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La serie vuelve ahora a Miami.

Dallas Mavericks vence y se sitúa a un paso del anillo (112-103)

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Dallas Mavericks ha obtenido el triunfo en el quinto partido de la final de la NBA y logra adelantarse en la serie con su tercera victoria en la misma, en el que ha sido el mejor encuentro de todos los disputados hasta el momento entre ambos equipos.

Ficha técnica
112- Dallas Mavericks: >: Barea (17), Kidd (13), Marion (8), Nowitzki (29), Chandler (13) --cinco inicial--; Stevenson (4), Terry (21), Mahinmi (3) y Cardinal (4).

103- Miami Heat: Bibby (2), Wade (23), James (17), Bosh (19), Anthony (2) -cinco inicial--; Haslem (10), Chalmers (55), Miller (9), House (-) y Howard (6).

Parciales: 30-31, 30-26, 24-22 y 28-24

Árbitros:Crawford, Callahan y Kennedy. (2).

Incidencias: 20433 espectadores en el American Airlines Center de Dallas (Texas).

Datos destacables
Lo mejor: Jason Terry
Al igual que en el cuarto partido, el bravo escolta de los Mavericks fue una pieza decisiva para el vital triunfo de los suyos.

Lo peor: Los últimos minutos de Miami Heat
Actitud impropia de un equipo que aspira a ser campeón. A medida que se acercan los minutos finales y estos son más apretados, las muñecas del equipo de Florida se encojen y jugadores importantes como Lebron James o Bosh desaparecen.

El dato: 13/19 en triples para Dallas Mavericks.
La mejor arma de los tejanos hoy. El equipo ha sabido mover muy bien el balón en posiciones exteriores y la consecuencia han sido posiciones en su mayoría cómodas desde el perímetro.
Siglo XXI

Los tejanos están a un solo triunfo de ganar el anillo y tendrán dos oportunidades para lograrlo, pero será en la tórrida cancha de unos Miami Heat que en esta ocasión se volvieron a diluir en el último cuarto. Lebron James volvió a firmar una actuación decepcionante y los de Spoelstra esperan revertir la situación en su cancha y ante su público para ganar el título.

Tuvo que llegar el quinto choque para que Dallas Mavericks diese su imagen más sólida en un inicio de partdo. Jason Kidd, que había completado un cuarto partido muy discreto, empezó sensacional en defensa con dos robos de balón que propiciaron transiciones rápidas en ataque bien aprovechadas por sus compañeros. Por su parte, Miami Heat empezó muy focalizado en Lebron James, intentando que el de Ohio entrase pronto en el choque para redimirse de su aciago 4º encuentro. No solo no lo lograron en primera instancia, sino que permitieron que los Mavericks impusieran su ritmo de juego, sin dar respiro a Miami Heat, y lograran sus primeras ventajas en el marcador. Un inconmensurable Chandler, sin duda en trayectoria ascendente a lo largo de la final, secundado por un fiable Kidd y dos buenas conversiones a media distancia de Dirk Nowitzki (que se iba entonando poco a poco tras fallar sus dos primeros tiros) estiraban la diferencia hasta los 7 puntos (13-6).

En los siguientes minutos el partido se estabilizó, manteniéndose las diferencias entre los 4 y los 7 puntos favorables a Dallas. Aparecieron Wade y Bosh por parte de los de Florida (James no encontraba posiciones en las que fuese desequilibrante) mientras que por parte de los Mavericks aparecieron Terry (prolongando su buena racha del último cuarto del partido anterior) y Cardinal como invitado sorpresa con un meritorio triple. Cuando quedaban 3 minutos para el final de este primer parcial Dwyane Wade sufrió un desafortunado choque en la cadera contra Cardinal y que marcharse al vestuario para preocupación de unos Miami Heat que además ofrecía más dudas en su juego que en partidos anteriores. Y en esa tesitura tan complicada aparecieron los secundarios más insospechados para rescatar a Miami Heat e incluso para hacer que los de Spoelstra lograran ventaja en el marcador al término del primer cuarto. Howard con dos canastas en el poste medio y Chalmers con un triple imposible desde el centro del campo dejaron el marcador tras los 12 primeros minutos en 30-31. En cualquier caso, y a pesar de la ventaja en el marcador, Miami tenía motivos para estar preocupado. Sin Wade en pista era Lebron James el que tenía que tomar el liderazgo de los de Florida. Pero lo cierto es que en esa recta final del primer cuarto James permaneció en un discreto segundo plano.

