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Wade y Lebron James, fundamentales en el primer partido de la serie.

Nowitzki no puede con el "Big Three" de Miami (92-84)

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Miami Heat logró el triunfo en el primer partido de la final de la NBA tras imponerse en el American Airlines Arena de Miami por 92-84. El encuentro, cargado de tensión y con unos porcentajes en el tiro a canasta muy bajos, tuvo diversas alternativas hasta que en la recta final Nowitzki se vio demasiado solo en el aspecto anotador de los Dallas Mavericks, al tiempo que Wade y Lebron James tomaban las riendas de un partido que en gran medida transcurrió por los parámetros que los expertos esperaban.

Una de las mayores incógnitas de este primer encuentro de la final eran los emparejamientos defensivos sobre los jugadores más determinantes de cada equipo. En los primeros compases, cuando atacaban los locales, Stevenson defendía a Lebron James mientras que Nowitzki intentaba neutralizar a un Chris Bosh sobre el que se cargó mucho el juego en esos primeros minutos. Cuando atacaban los tejanos era Joel Anthony el encargado de intentar parar al alemán. El inicio del partido estuvo cargado de imprecisiones y de pérdidas de balón en sendos lados de la pista. Miami Heat buscaba obtener rendimiento de su mayor capacidad atlética y física en el rebote mientras que los Mavericks intentaban sacar partido de su buen hacer en las transiciones rápidas. En el ecuador del primer cuarto el marcador reflejaba un paupérrimo 8-5, muestra de la tensión que atenazaba a ambas franquicias. En esas apareció Lebron para conseguir un 2+1 que ponía en la primera situación comprometida del partido a los de Carlisle.

Acudió al rescate de Dallas un inspiradísimo Jason Kidd desde la línea de 3 puntos, aprovechándose de los tiros liberados que la defensa de Miami le permitía (al no ser, a pesar de su contractual acierto, el tiro a larga distancia una de las mayores virtudes del veterano base). En la recta final de este primer cuarto Jason Terry se apuntó a la fiesta y con 5 puntos consecutivos permitía que Dallas Mavericks terminase el primer cuarto por delante en el marcador (16-17), un hecho sorprendente para como habían transcurrido los 12 primeros minutos, en los que el equipo de Spoelstra había defendido de forma notable y había dominado el rebote en ambos aros. Otro dato que aumentaba esta sensación de sorpresa era que los Mavericks en todo el primer cuarto solo habían anotado una canasta de 2 puntos mientras que habían encestado 3 tiros desde más allá de la línea de 7,20.

El inicio del segundo cuarto tuvo un ritmo mucho más alto que todo el primer cuarto. Si bien los tejanos atacaban con una mayor fluidez (sin que eso se reflejase en una mayor cadencia anotadora), Miami Heat encontraba muchos problemas para hincarle el diente a la defensa zonal plantada por Rick Carlisle. Al no mejorar los porcentajes de tiro por parte de ninguno de los dos equipos, el marcador reflejaba en el ecuador del segundo cuarto un pírrico 25-26 para los de Texas. Fue en ese momento cuando el tiro exterior de los de Florida, inexistente hasta ese momento, empezó a carburar. Sendos triples de Chalmers y Wade dieron la vuelta al marcador y otorgaron la iniciativa a “El Heat”. Y cuando ya se empezaban a escuchar los murmullos de aquellos que reprochaban a Dirk Nowitzki que nunca aparecía en los momentos claves apareció el alemán, leyenda viva del baloncesto, para cambiar la dinámica del encuentro con 5 puntos consecutivos de un nivel estratosférico (un triple bien punteado y un fade-away imposible) que espolearon a sus compañeros para marcharse al descanso por delante en el marcador (43-44). Fueron estos últimos minutos los mejores de Dallas en el partido, moviendo la pelota por el perímetro y aprovechando la buena lectura de juego de Chandler en el poste bajo. Solo el acierto en el tiro exterior de Chalmers por parte de Miami impidió al finalista de la Conferencia Oeste marcharse con una mayor renta.

El inicio del tercer cuarto de Dallas Mavericks fue fulgurante. Un parcial inicial de 0-7 estiró la ventaja hasta los 8 puntos (43-51) completando una reanudación que pocos esperaban. La defensa de Miami era excesivamente endeble ante jugadores tan resolutivos como Marion o Nowitzki y en ataque algunos jugadores pecaban de precipitación jugándose posesiones improcedentes, como era el caso de Bibby (desastroso en el tiro exterior) o incluso Joel Anthony. Wade acudió al rescate de los suyos con 4 puntos consecutivos en transiciones rápidas que estabilizaban la situación en el partido. Sin embargo, los tejanos no dejarían escapar la ventaja en el marcador apoyados en la soberbia actuación en el poste medio de un Shawn Marion que se veía beneficiado por la pésima y contemplativa defensa de un timorato Lebron James.

