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Crítica de la película 'La Bella y la Bestia'

Se oye una canción

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Tengo la sensación de haber ido a ver una de mis películas favoritas adaptada a una producción americana, con expectativas exageradamente altas, provocadas por el propio tráiler/teaser y con la decepción de saber que se podría haber mucho mejor si no hubiera sido el mismo director que Crepúsculo, llevándoselo a su terreno y no siendo totalmente fiel a la novel a original.

Podría empezar la crítica hablando como la Rose anciana de Titanic; “aún recuerdo el olor a recién pintado” pues yo, “Aún recuerdo mi niñez”… los clásicos Disney son un acierto siempre, tienen esa magia envolvente que no cesa pasen los años que pasen…

Es curioso cómo, mientras estoy en el cine, me invade la misma sensación que la primera vez que vi la peli de animación y que siempre que vuelvo a verla en la tele, aunque, esta vez, con sentimientos encontrados.

Por un lado, Emma Watson no me trasmite la fuerza, dulzura, personalidad desbordante que tiene la Bella de dibujos; por otro lado, tengo el recuerdo perfecto de la otra mientras veo la de “humanos” y creo que me emociono más por este motivo que por verla así realmente.

No entiendo la necesidad de inventar momentos; como la visita virtual que hacen los protagonistas a la infancia de Bella para contarnos qué pasó con su madre….; o cuando Bestia lanza la bola de nieve a Bella, que yo recuerde, en la original, no le alcanza a dar en la cara….sino que rebota contra si mismo…

Ni siquiera el principio, donde nos presentan el personaje de Bestia antes de convertirse en un monstruo, siendo humano frente a la hechicera, con esa fiesta y sus invitados….en la versión animada, apenas vemos tres fotogramas de ilustraciones narrativos sobre ese momento.

Tampoco recuerdo que Gastón disparara a Bestia en el final, más bien, le lanza una flecha justo al principio y luego le clava un cuchillo al final, cuando éste pierde el equilibrio y cae al intentar rematarle. Y tampoco ciertos aspectos en los que nos describen al padre de Bella con Gastón… (por cierto, tremendo el actor Luke Evans).

Así mismo, esa sensación encontrada entre la fantasía que provocan los idílicos personajes de Lumiere, Dindon y la señora Pots con la tazita Chip… frente a los no tan expresivos que encontramos en ésta, al menos, a mi parecer, ya que si bien retratan muy bien los gestos y movimientos y la antigüedad que necesita la cinta, ambientada en la Francia de mediados del siglo XVIII con esa recreación del toque “vintage” que conocemos ahora, carecen de la sensibilidad, el enganche que sí tienen los animados.

La mejor secuencia, “tenemos el honor de presentar su cena”, ganas inmensas de aplaudir, perfección absoluta. Y el baile, con esa canción, apenas pude ver algo, empañada en lágrimas, lo reconozco. El vestido de Bella para el baile, la cosa más deliciosa del mundo, ese “toque final ideal, toque de magia perfecto”. Conmovedor.

Sin embargo, al acabar, los diálogos entre ellos…. fríos. Bestia no le dice a Bella que la ama y ella no le da las gracias por dejarla libre para rescatar a su padre. De nuevo, frialdad…falta de química…o, de nuevo, tengo a la otra Bella y Bestia muy presente…

No sé por qué razón y al mismo tiempo, sí la sé….no termina de encandilarnos como si lo hizo la otra. Nos falta algo, un no sé qué….¿Que salen lagrimas? Por supuesto. Pero ese contraste entre la expresividad humana y la de animación, que todavía no era digital y todavía tenía más encanto. Esa fuerza de Bestia que aterraba tanto y esa evolución del descubrimiento del cariño, el amor, la belleza,… Esa bella que contestaba a Gastón que no quería nada con él y el otro se enfadaba tanto….

Es decir, es como la tortilla de patata; tienes los ingredientes, conoces el procedimiento, el desarrollo y sabes cómo darle la vuelta para que quede perfecta y seguramente quedará perfecta pero, no sabes por qué, la primera que has hecho o que te ha hecho tu madre, te gusta la que más….

Y por eso, los fans de la auténtica Bella y Bestia estamos un poco enfadados y seguimos prefiriendo la otra.

(No os enfadéis por desvelar nada, todos hemos visto la película animada, y el que no, ya la está viendo….os puedo perdonar no haber visto Titanic pero no ésta…)

Aún así, os animo a ir a verla, al cine; eso sí, ahorraos los 7€ del 3D porque no merece la pena…simplemente, olvidaros de los tópicos, adentraros en la magia del cine, de los clásicos Disney, adrentaos en la historia, aunque ya la conozcáis, en su decoración, ambientación, en la aldea de Bella y en ese maravilloso castillo que está clavado….dejaos embelesar por ella y volved a revivir…..vuestra infancia.