El postrero triple de Chalmers del final del primer cuarto dio alas a los suyos, que empezaron muy bien el segundo cuarto de la mano de un entonado Chris Bosh y en menor medida de un Lebron James que poco a poco intentaba entrar en el partido. Dallas Mavericks aguantaba gracias al tiro exterior de Terry (con una canasta inverosímil) y Stevenson. Con diferencias mínimas para Miami Heat volvió a pista Dwyane Wade, que en un principio disipó dudas sobre su eventual estado de forma con una sensacional canasta por encima de Chandler rompiendo desde línea de 3 (aunque posteriormente sería palpable que el líder de Miami no estaba en plenitud de facultades). En cualquier caso el partido parecía fuera de control, con porcentajes de tiro altísimos por parte de ambos equipos (con 6:36 para llegar al descanso los porcentajes en tiro de 3 eran de 5/6 para Dallas Mavericks y 4/5 para Miami Heat).

Los siguientes instantes fueron los peores momentos ofensivamente hablando de Dallas Mavericks, muy espesos en la circulación de balón y desacertados en el tiro a canasta. Miami Heat no supo sacar partido de tal tesitura y solo consiguió estirar la ventaja hasta los 6 puntos (44-50) a falta de 5:35. Fue esa diferencia de Miami Heat (la máxima de la que dispondría a lo largo del partido) la que supuso, y ya van incontables veces en esta serie final, una reacción de Dallas Mavericks que dio la vuelta al marcador para permitir a la franquicia de Mark Cuban marcharse al descanso con una ventaja de 3 puntos (60-57). Los responsables en mayor medida fueron Dirk Nowitzki, apareciendo justo a tiempo para finalizar la primera parte con 16 puntos, Jason Kidd dirigiendo con criterio y un colosal Tyson Chandler aprovechando las asistencias del veterano base. Miami Heat tenía en Mario Chamlers a su principal arma ofensiva desde la línea del 7,20. Dwyane Wade parecía sensiblemente mermado por su golpe en la cadera y Lebron James no parecía querer asumir el liderazgo de la franquicia de Florida. Sin duda la actuación del número 6 de Miami Heat estaba siendo decepcionante.

El partido se reanudo en un estado de locura colectiva. El ritmo no decayó lo más mínimo y Miami Heat pronto consiguió igualar el marcador gracias a los mejores minutos de Miller en pista, muy acertado en esos momentos en el tiro a media y larga distancia. La mala noticia para los de Spoelstra era que Dwyane Wade se volvía a resentir de su golpe con Cardinal y no podía saltar a pista. Con 65-65 apareció la magia de Dirk Nowitzki para anotar una canasta y acto seguido un triple imposible a final de posesión para espolear a los suyos. Tomó su testigo el mejor Barea de toda la final para aupar todavía más a los suyos en los que eran los minutos más confortables de los tejanos en toda la serie final, sensación que rubricó un triple de Kidd que estiraba la ventaja hasta los 9 puntos (80-71). El tiro exterior de los Mavericks era apabullante con un 9/13 en tiros de 3 a falta de 4:10 para llegar al término del tercer cuarto. En ese momento decidió Rick Carlisle darle minutos de descanso a Dirk Nowitzki de cara al último cuarto. Miami aprovecho parcialmente la estancia del alemán en el banquillo para reducir la desventaja hasta los 5 puntos al término del tercer parcial (84-79). A pesar de que pudo volver a la cancha, Dwyane Wade seguía dolorido por su choque en el primer cuarto.

Barea prolongó en el inicio del último cuarto su buena actuación del tercer parcial, y gracias a su explosividad y la rapidez de sus penetraciones propició que su equipo situase su ventaja en 7 puntos (88-81). Pero Miami no permitió que los de Texas rompiesen el partido y se aferraron al mismo como en anteriores ocasiones lo hizo Dallas Mavericks de la mano de un protagonista insospechado como es Haslem, muy astuto leyendo el juego y consiguiendo canastas muy fáciles bajo el aro. Rick Carlisle siguió apostando por Barea y el de Puerto Rico respondió a la perfección. A falta de 6:48 para el final del partido el resultado era de 90-85, con unos Miami Heat que parecían más vulnerables y a merced de Dallas Mavericks que nunca. Y definitivamente los Miami Heat se disfrazaron de los Mavericks para dar la vuelta al partido en el momento más insospechado con un 0-6 de parcial que colocaba el marcador en 95-96. Llegaban entonces los minutos decisivos de la serie, aquellos en los que se enmarcan los “clutch points” (puntos en los últimos 5 minutos) y en los que Dallas Mavericks superaba a lo largo de la serie de forma abrumadora a Miami Heat, de forma colectiva e individual. En esta ocasión se repitió la historia.

