Vera Drake es una feliz ama de casa de principios de los 50, madre de dos hijos, de naturaleza alegre y desinteresada, altruista e ingenua. Tan abnegada que cuida a su madre, a sus hijos y a su marido así como asiste todos los viernes a chicas jóvenes y no tan jóvenes en abortos concertados sin cobrar un céntimo. Con esta premisa, Mike Leigh (Todo o nada) realiza un film sobre el aborto, planteando el dilema moral de la muerte de un feto (esta es la definición más común del concepto) alejándose de la perspectiva bioética, manteniendo un tono neutral y sin ofrecer juicios morales de ninguna clase.
Así pues, las respuestas tendrán que caer de nuestra parte en un interesantísimo ejercicio de reflexión en el que deberemos sopesar todos los puntos en cuestión (la humanidad del feto, la salud de la madre, la concepción, el factor económico de los progenitores) de esta controvertida práctica que algunos ya se han apresurado en repudiar bajo cualquier circunstancia, momento o lugar.
Tendente a la controversia en sus películas, Mike Leigh es un amante de las clases más desfavorecidas, y las relaciones familiares en clave dramática que tienen lugar en sus películas conforman la psicología de personas antes que de personajes, transmitiendo en Secretos y mentiras, Todo o nada o El secreto de Vera Drake las más sinceras sensaciones de abatimiento y desesperación, remarcadas siempre en esa gran torre de ambigüedad que es la vida.
En este aspecto ayuda también la acertada interpretación de Imelda Staunton, actriz de poco peso forjada en algunas producciones más comerciales, como Shakespeare in Love o Mucho ruido y pocas nueces. Sus silencios en la comisaría, ante sus hijos o su marido tras conocer su secreto hacen de ella una mujer si cabe más altruista, y a la vez terriblemente atormentada (que no arrepentida).
El secreto de Vera Drake se une así a Million Dollar Baby en su poder para penetrar en el corazón humano de forma sincera y lúcida, y demuestra que todavía hay un cine enérgico y vigoroso que trata al espectador como un ser pensante, humano, digno.