Lo “made in Spain” está de moda. En el motor (¡vamos, Alonso!; a ver si haces despertar a Ferrari), sobre una bicicleta (¡vamos, Contador!; a seguir tapando bocas en la carretera, sobre todo a los franceses en el Tour) o con una raqueta (¡vamos, Nadal!; haz que Federer y Djokovic también muerdan la hierba de Wimbledon). Y, si hablamos del fútbol, la admiración ya se ha convertido en fascinación. No sólo contamos con los dos mejores clubes del mundo, sino que llevamos tres años de fantasía con la selección absoluta y las nuevas generaciones se han contagiado de ese entusiasmo. El último premio es una nueva Eurocopa, ésta de los sub-21, que demuestran que la “roja” tiene una excelente cantera de la que nutrirse cuando algunos de los actuales campeones tengan que dar el relevo.
El equipo que ha dirigido con mucha inteligencia Luis Milla ha mezclado jóvenes promesas con brillantes realidades. No hay duda: los mejores talentos del mundo están en casa. Por eso, se me hace difícil entender que muchos clubes españoles, empezando por Real Madrid y Barcelona, se vayan a buscar fuera de nuestras fronteras lo que ya tienen dentro. Parece que, para algunos “expertos”, el ser extranjero fuera un valor añadido. ¿Y si Raúl se hubiera llamado Raulinho? En fin...
Si muy preocupante es lo del equipo blanco, que no ha aportado ni un jugador a esta sub-21, no menos lo es lo del azulgrana, dispuesto a utilizar a cracks como Thiago como moneda de cambio. ¿En qué superan Alexis o Rossi a esa perla? El Barcelona haría mal cambiando su inercia de los últimos años, en los que ha sido referencia en el apoyo a la cantera y al producto nacional. Lo ha demostrado desde Gerard Piqué hasta David Villa, en cuanto a traspasos, aunque su verdadero acierto ha sido confiar en Pedro, en Busquets y, antes, en Xavi, Iniesta... y Messi. Sandro Rosell y Pep Guardiola harían bien escuchando las primeras alarmas que están haciendo saltar los canteranos, no sea que el equipo pierda la esencia que le ha hecho marcar una época.
Un espejo en el que no deben mirarse es el Real Madrid. Si de algo debe avergonzarse Florentino Pérez es de no haber cumplido eso de “españolizar al equipo”. Xabi Alonso, Esteban Granero y Raúl Albiol son oasis en medio del fracaso de ese lema; sólo el primero es titular imprescindible, aunque bienvenida sea la aportación del madrileño y del valenciano. En cambio, Pedro León y Sergio Canales han sido ninguneados. Y de la cantera tampoco hay noticias recientes. José Mourinho me ha defraudado por su falta de confianza en el talento español pese a que actualmente somos campeones de todo. Incluso admitiendo que un Raúl no se descubre cada año, tampoco el técnico portugués lo fomenta si no da minutos a los canteranos; ha hecho debutar a una decena para no volver a contar con ellos.
Pongamos algunos casos. Que el Real Madrid esté intentando contratar a Varane o a Coentrao, ¿significa que no cuenta ni con un defensa de calidad en sus categorías inferiores? Si Mourinho diera una oportunidad a David Mateos, quizá se sorprendería. Aún más inexplicable es la búsqueda de delanteros: con Morata llamando constantemente a las puertas del primer equipo y con Callejón “repescado” del Espanyol, ¿de verdad merece la pena gastarse 45 millonazos en Neymar o Agüero? ¡Es de locos! O de ignorantes... Se me ocurren mejores objetivos para esa cantidad de dinero: Juan Mata, Javi Martínez, Adrián López.... y Thiago, por poner sólo algunos ejemplos de la sub-21, aunque podría añadir a Cesc Fábregas, Fernando Llorente... Todos españoles, de una calidad evidente y que llegarían al club blanco por 45 millones (como mucho). ¡Pero ninguno figura en la agenda de futuribles madridistas! Buenos, bonitos y mucho más baratos que un brasileño con pintas, conflictivo y que podría convertirse en el nuevo Ronaldo... o apagarse cual Robinho. ¡Reivindiquemos lo “made in Spain”!