Si en anteriores ocasiones fue Dirk Nowitzki el encargado de rescatar a los tejanos, para este partido Jason Terry confirmó su trayectoria ascendente para aupar a los suyos. Para el recuerdo quedará el triple que, a falta de 33,8 segundos anotaba con 105-101 en el marcador y que certificaba el triunfo de Dallas Mavericks. Por parte de Miami Heat, la nada más absoluta. Dwyane Wade parecía seguir muy preocupado por su cadera, Chris Bosh se había difuminado y Lebron James, a pesar de firmar un triple doble y haber surtido a sus compañeros en posiciones óptimas de tiro, firmaba otra gris actuación. El resultado final, 112-103. No se equivocaba Jason Terry cuando decía que según aumentaba la anotación en un partido, en la misma medida se incrementaban las opciones de ganar de Dallas Mavericks.

Nunca habían estado los tejanos tan cerca de ganar la NBA. Ni siquiera en aquella dramática final del 2006 en la que llegaron a situarse 2-0 en el marcador global de la eliminatoria precisamente ante Miami Heat. Para lograrlo será fundamental la aportación de todos los jugadores que han hecho acto de presencia hoy. Además de Nowitzki, Terry, Barea, Marion o Chandler han aparecido en los momentos precisos para acercar un poco más el triunfo final a Dallas. Carácter han demostrado tenerlo de sobra, queda lo más importante y difícil, rematar la serie en cancha ajena.

En tal tesitura, Miami Heat intentará reivindicarse tanto de forma colectiva como individual. Globalmente han dado muestras de ser un equipo todavía en construcción y que parcialmente se arruga en las fases decisivas de los partidos. A esta percepción contribuyen sin duda las actuaciones de jugadores como Lebron James o Chris Bosh en el último cuarto. El de Ohio lo ha intentado pero ha estado muy desacertado en el tiro y el que fuera Center de Toronto Raptors simplemente no ha aparecido en los últimos minutos. La vuelta de la serie a Miami será una seria y definitiva reválida para los de Spoelstra.

Dallas Mavericks vence y se sitúa a un paso del anillo (112-103)

La serie vuelve ahora a Miami.
Miguel Terroso
viernes, 10 de junio de 2011, 04:51 h (CET)
Dallas Mavericks ha obtenido el triunfo en el quinto partido de la final de la NBA y logra adelantarse en la serie con su tercera victoria en la misma, en el que ha sido el mejor encuentro de todos los disputados hasta el momento entre ambos equipos.

Ficha técnica
112- Dallas Mavericks: >: Barea (17), Kidd (13), Marion (8), Nowitzki (29), Chandler (13) --cinco inicial--; Stevenson (4), Terry (21), Mahinmi (3) y Cardinal (4).

103- Miami Heat: Bibby (2), Wade (23), James (17), Bosh (19), Anthony (2) -cinco inicial--; Haslem (10), Chalmers (55), Miller (9), House (-) y Howard (6).

Parciales: 30-31, 30-26, 24-22 y 28-24

Árbitros:Crawford, Callahan y Kennedy. (2).

Incidencias: 20433 espectadores en el American Airlines Center de Dallas (Texas).

Datos destacables
Lo mejor: Jason Terry
Al igual que en el cuarto partido, el bravo escolta de los Mavericks fue una pieza decisiva para el vital triunfo de los suyos.

Lo peor: Los últimos minutos de Miami Heat
Actitud impropia de un equipo que aspira a ser campeón. A medida que se acercan los minutos finales y estos son más apretados, las muñecas del equipo de Florida se encojen y jugadores importantes como Lebron James o Bosh desaparecen.

El dato: 13/19 en triples para Dallas Mavericks.
La mejor arma de los tejanos hoy. El equipo ha sabido mover muy bien el balón en posiciones exteriores y la consecuencia han sido posiciones en su mayoría cómodas desde el perímetro.
Siglo XXI

Los tejanos están a un solo triunfo de ganar el anillo y tendrán dos oportunidades para lograrlo, pero será en la tórrida cancha de unos Miami Heat que en esta ocasión se volvieron a diluir en el último cuarto. Lebron James volvió a firmar una actuación decepcionante y los de Spoelstra esperan revertir la situación en su cancha y ante su público para ganar el título.

