Lo siento, pero no voy a sumarme a todos los que se están dedicando a descalificar por completo al Movimiento 15-M por los sucesos de Barcelona. Ha quedado sobradamente claro que la violencia fue cosa de cuatro gatos, incluso se ha demostrado con un vídeo que circula por la red que muchos de ellos se trataban de Mossos camuflados entre los manifestantes para armar jaleo y facilitar la intervención policial.
Sí, la democracia en nuestro país corre peligro, pero no por estos sucesos, como se han apresurado a proclamar los políticos. La verdadera amenaza se encuentra en Madrid y Valencia, donde Esperanza Aguirre y Francisco Camps planean dar el golpe de gracia a cualquier atisbo de democracia que pudiera haber hasta ahora.
La presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado en el debate de investidura que uno de sus objetivos para esta legislatura es cambiar la ley electoral. Para sorpresa de todos, Aguirre defendió ante la Asamblea la instauración de un sistema de ¡listas abiertas! Una vez repuestos de la sorpresa nos dimos cuenta de que la presidenta, a pesar de llevar ya 8 años acampada en Sol, no se había imbuido de repente del espíritu “indignado”. Pues el verdadero meollo de su propuesta de reforma no es otro que el establecimiento de circunscripciones más pequeñas que la provincia para la elección de los diputados. O lo que es lo mismo, borrar de un plumazo de las instituciones a todos los partidos excepto al PP y al PSOE, y marginar políticamente a la mayor parte de la población.
Por su parte, el presidente de la Generalitat Valenciana ha anunciado que impulsará una reforma del sistema electoral valenciano para que los diputados puedan ser elegidos de manera directa "por circunscripciones uninominales, partiendo del número de representantes de cada provincia". De esta forma, se ha atrevido a afirmar, “cada ciudadano podrá elegir a su propio diputado”, lo que fomentará “una mayor proximidad y conexión directa entre electores y diputados". ¿De verdad piensa el señor Camps que alguien puede tragarse este cuento chino?
Mientras España entera clama por una circunscripción electoral única como forma de asegurar una representación real de los ciudadanos en las instituciones, estos políticos siguen a lo suyo, haciendo oídos sordos y buscando nuevas maneras de arrebatarnos nuestra capacidad de decisión. Porque ésta es la verdadera línea roja que están a punto de cruzar Camps y Aguirre y todos sus secuaces. Y lo peor de todo, que creen que aún pueden seguir engañándonos.