Precisamente el de Ohio, con un triple a falta de un minuto para finalizar el tercer cuarto, devolvió la ventaja a los de Spoelstra, aprovechando el mal momento de los Texas. Pero lo mejor estaba por llegar, ya que el mismo protagonista se invento un tiro desde su casa para cerrar el tercer cuarto con ventaja para los suyos de 4 puntos (65-61). Los Mavericks habían tenido su oportunidad de controlar el partido al inicio del tercer cuarto pero se dejaron avasallar por la mayor capacidad atlética de sus adversarios.

El inicio del último cuarto se asemejó a varios tramos del primer parcial del partido, con ambos equipos cometiendo errores por doquier siendo perfectamente conscientes de que se aproximaban los momentos decisivos. La superioridad manifiesta de los de Florida en el rebote y varios errores consecutivos de Chandler estiraron la ventaja de Miami Heat en un partido que a Dallas Mavericks se le empezaba a escapar. La ausencia de anotación exterior de jugadores como Jason Terry o Stojakovic unida a una mala selección de tiro en dicho tramo de partido por parte de Nowitzki complicaban mucho el asunto para el equipo de Rick Carlisle. Mientras tanto, a Miami Heat se le escapaban muchas oportunidades para abrir una brecha definitiva y dejaba una puerta abierta para Dallas. Hasta que Wade decidió tomar las riendas del encuentro a falta de 3 minutos con un sensacional tapón sobre Marion y un fulgurante triple, en menos de 30 segundos, que situaba la diferencia entre ambos equipos en 9 puntos (82-73). Ahí moriría un partido cuyo marcador final sería 92-84.

Importante triunfo de Miami que le permite coger confianza de cara al resto de la serie. Desde 1985, año en el que se instauro el sistema de 2-3-2 (2 partidos para empezar en cancha del equipo con el factor campo a su favor, después 3 seguidos en la otra pista y si fuesen necesarios otros 2 en pista del equipo con mejor record), el 74% de los equipos que ganaban el primer encuentro lograban el triunfo en la serie. Si la defensa de Miami mantiene ese intensidad y eficiencia en las ayudas y Lebron y Wade (y en menor medida, Bosh) siguen a semejante nivel, parece complicado que el anillo se les pueda escapar.

Por su parte, Dallas va a necesitar de una mayor contribución por parte de los compañeros de Nowitzki si quiere prolongar la serie y tener opciones. Jugadores como Terry o Stojakovic han de asumir una mayor responsabilidad anotadora para poder paliar sus evidentes carencias defensivas, agigantadas ante jugadores tan poderosos como los que dispone Miami Heat.

Nowitzki no puede con el "Big Three" de Miami (92-84)

Wade y Lebron James, fundamentales en el primer partido de la serie.
Miguel Terroso
miércoles, 1 de junio de 2011, 04:08 h (CET)
Miami Heat logró el triunfo en el primer partido de la final de la NBA tras imponerse en el American Airlines Arena de Miami por 92-84. El encuentro, cargado de tensión y con unos porcentajes en el tiro a canasta muy bajos, tuvo diversas alternativas hasta que en la recta final Nowitzki se vio demasiado solo en el aspecto anotador de los Dallas Mavericks, al tiempo que Wade y Lebron James tomaban las riendas de un partido que en gran medida transcurrió por los parámetros que los expertos esperaban.

Una de las mayores incógnitas de este primer encuentro de la final eran los emparejamientos defensivos sobre los jugadores más determinantes de cada equipo. En los primeros compases, cuando atacaban los locales, Stevenson defendía a Lebron James mientras que Nowitzki intentaba neutralizar a un Chris Bosh sobre el que se cargó mucho el juego en esos primeros minutos. Cuando atacaban los tejanos era Joel Anthony el encargado de intentar parar al alemán. El inicio del partido estuvo cargado de imprecisiones y de pérdidas de balón en sendos lados de la pista. Miami Heat buscaba obtener rendimiento de su mayor capacidad atlética y física en el rebote mientras que los Mavericks intentaban sacar partido de su buen hacer en las transiciones rápidas. En el ecuador del primer cuarto el marcador reflejaba un paupérrimo 8-5, muestra de la tensión que atenazaba a ambas franquicias. En esas apareció Lebron para conseguir un 2+1 que ponía en la primera situación comprometida del partido a los de Carlisle.

Acudió al rescate de Dallas un inspiradísimo Jason Kidd desde la línea de 3 puntos, aprovechándose de los tiros liberados que la defensa de Miami le permitía (al no ser, a pesar de su contractual acierto, el tiro a larga distancia una de las mayores virtudes del veterano base). En la recta final de este primer cuarto Jason Terry se apuntó a la fiesta y con 5 puntos consecutivos permitía que Dallas Mavericks terminase el primer cuarto por delante en el marcador (16-17), un hecho sorprendente para como habían transcurrido los 12 primeros minutos, en los que el equipo de Spoelstra había defendido de forma notable y había dominado el rebote en ambos aros. Otro dato que aumentaba esta sensación de sorpresa era que los Mavericks en todo el primer cuarto solo habían anotado una canasta de 2 puntos mientras que habían encestado 3 tiros desde más allá de la línea de 7,20.

