Se repite la historia, pero algo sigue cambiando en la Fórmula 1. Los Red Bull continúan viendo cada vez más cerca la mancha roja de un Alonso que se ha batido frente a frente con el monopolio austríaco. Podio brillante para una carrera que tuvo el precioso broche de un magnífico Alguersuari en octava posición.

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Ni el calor del levante español secó el hambre de victorias de Red Bull. Vettel repite triunfo en Valencia y aumenta más su fábrica de colchones en un Mundial sentenciado.

La buena respuesta del Ferrari de Alonso, sin embargo, ofrece un futuro alentador donde el monopolio austríaco puede quedar en entredicho. El asturiano mantuvo el ritmo y fue capaz incluso de adelantar en pista al monoplaza de Webber. Una hazaña en el circuito valenciano.

Destacadísimo también el GP de Alguersuari, que llevó su Toro Rosso hasta una sobresaliente octava posición, despejando de un plumazo las dudas que habían circulado sobre su futuro en la escudería. Éxito español en Valencia para una carrera que enseñó sus cartas desde el apagado del semáforo.

Abracadabra desde salida
Ni el KERS ni el DRS parecían aliados suficientes para favorecer los adelantamientos en un circuito urbano demasiado estrecho. Había que sacar tajada desde los primeros metros, y el F150º de Alonso se está especializando en inicios al límite.

La aparición inesperada de Massa entre el monoplaza de su compañero y el McLaren de Hamilton, no impidió a Fernando salir tercero de la primera curva con una pasada doble por el exterior. Sensacional comienzo que presentó rápidamente a los tres actores principales del largometraje valenciano.

El guión de siempre nos había acostumbrado al ritmo sanguinario de unos Red Bull omnipotentes. Pero en el asfalto español, y algo que se ha podido apreciar desde hace ya unas carreras, el Ferrari (al menos uno de ellos) estiró el chicle y se agarró a sus rivales como si la escudería de la bebida energética hubiera aumentado a tres sus coches sobre la pista.

¿No es posible adelantar?
Alonso lo intentó de todas las maneras posibles. Su ritmo era superior al de Mark Webber, pero no había manera de superar en carrera al australiano. El garaje parecía el único lugar donde los Red Bull podían dejar un hueco. Box o magia. O un poco de ambos.

El primer contacto con los mecánicos no tuvo mayor consecuencia. Felipe volvió a colarse en medio (qué oportuno es siempre este chico), pero las diferencias una vez cumplido este primer ciclo fueron las mismas. Vista la situación, Fernando se rebeló contra el circuito dejando una nueva lección de habilidad, superando a Webber en pista y ofreciendo una imagen inédita en este campeonato.

La felicidad no fue duradera. Mark adelantó su segunda parada y recuperó la plaza en la reanudación. De nuevo la estrategia hundía lo ganado en pista. La distancia del trío Vettel – Webber – Alonso respecto al resto era un mundo y medio. A pesar de lo agridulce de perder un puesto, los del ‘Cavallino’ miraban con satisfacción cómo uno de los suyos aguantaba el tirón del equipo austríaco.

Mark devuelve lo ganado
La última parada hizo de justiciera deportiva. Webber se pasa de frenada en la entrada al box, ventaja que aprovecha Fernando para ganar el segundo puesto con poco más de diez giros por disputar.

Sebastian, protegido por un fiel escudero, completó otro GP perfecto acumulando mayor gloria en un campeonato que es suyo desde hace semanas. La ilusión radica ahora en la recuperación de Ferrari y la posibilidad de volver a Fernando en lo más alto.

El Mundial ha volado, pero quizá Silverstone, en dos semanas, devuelva la gloria al asturiano. Será el enésimo intento de derrocar la supremacía de un equipo casi perfecto. Casi.