Tuvo que llegar el quinto choque para que Dallas Mavericks diese su imagen más sólida en un inicio de partdo. Jason Kidd, que había completado un cuarto partido muy discreto, empezó sensacional en defensa con dos robos de balón que propiciaron transiciones rápidas en ataque bien aprovechadas por sus compañeros. Por su parte, Miami Heat empezó muy focalizado en Lebron James, intentando que el de Ohio entrase pronto en el choque para redimirse de su aciago 4º encuentro. No solo no lo lograron en primera instancia, sino que permitieron que los Mavericks impusieran su ritmo de juego, sin dar respiro a Miami Heat, y lograran sus primeras ventajas en el marcador. Un inconmensurable Chandler, sin duda en trayectoria ascendente a lo largo de la final, secundado por un fiable Kidd y dos buenas conversiones a media distancia de Dirk Nowitzki (que se iba entonando poco a poco tras fallar sus dos primeros tiros) estiraban la diferencia hasta los 7 puntos (13-6).

En los siguientes minutos el partido se estabilizó, manteniéndose las diferencias entre los 4 y los 7 puntos favorables a Dallas. Aparecieron Wade y Bosh por parte de los de Florida (James no encontraba posiciones en las que fuese desequilibrante) mientras que por parte de los Mavericks aparecieron Terry (prolongando su buena racha del último cuarto del partido anterior) y Cardinal como invitado sorpresa con un meritorio triple. Cuando quedaban 3 minutos para el final de este primer parcial Dwyane Wade sufrió un desafortunado choque en la cadera contra Cardinal y que marcharse al vestuario para preocupación de unos Miami Heat que además ofrecía más dudas en su juego que en partidos anteriores. Y en esa tesitura tan complicada aparecieron los secundarios más insospechados para rescatar a Miami Heat e incluso para hacer que los de Spoelstra lograran ventaja en el marcador al término del primer cuarto. Howard con dos canastas en el poste medio y Chalmers con un triple imposible desde el centro del campo dejaron el marcador tras los 12 primeros minutos en 30-31. En cualquier caso, y a pesar de la ventaja en el marcador, Miami tenía motivos para estar preocupado. Sin Wade en pista era Lebron James el que tenía que tomar el liderazgo de los de Florida. Pero lo cierto es que en esa recta final del primer cuarto James permaneció en un discreto segundo plano.

El postrero triple de Chalmers del final del primer cuarto dio alas a los suyos, que empezaron muy bien el segundo cuarto de la mano de un entonado Chris Bosh y en menor medida de un Lebron James que poco a poco intentaba entrar en el partido. Dallas Mavericks aguantaba gracias al tiro exterior de Terry (con una canasta inverosímil) y Stevenson. Con diferencias mínimas para Miami Heat volvió a pista Dwyane Wade, que en un principio disipó dudas sobre su eventual estado de forma con una sensacional canasta por encima de Chandler rompiendo desde línea de 3 (aunque posteriormente sería palpable que el líder de Miami no estaba en plenitud de facultades). En cualquier caso el partido parecía fuera de control, con porcentajes de tiro altísimos por parte de ambos equipos (con 6:36 para llegar al descanso los porcentajes en tiro de 3 eran de 5/6 para Dallas Mavericks y 4/5 para Miami Heat).

Los siguientes instantes fueron los peores momentos ofensivamente hablando de Dallas Mavericks, muy espesos en la circulación de balón y desacertados en el tiro a canasta. Miami Heat no supo sacar partido de tal tesitura y solo consiguió estirar la ventaja hasta los 6 puntos (44-50) a falta de 5:35. Fue esa diferencia de Miami Heat (la máxima de la que dispondría a lo largo del partido) la que supuso, y ya van incontables veces en esta serie final, una reacción de Dallas Mavericks que dio la vuelta al marcador para permitir a la franquicia de Mark Cuban marcharse al descanso con una ventaja de 3 puntos (60-57). Los responsables en mayor medida fueron Dirk Nowitzki, apareciendo justo a tiempo para finalizar la primera parte con 16 puntos, Jason Kidd dirigiendo con criterio y un colosal Tyson Chandler aprovechando las asistencias del veterano base. Miami Heat tenía en Mario Chamlers a su principal arma ofensiva desde la línea del 7,20. Dwyane Wade parecía sensiblemente mermado por su golpe en la cadera y Lebron James no parecía querer asumir el liderazgo de la franquicia de Florida. Sin duda la actuación del número 6 de Miami Heat estaba siendo decepcionante.