El inicio del segundo cuarto tuvo un ritmo mucho más alto que todo el primer cuarto. Si bien los tejanos atacaban con una mayor fluidez (sin que eso se reflejase en una mayor cadencia anotadora), Miami Heat encontraba muchos problemas para hincarle el diente a la defensa zonal plantada por Rick Carlisle. Al no mejorar los porcentajes de tiro por parte de ninguno de los dos equipos, el marcador reflejaba en el ecuador del segundo cuarto un pírrico 25-26 para los de Texas. Fue en ese momento cuando el tiro exterior de los de Florida, inexistente hasta ese momento, empezó a carburar. Sendos triples de Chalmers y Wade dieron la vuelta al marcador y otorgaron la iniciativa a “El Heat”. Y cuando ya se empezaban a escuchar los murmullos de aquellos que reprochaban a Dirk Nowitzki que nunca aparecía en los momentos claves apareció el alemán, leyenda viva del baloncesto, para cambiar la dinámica del encuentro con 5 puntos consecutivos de un nivel estratosférico (un triple bien punteado y un fade-away imposible) que espolearon a sus compañeros para marcharse al descanso por delante en el marcador (43-44). Fueron estos últimos minutos los mejores de Dallas en el partido, moviendo la pelota por el perímetro y aprovechando la buena lectura de juego de Chandler en el poste bajo. Solo el acierto en el tiro exterior de Chalmers por parte de Miami impidió al finalista de la Conferencia Oeste marcharse con una mayor renta.

El inicio del tercer cuarto de Dallas Mavericks fue fulgurante. Un parcial inicial de 0-7 estiró la ventaja hasta los 8 puntos (43-51) completando una reanudación que pocos esperaban. La defensa de Miami era excesivamente endeble ante jugadores tan resolutivos como Marion o Nowitzki y en ataque algunos jugadores pecaban de precipitación jugándose posesiones improcedentes, como era el caso de Bibby (desastroso en el tiro exterior) o incluso Joel Anthony. Wade acudió al rescate de los suyos con 4 puntos consecutivos en transiciones rápidas que estabilizaban la situación en el partido. Sin embargo, los tejanos no dejarían escapar la ventaja en el marcador apoyados en la soberbia actuación en el poste medio de un Shawn Marion que se veía beneficiado por la pésima y contemplativa defensa de un timorato Lebron James.

Precisamente el de Ohio, con un triple a falta de un minuto para finalizar el tercer cuarto, devolvió la ventaja a los de Spoelstra, aprovechando el mal momento de los Texas. Pero lo mejor estaba por llegar, ya que el mismo protagonista se invento un tiro desde su casa para cerrar el tercer cuarto con ventaja para los suyos de 4 puntos (65-61). Los Mavericks habían tenido su oportunidad de controlar el partido al inicio del tercer cuarto pero se dejaron avasallar por la mayor capacidad atlética de sus adversarios.

El inicio del último cuarto se asemejó a varios tramos del primer parcial del partido, con ambos equipos cometiendo errores por doquier siendo perfectamente conscientes de que se aproximaban los momentos decisivos. La superioridad manifiesta de los de Florida en el rebote y varios errores consecutivos de Chandler estiraron la ventaja de Miami Heat en un partido que a Dallas Mavericks se le empezaba a escapar. La ausencia de anotación exterior de jugadores como Jason Terry o Stojakovic unida a una mala selección de tiro en dicho tramo de partido por parte de Nowitzki complicaban mucho el asunto para el equipo de Rick Carlisle. Mientras tanto, a Miami Heat se le escapaban muchas oportunidades para abrir una brecha definitiva y dejaba una puerta abierta para Dallas. Hasta que Wade decidió tomar las riendas del encuentro a falta de 3 minutos con un sensacional tapón sobre Marion y un fulgurante triple, en menos de 30 segundos, que situaba la diferencia entre ambos equipos en 9 puntos (82-73). Ahí moriría un partido cuyo marcador final sería 92-84.

Importante triunfo de Miami que le permite coger confianza de cara al resto de la serie. Desde 1985, año en el que se instauro el sistema de 2-3-2 (2 partidos para empezar en cancha del equipo con el factor campo a su favor, después 3 seguidos en la otra pista y si fuesen necesarios otros 2 en pista del equipo con mejor record), el 74% de los equipos que ganaban el primer encuentro lograban el triunfo en la serie. Si la defensa de Miami mantiene ese intensidad y eficiencia en las ayudas y Lebron y Wade (y en menor medida, Bosh) siguen a semejante nivel, parece complicado que el anillo se les pueda escapar.

Por su parte, Dallas va a necesitar de una mayor contribución por parte de los compañeros de Nowitzki si quiere prolongar la serie y tener opciones. Jugadores como Terry o Stojakovic han de asumir una mayor responsabilidad anotadora para poder paliar sus evidentes carencias defensivas, agigantadas ante jugadores tan poderosos como los que dispone Miami Heat.

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