La selección argentina no ha podido pasar del empate a cero ante Colombia y suma dos tristes empates en la presente Copa América obligándose a ganar a la "cenicienta" Costa Rica en su tercer encuentro sino quiere quedar eliminada.
" La Argentina de Batista se hunde", ese bien podría ser el calificativo que resume la situación actual de una Argentina que está pasando sin pena ni gloria en su Copa América 2011, una edición diseñada por y para el cuadro de Batista que sin embargo, no ha podido inaugurar su casillero de victorias tras dos encuentros ante Bolivia y Colombia, dos selecciones muy inferiores al combinado albiceleste que sin embargo, han conseguido sonrojar al país de La Plata.
Nuevamente con Messi desaparecido, Higuaín y Agüero en el banquillo y un paupérrimo centro del campo (Cambiasso-Banega-Mascherano), Argentina fue incapaz de hilvanar un fútbol creativo, aquel fútbol que hace grande a Leo Messi en su club, el F.C.Barcelona, algo que por desgracia para el "pulga", no le ocurre con su selección.
Colombia fue superior a Argentina en todo momento, gozando de hasta cuatro claras ocasiones de gol, dos de ellas del errático Moreno (llegó a fallar a puerta vacía) que permitieron a los anfitriones llegar con el casillero empatado al término de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Antes del error garrafal de Dayron Moreno, Ramos tuvo en sus botas el empate pero fue objeto de un clamoroso penalti por parte de Milito que el colegiado brasileño Fagundes no se atrevió a señalar, dando eso sí, la ley de la ventaja y permitiendo al propio Moreno plantarse ante la meta argentina y errar a puerta vacía su remate cuando lo más sencillo era mandar el esférico a las mallas enemigas.
Posteriormente, dos remates lejanos de Ramos y del propio Moreno pusieron a aprietos a Romero, el mejor de su equipo en el día de hoy mientras que en el otro área, un mano a mano desperdiciado por Lavezzi ante Martínez fue todo el balance ofensivo de Argentina en este primer tiempo.
En el segundo tiempo la situación no varió a pesar de los cambios introducidos por Batista (Higuaín por Banega),(Gago por Cambiasso) y (Agüero por Lavezzi), terminando el cuadro local con un sistema suicida (4-2-4) que pudo costarle el partido de no ser por la falta de acierto de Falcao en un mano a mano ante Romero, minutos antes de la "revolución Batista", una revolución que refleja a las claras la situación anárquica que vive la albiceleste, al borde de la eliminación de una Copa América pensada por y para Argentina, el país anfitrión.