Antonio Silván, el “tonto integral” como le llamaba Ángel Villalba, anterior líder del PSOE en Castilla y León, acapara demasiado poder en el nuevo Gobierno de la comunidad granero del PP. De nuevo Herrera ha cometido un patinazo de campeonato. Nuestro presidente se ha desconcertado o fuma en lugar cerrado, pues de otra forma no entenderíamos el poderío acumulado en la persona del reseñado “tonto integral”, dicho sea desde el respeto y el reconocimiento. Somos conscientes y responsables de lo que decimos, de la misma forma que –como decía Bougeaud—nada se paga tan caro como la audacia de decir en voz alta lo que pensamos en voz baja.
El leonés Antonio Silván sale reforzado al unir Medio Ambiente y la Agencia de Protección Civil a Fomento. Estamos ante una macro infraestructura donde la contradicción es evidente. Juan Vicente Herrera se ha desorientado. Pero lo más grave es que nadie ha sabido corregirle. Al unir Medio Ambiente y Protección Civil a Fomento puede incurrirse con facilidad en elementos de corruptela y en grandes contradicciones. ¿Pero nadie se ha dado cuenta? ¿Se ha vuelto loco Juan Vicente? ¿Acaso la ignorancia del presidente no es reciclable? Por Dios, que alguien haga algo, aunque ya se sabe lo que pensaba Herrera en la legislatura anterior: “¡Rodeado de imbéciles, gobierne usted si puede!”. El caso es que le rodean los mismos de hace cuatro años. Y resulta que ha vuelto a caer en el mismo pozo. Me viene a la memoria J. Morley con aquello de “no porque hayas hecho enmudecer a una persona la has convencido”.
El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, desveló el nombre de los consejeros tras la toma de posesión en la sede de las Cortes, pero seis de los nuevos los conocíamos algunos analistas desde el jueves. La indiscreción de su gente hizo posible que tuviéramos el privilegio de conocer sus planes antes que algunos de los consejeros, incluso el nombramiento de Isabel García lo supimos antes que ella misma, hoy flamante y entusiasmada consejera de Cultura y Turismo.
Por otra parte, nos prometieron y garantizaron que Juanjo Mateos no seguiría como consejero de Educación pero Herrera se ha acobardado y prefiere a un trepa sin perspectivas antes que a un tecnócrata de la educación. Lo peor de todo es que Mateos no sabe formar equipos y existe el temor de que sigan los mismos en los mismos lugares y con los mismos cargos, los de siempre. No tendría sentido seguir con una Dirección General de Formación Profesional cuando ésta puede integrarse en la de Ordenación e Inspección. Sería una forma de ahorrar 400 millones en personal y mejorar los resultados actuales. Pero ya se sabe que Juan Vicente es un muñeco teledirigido y con mando a distancia. ¡Qué buen presidente si tuviera buenos colaboradores!
Para terminar, hay algo por lo que no voy a pasar. Ni siquiera lo pasaré por alto. Los diarios de Castilla y León han comentado --tras el nombramiento como consejero de Educación de Juanjo Mateos -- que le avala el informe PISA. Ese informe avala al profesorado y a la calidad y excelencia docente, en ningún caso a Mateos como político o como consejero. No es de recibo que los políticos de segunda fila se apropien de lo que no les corresponde aunque es más grave que sean los propios medios quienes le tilden de responsable positivo del informe PISA. No se lo creen ni ellos o, si se lo creen, es por simple desconocimiento e ignorancia. Lo dicho: “¡… y dos huevos duros!”