Lleva la firma de un junco malagueño al que todos llaman Jiménez Fortes. Bendito Saúl que manda de punta a punta del coso del Baratillo a un novillo de El Serrano. El torero como un junco salvaje, esta clavado mar adentro, no hay quien lo mueva. Los compases se celebran suaves, lentos y sin notarse apenas. Se le ve que esta placeado, tiene oficio y mucho valor el muchacho.
Con la derecha firma dos series en redondo aliñadas con circulares hermosos cosidos a sus espaldas. Ya no hay voces en el ruedo, no se escuchan ni el volar de los bencejos ni el crujir de las pipas de turistas que se agolpan para verlo. El novillo pierde por el camino manos, pies y otros enseres dignos de quedar plasmados en las tierras de Castilblanco de los Arroyos para que no vuelva a ocurrir.
Saúl sonriente aguanta desde muy cerca las intermitentes embestidas del novillo “Actor” que más que novillo parece una recreación del mismísimo Máximo Valverde, suplicando un te quiero en mitad del escenario. Cambia de mano, llegan pronto la firmeza y el ademán de un valiente que sabe darle importancia a estos momentos vividos en la Maestranza. Apenas un enganchón recibe la muleta malagueña, vuelve a exponer el joven diestro con dos naturales muy puros, de muleta adelantada con los dedos apretados a medio camino del palillo que la sostiene. Este chico tiene gusto y su concepto no puede ser mas puro, llega el arrimón con las bernardinas y una estocada algo caída. Vuelta al ruedo de mucho peso señores.
Con el sexto un precioso melocotón lacea airoso Jiménez Fortes, esta vez descubrimos que el novel de maestro sabe torear al toque. Quizás demasiado cerca, diría yo, no deja reponerse al novillo, lo ataca hasta el exceso y este podría ser mi único reparo de su actuación, pues el novillo apenas le queda combustible en el depósito. Lo ve muy claro Saúl y la plaza agradece su breve actuación, firmada con otra estocada contundente. No queda dudas al terminar el festejo, el novillero ha quedado muy por encima de sus novillos y no digamos de sus compañeros.
La alternativa debería celebrarla muy pronto, que el tiempo pasa muy deprisa. Ignacio González, debió meterse más en el terreno del primero y haber templado algo más. Con el segundo tardó en verlo y se durmió en excesivas probaturas. Creo que este hombre no tiene el toreo en la cabeza, es una verdadera pena pero José Luis Moreno esta solo completamente en la tierra de los Califas. De Manuel Fernández apuntar que le falta trasmitir en sus faenas lo que pregona con el acero. Esta claro que a veces o la ensalada esta sosa o le sobra la sal. Por eso ruego a San Manolo Bienvenida, que ilumine a su paisano que bien lo merece la tierra de las Dos Hermanas.
Ficha del festejo:
Plaza de toros de La Maestranza de Sevilla. Quinta novillada con picadores Menos de media entrada. Se lidiaron seis novillos de El Serrano, el sexto fue devuelto. Bien presentados pero algo gordos faltó la raza y la fuerza en general, se dejó algo más el quinto.
Ignacio González, de rosa palo y oro: silencio y silencio.
Manuel Fernández, de marfil y oro: saludo desde el tercio y vuelta al ruedo.
Jiménez Fortes, de azul pavo y oro: vuelta y vuelta.