La cabeza me da vueltas y más vueltas. Sueño que estoy en el medio de un rondo entre Xavi, Iniesta y Messi (que me están vacilando, vamos), sueño que Fernando Alonso roza la gloria en Mónaco pero se queda sin el título y sin el beso de Carlota (ay, que soso), sueño que Contador gana el Giro y que sus enemigos le ponen el himno franquista (que es casi más tremendo a que te acusen de dopaje); sueño que Florentino Pérez arregla los problemas del Real Madrid (pero no así, ¡hombre!).
En fin, el deporte español nos sigue dando enormes alegrías –mi enhorabuena al FC Barcelona por su cuarta Champions- y el Real Madrid nos sigue dando enormes titulares. Porque no me digan que el de “Valdano a la calle” no ha sido espectacular. No seré yo el que me marque una oda al ‘valdanismo’, aunque reconozco el gran valor que tiene un buen portavoz en una empresa/institución.
Y lo malo es que Florentino no lo ha sabido ver. Si había una profunda desavenencia entre Mourinho y Valdano, deberían haber ejercido funciones opuestas. El caso es que, avalado por su Junta, Pérez se ha cargado a uno de sus hombres, el mismo que le ayudó a ejecutar a Del Bosque y Hierro, y es ahora carne de cañón.
El vencedor por KO técnico ha sido Mou, un púgil versátil, con una boca irresistible y unos golpes al riñón de los que duelen. Valdano, por su parte, metió dos manos en toda la temporada, pero se ha ido a la lona en un Madrid que más cae cuanto mayor es el poder del irresistible FC Barcelona.
Me gustaría estar en la cabeza de Pérez para contarles lo que estará barruntando tras este turbulento final de temporada teñido de azulgrana. Si los blancos no hubiesen ganado la Copa del Rey, la humillación hubiese sido histórica. Ahora se queda con el tridente de poder Mourinho-Mendes-Sánchez (por este orden) y con Zidane para llevar los balones (entiéndase, es una leyenda deportiva pero hombre de Mou y se ceñirá a lo que éste ordene).
Florentino, abandonas tu suerte a Mou dándole todo el poder para fabricar, nada menos, que la pócima mágica con la que debilitar al ejército de pretorianos culés liderados por el Rey Messi IV de Alejandría. Mientras el Barcelona alcanza el oráculo del universo, el Madrid vive agazapado en la Tierra Oscura, buscando la conquista del mundo fijando al enemigo. Definitivamente, a mí se me ha ido la cabeza: Pensaba que era Gasol el Señor de los Anillos. Y no, no, era Mourinho, el reverso tenebroso de Guardiola. Boskov, sácame del lío, ya no sé si “Fútbol…es fútbol” y gol es gol.