El partido se reanudo en un estado de locura colectiva. El ritmo no decayó lo más mínimo y Miami Heat pronto consiguió igualar el marcador gracias a los mejores minutos de Miller en pista, muy acertado en esos momentos en el tiro a media y larga distancia. La mala noticia para los de Spoelstra era que Dwyane Wade se volvía a resentir de su golpe con Cardinal y no podía saltar a pista. Con 65-65 apareció la magia de Dirk Nowitzki para anotar una canasta y acto seguido un triple imposible a final de posesión para espolear a los suyos. Tomó su testigo el mejor Barea de toda la final para aupar todavía más a los suyos en los que eran los minutos más confortables de los tejanos en toda la serie final, sensación que rubricó un triple de Kidd que estiraba la ventaja hasta los 9 puntos (80-71). El tiro exterior de los Mavericks era apabullante con un 9/13 en tiros de 3 a falta de 4:10 para llegar al término del tercer cuarto. En ese momento decidió Rick Carlisle darle minutos de descanso a Dirk Nowitzki de cara al último cuarto. Miami aprovecho parcialmente la estancia del alemán en el banquillo para reducir la desventaja hasta los 5 puntos al término del tercer parcial (84-79). A pesar de que pudo volver a la cancha, Dwyane Wade seguía dolorido por su choque en el primer cuarto.

Barea prolongó en el inicio del último cuarto su buena actuación del tercer parcial, y gracias a su explosividad y la rapidez de sus penetraciones propició que su equipo situase su ventaja en 7 puntos (88-81). Pero Miami no permitió que los de Texas rompiesen el partido y se aferraron al mismo como en anteriores ocasiones lo hizo Dallas Mavericks de la mano de un protagonista insospechado como es Haslem, muy astuto leyendo el juego y consiguiendo canastas muy fáciles bajo el aro. Rick Carlisle siguió apostando por Barea y el de Puerto Rico respondió a la perfección. A falta de 6:48 para el final del partido el resultado era de 90-85, con unos Miami Heat que parecían más vulnerables y a merced de Dallas Mavericks que nunca. Y definitivamente los Miami Heat se disfrazaron de los Mavericks para dar la vuelta al partido en el momento más insospechado con un 0-6 de parcial que colocaba el marcador en 95-96. Llegaban entonces los minutos decisivos de la serie, aquellos en los que se enmarcan los “clutch points” (puntos en los últimos 5 minutos) y en los que Dallas Mavericks superaba a lo largo de la serie de forma abrumadora a Miami Heat, de forma colectiva e individual. En esta ocasión se repitió la historia.

Si en anteriores ocasiones fue Dirk Nowitzki el encargado de rescatar a los tejanos, para este partido Jason Terry confirmó su trayectoria ascendente para aupar a los suyos. Para el recuerdo quedará el triple que, a falta de 33,8 segundos anotaba con 105-101 en el marcador y que certificaba el triunfo de Dallas Mavericks. Por parte de Miami Heat, la nada más absoluta. Dwyane Wade parecía seguir muy preocupado por su cadera, Chris Bosh se había difuminado y Lebron James, a pesar de firmar un triple doble y haber surtido a sus compañeros en posiciones óptimas de tiro, firmaba otra gris actuación. El resultado final, 112-103. No se equivocaba Jason Terry cuando decía que según aumentaba la anotación en un partido, en la misma medida se incrementaban las opciones de ganar de Dallas Mavericks.

Nunca habían estado los tejanos tan cerca de ganar la NBA. Ni siquiera en aquella dramática final del 2006 en la que llegaron a situarse 2-0 en el marcador global de la eliminatoria precisamente ante Miami Heat. Para lograrlo será fundamental la aportación de todos los jugadores que han hecho acto de presencia hoy. Además de Nowitzki, Terry, Barea, Marion o Chandler han aparecido en los momentos precisos para acercar un poco más el triunfo final a Dallas. Carácter han demostrado tenerlo de sobra, queda lo más importante y difícil, rematar la serie en cancha ajena.

En tal tesitura, Miami Heat intentará reivindicarse tanto de forma colectiva como individual. Globalmente han dado muestras de ser un equipo todavía en construcción y que parcialmente se arruga en las fases decisivas de los partidos. A esta percepción contribuyen sin duda las actuaciones de jugadores como Lebron James o Chris Bosh en el último cuarto. El de Ohio lo ha intentado pero ha estado muy desacertado en el tiro y el que fuera Center de Toronto Raptors simplemente no ha aparecido en los últimos minutos. La vuelta de la serie a Miami será una seria y definitiva reválida para los de Spoelstra.

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