Pronto se convertirá en un caso insólito en la fiesta, nadie salvo los Silveti, cuando el último vástago tome la alternativa podrá presumir de una dinastía con cuatro generaciones de matadores de toros en la casa. Diego Silveti, el mejor heredero del toreo mejicano de nuestro tiempo, toreó a medio gas ayer en la Maestranza. Allí en mitad del coso del Baratillo pudimos ver la sombra del valor de su bisabuelo Juan Silveti, el famoso Tigre de Guanajuato y la clase de su abuelo del mismo nombre.

Estoy convencido de que su padre el Rey David desde el cielo habrá celebrado como se merece semejante efeméride y es que tras un toreo templado, artístico y valeroso podemos afirmar sin equivocarnos que este chico esta para tomar cuanto antes la alternativa soñada. Con el formidable segundo novillo de Molina estuvo hecho un jabato desde el primer quite con el capote a la espalda de tantas reminiscencias aztecas. Si con la izquierda torea bien ayer lo bordó en redondo, especialmente en dos series para el recuerdo.

Muy despacio templa por bajo Diego rematando cada serie con mucha torería. Con la izquierda no se confía pero el novillo iba de categoría por los dos pitones, y ahí se equivocó de pleno, en eso y en su imperdonable fallo en espadas. El resto tuvo mucho de inteligencia y oficio. Aprovechó bien los tiempos, las distancias, el toreo por bajo bien acompasado e incluso mandando sobre la embestida, vamos que se le vio sobrado de facultades.

Es una pena que al final todos saliéramos preguntando que pasó con las orejas de ese novillo excepcional, ayer seguro que soñó con él. Con el otro no hubo opción como tampoco la tuvo el valiente Javier Jiménez que acabó bailando con el peor lote de la tarde. El francés Thomas Duffau, tiene mucho oficio pero le cuesta transmitir, lo hace todo y lo hace bien pero en esto hay que emocionar y si no nadie se acuerda de nada injustamente. Molina nos dio dos novillos de gran juego y otro como fue el cuarto que también se dejó, enhorabuena ganadero.

Placa de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Cuarta novillada de abono. Menos de media plaza, en tarde esplendida. Se lidiaron seis novillos de Javier Molina, bien presentados y de juego variado. Destacamos segundo, primero y cuarto, el resto le faltó fuerza y bravura.

Thomas Duffau, azul marino y oro, estocada perpendicular y baja (saludos). En el cuarto, media estocada (silencio).

Diego Silveti, verde esperanza y oro, metisaca, estocada atravesada y descabello (vuelta tras aviso). En el quinto, media estocada tendida y tres descabellos (silencio tras aviso).
Javier Jiménez, azul pavo y oro, media estocada (saludos). En el sexto, estovada atravesada (palmas)