanista y de ir permitiendo que, poco a poco, la metástasis del cáncer comunista integrada por la Colau, la Carmena, los Iglesias, Monedero, Errejón y su pandilla de activistas bolivarianos,; vaya avanzando y tomando posiciones mientras los casos de corrupción, por la incapacidad del gobierno del señor Rajoy para atajarlos de raíz, van carcomiento, cada vez más, la confianza de los españoles hacia quienes votamos, convencidos de que eran los únicos capaces de salvar a España de esta plaga que nos vino desde Venezuela.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, seguimos con inquietud, los avances de quienes parecen querer acabar con el actual sistema democrático, mientras una parte importante del cuarto poder, la comunicación, parece ignorar el peligro de ir haciéndoles el paripé a esta colección de antisistema, totalitarios y ácratas siguen manteniendo las esperanzas de hacerse con el poder. Lo siguen haciendo desde las alcaldías, las concejalías y las redacciones de los periódicos o las pantallas de los televisores porque, en definitiva, todavía en nuestra nación hay un fondo importante de resentidos que siguen aspirando a resarcirse de su derrota en el año 1939. Son, seguramente, los mismos que han decidido hacer lo posible para acabar con Trump, al menos poner todos los medios para desacreditarlo. Faltará ver si se deja.

El vituperado señor D. Trump, sigue cabalgando

Pese a sus numerosos enemigos y detractores, el nuevo presidente norteamericano volvería a ganar las elecciones
Miguel Massanet
domingo, 30 de abril de 2017, 12:06 h (CET)
En ocasiones, nos dejamos llevar por quienes nos rodean, empeñados a veces en pintarnos un panorama en el que se dibujan unas situaciones, con apariencia de realidades que, no siempre, coinciden con lo que de verdad está sucediendo; por mucho que la insistencia, la reiteración, el empeño y los esfuerzos de quienes intentan convencernos, puedan llegar a formar una imagen irreal, depreciada, desvalorizada y ficticia de aquellos hechos o personajes de los que se nos está hablando.

En España y, especialmente, en esta prensa belicosa, tendenciosa, manipulada y tergiversadora, copada o dirigida desde las izquierdas y los separatistas catalanes; se ha venido desarrollando una campaña especialmente dedicada a pintarnos la figura del presidente de los Estados Unidos, señor Donald Trump, como si se tratase un idiota, un advenedizo y un matón, completamente incapaz de dirigir su nación y carente de todas las cualidades que, según estos periodistas tan pagados de sí mismos, son necesarias para acceder a la Casa Blanca. En varias ocasiones he hecho mención al periódico separatista catalán, La Vanguardia, del grupo Godó, por haberse erigido en el líder de la prensa en lo que respecta a poner al señor Trump y a su equipo como chupa de domine. Desde que, el nuevo presidente de la nación más poderosa del mundo, fue elegido, no pasa día que el rotativo catalán no dedique una serie de páginas encargadas de explicarnos las supuestas carencias, los defectos y los errores que se le atribuyen ( en muchas ocasiones sólo fruto de informaciones sesgadas que reciben de sus corresponsales, la mayoría de ellos convertido en censores imparciales del señor Trump contra el cual manifiestan una antipatía visceral, en ocasiones, difícil de entender), al señor presidente de USA

Nos hablan, con gran lujo de detalles, de los grupos de activistas que se han manifestado en contra del nuevo ocupante de la Casa Blanca; hacen referencia a su esposa y a su hija Ivanka, sacándoles defectos y atribuyéndoles actuaciones que nunca escuchamos que se les atribuyeran a las hijas y a la mujer del señor Obama aunque, en este caso, Michelle Obama intervino, quizá más de la cuenta, en los asuntos de su marido; nos enumeran, uno a uno, los supuestos o los reales errores del señor presidente, como si la máxima autoridad de la nación americana no pudiera equivocarse, rectificar y modificar sus decisiones, si se comprueba que no son las más convenientes. En todo caso, a un político que viene del sector empresarial es lógico que cuando tiene que ejercer un cargo de tanta responsabilidad, si no es un dictador, se deje aconsejar por sus asesores que, en ocasiones, le harán cambiar algunas de sus políticas si se dan cuenta de que no son acertadas o, que no resultan ser las más adecuadas al momento.

