“¡Vaya semana llevo! Es inconcebible”. Así se quejaba Cayo Lara ante los medios de comunicación, después de unos días en los que no ha ganado para disgustos. Si el pasado lunes fue abucheado por un grupo de indignados cuando participaba en una concentración en Madrid para evitar un desahucio, este domingo fueron algunos de sus compañeros de partido los que durante el Consejo Político regional abuchearon a su coordinador general cuando éste reivindicaba la Memoria Histórica para tratar de evitar un gobierno del PP en Extremadura.
Y es que en la federación extremeña no se está llevando nada bien que los dirigentes de Izquierda Unida traten de imponerles un pacto con el PSOE para apoyarle en la investidura. Sobre todo, teniendo en cuenta que la decisión, por 28 votos frente a 19, se tomó después de consultar a los militantes, que se decantaron mayoritariamente por la abstención. Y es que a pesar de contar sólo con 3 diputados, los caprichos del destino han hecho que su apoyo sea indispensable para que Fernández Vara pueda repetir al frente de la Junta.
No entraremos a valorar la afirmación del señor Lara según la cual "nuestro eje programático es impedir que Gobierne el PP", aunque resulta bastante triste que un partido político se reafirme en la negación del contrario. Pero sí convendría recordarle que no va por el mejor camino si aspira a ejercer algún día de interlocutor entre el movimiento 15-M y la clase política. Sinceramente, esa clase de gestos dictatoriales dentro de su propia coalición no creo que sean compatibles con el tipo de Democracia que queremos los ciudadanos, por lo que espero que no se extrañe si le vuelven a abuchear cuando trate de ponerse a la cabeza de cualquier manifestación de indignados.
No soy votante de IU ni extremeño, pero puedo entender que la mayoría de su militancia haya apostado por la abstención. Nadie como la gente de base puede entender la realidad de la comunidad. Y si, después de casi 30 años ininterrumpidos de gobierno socialista, han tomado la decisión de no apoyarles, seguro que tienen sus razones. Unas razones que debería escuchar y tratar de comprender el comité federal antes de tomar ninguna decisión de la que luego se puedan arrepentir.
La política de IU para toda España es la de favorecer gobiernos de izquierdas allí donde sea posible. Muy respetable, como todas. Pero eso no quiere decir apoyar sin reservas al PSOE, un partido que por cierto, muchos opinan que tiene más afinidad ideológica con el PP que con la propia IU. “Allí donde sea posible”. ¿No será que en Extremadura no es posible? ¿Que después de tanto tiempo venga bien un cambio de aires en la Junta? Tal vez, dentro de cuatro años, los socialistas extremeños hayan aprendido la lección y sí estén dispuestos a formar un gobierno de izquierdas. Y estoy seguro de que los militantes de IU estarán encantados de apoyarles.
O no. Tal vez el señor Cayo ejerza esta semana su autoridad para que sus tres disputados votos ayuden a que el PSOE siga perpetuándose en el poder una legislatura más, y en las próximas elecciones sus votantes prefieran mandarles a paseo que volver a sentirse engañados.