Se oye una canción

Crítica de la película 'La Bella y la Bestia'
Tania Serrulla Aguilar
lunes, 17 de abril de 2017, 01:20 h (CET)

1704174

Tengo la sensación de haber ido a ver una de mis películas favoritas adaptada a una producción americana, con expectativas exageradamente altas, provocadas por el propio tráiler/teaser y con la decepción de saber que se podría haber mucho mejor si no hubiera sido el mismo director que Crepúsculo, llevándoselo a su terreno y no siendo totalmente fiel a la novel a original.

Podría empezar la crítica hablando como la Rose anciana de Titanic; “aún recuerdo el olor a recién pintado” pues yo, “Aún recuerdo mi niñez”… los clásicos Disney son un acierto siempre, tienen esa magia envolvente que no cesa pasen los años que pasen…

Es curioso cómo, mientras estoy en el cine, me invade la misma sensación que la primera vez que vi la peli de animación y que siempre que vuelvo a verla en la tele, aunque, esta vez, con sentimientos encontrados.

Por un lado, Emma Watson no me trasmite la fuerza, dulzura, personalidad desbordante que tiene la Bella de dibujos; por otro lado, tengo el recuerdo perfecto de la otra mientras veo la de “humanos” y creo que me emociono más por este motivo que por verla así realmente.

No entiendo la necesidad de inventar momentos; como la visita virtual que hacen los protagonistas a la infancia de Bella para contarnos qué pasó con su madre….; o cuando Bestia lanza la bola de nieve a Bella, que yo recuerde, en la original, no le alcanza a dar en la cara….sino que rebota contra si mismo…

Ni siquiera el principio, donde nos presentan el personaje de Bestia antes de convertirse en un monstruo, siendo humano frente a la hechicera, con esa fiesta y sus invitados….en la versión animada, apenas vemos tres fotogramas de ilustraciones narrativos sobre ese momento.

Tampoco recuerdo que Gastón disparara a Bestia en el final, más bien, le lanza una flecha justo al principio y luego le clava un cuchillo al final, cuando éste pierde el equilibrio y cae al intentar rematarle. Y tampoco ciertos aspectos en los que nos describen al padre de Bella con Gastón… (por cierto, tremendo el actor Luke Evans).

Así mismo, esa sensación encontrada entre la fantasía que provocan los idílicos personajes de Lumiere, Dindon y la señora Pots con la tazita Chip… frente a los no tan expresivos que encontramos en ésta, al menos, a mi parecer, ya que si bien retratan muy bien los gestos y movimientos y la antigüedad que necesita la cinta, ambientada en la Francia de mediados del siglo XVIII con esa recreación del toque “vintage” que conocemos ahora, carecen de la sensibilidad, el enganche que sí tienen los animados.

La mejor secuencia, “tenemos el honor de presentar su cena”, ganas inmensas de aplaudir, perfección absoluta. Y el baile, con esa canción, apenas pude ver algo, empañada en lágrimas, lo reconozco. El vestido de Bella para el baile, la cosa más deliciosa del mundo, ese “toque final ideal, toque de magia perfecto”. Conmovedor.

Sin embargo, al acabar, los diálogos entre ellos…. fríos. Bestia no le dice a Bella que la ama y ella no le da las gracias por dejarla libre para rescatar a su padre. De nuevo, frialdad…falta de química…o, de nuevo, tengo a la otra Bella y Bestia muy presente…

No sé por qué razón y al mismo tiempo, sí la sé….no termina de encandilarnos como si lo hizo la otra. Nos falta algo, un no sé qué….¿Que salen lagrimas? Por supuesto. Pero ese contraste entre la expresividad humana y la de animación, que todavía no era digital y todavía tenía más encanto. Esa fuerza de Bestia que aterraba tanto y esa evolución del descubrimiento del cariño, el amor, la belleza,… Esa bella que contestaba a Gastón que no quería nada con él y el otro se enfadaba tanto….

Es decir, es como la tortilla de patata; tienes los ingredientes, conoces el procedimiento, el desarrollo y sabes cómo darle la vuelta para que quede perfecta y seguramente quedará perfecta pero, no sabes por qué, la primera que has hecho o que te ha hecho tu madre, te gusta la que más….

Y por eso, los fans de la auténtica Bella y Bestia estamos un poco enfadados y seguimos prefiriendo la otra.

(No os enfadéis por desvelar nada, todos hemos visto la película animada, y el que no, ya la está viendo….os puedo perdonar no haber visto Titanic pero no ésta…)

Aún así, os animo a ir a verla, al cine; eso sí, ahorraos los 7€ del 3D porque no merece la pena…simplemente, olvidaros de los tópicos, adentraros en la magia del cine, de los clásicos Disney, adrentaos en la historia, aunque ya la conozcáis, en su decoración, ambientación, en la aldea de Bella y en ese maravilloso castillo que está clavado….dejaos embelesar por ella y volved a revivir…..vuestra infancia.

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