Veamos algunos de estos sectores que parece que, mayoritariamente, se han vuelto, en ocasiones demostrando un fanatismo digno de mejor causa, en contra del señor Trump, criticando su aspecto, su familia, lo que ha dicho, lo que se propone hacer; acusándole de connivencia con los rusos, achacándole falta de sentimientos al querer parar la invasión de los mexicanos que invaden su país; criticándole que quiera terminar la muralla, que ya está medio construida, con Méjico etc. Se olvidan, estos detractores, de que el que más mejicanos expulsó de los EE.UU fue, precisamente, este hipócrita que ahora tanto le critica, conocido como Barack Obama, que fue el que fue construyendo la parte ya existente de este muro que ahora, tanto se le critica a Trump, que quiera concluir. No se quiere admitir que, Méjico, un país donde la corrupción campa por sus respetos, es el país vecino de donde entra más droga, más delincuencia y más bandas organizadas que vienen instalándose en la parte norte del país. Pero, como les ocurre a toda esta ralea de vividores que están afincados en la meca del cine, Hollywood, los que, como ocurre es España con los de la farándula, están convencidos de que son el ombligo del mundo y, pese a que sus vidas suelen ser poco ejemplares y los escándalos menudean, prefieren ocultar sus verdaderos sentimientos hacia sus vecinos, mostrándose como si, la política de impedir la invasión de chicanos, les impidiera dormir y fuera contrario a su sensibilidad humana. No quieren admitir que es un problema que viene preocupando a una mayoría de americanos desde hace ya muchos años. La hipocresía y el desprecio que, sin embargo, sienten por los republicanos la mayoría de esta élite millonaria que habita California y sus alrededores, han hecho de la causa la de la señora Hilary Clinton, la gran derrotada en las pasadas elecciones, bandera de sus preferencias democráticas.

Pues ahora resulta, señores, que lejos de lo que nos vienen anunciando los periódicos de nuestro país, los americanos, no sólo no están en contra del señor Trump, como han querido vender los periodistas españoles, sino que, una gran mayoría de ellos, más incluso de los que lo votaron recientemente como presidente de la nación americana, resulta que siguen apoyándolo y que, si se volvieran a celebrar unos comicios en los EE. UU, no sólo ganaría, sino que lo haría con mayor número de votos. La señora Clinton y los demócratas, siguen sin levantar cabeza y con pocas posibilidades de recuperarse, a pesar de que se pretenda hacer ver que perdieron las elecciones por manejos de sus contrarios y, en especial, del equipo del señor Trump. ¿Cómo se puede entender que la misma Comunidad Europea, hace un tiempo tan beligerante con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, haya cambiado de opinión, se muestre dispuesta a tener buenas relaciones con los políticos republicanos y hayan bajado la intensidad de las críticas que, sólo hace unos meses, eran prácticamente unánimes?

Pero, en nuestro país existe, entre los partidos de la izquierda, un odio atávico hacia el país norteamericano; una animadversión hacia los republicanos que, en el caso del señor Donald Trump, ha aumentado exponencialmente hasta convertirse en una obsesión, que se viene explicitando de una manera obsesiva a través de los medios de comunicación que, a pesar de lo que sostiene los radicales de la izquierda comunista y los secesionistas, están mayoritariamente en contra de la derecha y, en especial, en contra del señor Rajoy y su gobierno, por haber impedido que socialistas y comunistas accedieran al poder, después de un año de estar España sin un gobierno que la pudiera regir.

Es evidente que, la CE, está pasando por unos momentos de incertidumbre con motivo de los atentados terroristas que menudean en muchas naciones vecinas y del impacto del Brexit inglés que, al mando de la señora Teresa May, encabeza la primera escisión (no descartemos que puedan producirse más) dentro de la UE. Por si faltara algo en este complicado panorama, el señor Trump, en su estrategia de ir escogiendo a sus amigos, ha apoyado la decisión del RU de separarse de Europa lo que, sin duda, ha sido como un espaldarazo para los toris ingleses, partidarios de salir de Europa. Quizá en España, acostumbrados a esta política de cesiones, de concesiones, de paciencia frente al desafío soberanista y de ir permitiendo que, poco a poco, la metástasis del cáncer comunista integrada por la Colau, la Carmena, los Iglesias, Monedero, Errejón y su pandilla de activistas bolivarianos,; vaya avanzando y tomando posiciones mientras los casos de corrupción, por la incapacidad del gobierno del señor Rajoy para atajarlos de raíz, van carcomiento, cada vez más, la confianza de los españoles hacia quienes votamos, convencidos de que eran los únicos capaces de salvar a España de esta plaga que nos vino desde Venezuela.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, seguimos con inquietud, los avances de quienes parecen querer acabar con el actual sistema democrático, mientras una parte importante del cuarto poder, la comunicación, parece ignorar el peligro de ir haciéndoles el paripé a esta colección de antisistema, totalitarios y ácratas siguen manteniendo las esperanzas de hacerse con el poder. Lo siguen haciendo desde las alcaldías, las concejalías y las redacciones de los periódicos o las pantallas de los televisores porque, en definitiva, todavía en nuestra nación hay un fondo importante de resentidos que siguen aspirando a resarcirse de su derrota en el año 1939. Son, seguramente, los mismos que han decidido hacer lo posible para acabar con Trump, al menos poner todos los medios para desacreditarlo. Faltará ver si se deja.

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