Ayer seguí las elecciones con especial interés (es la primera vez, la verdad). Mi apuesta antes de que sucediese lo que tenía que suceder: Rajoy espera agazapado el desastre socialista y el lunes ZP dimite como un caballero. Pero ZP parece que no es un caballero y compadece ante los medios de prensa con la celeridad con la que un ladrón propugna su inocencia: no piensa dimitir y ni se le ha pasado por la cabeza porque la sociedad española le necesita.
15-M. Dicen que todo esto es un desastre y el fin del bipartidismo y demás. Vale, yo les apoyo. Al final los partidos dicen que no, que lo que hay que hacer es seguir votándoles porque sólo así se construye la democracia. Venga, vale, aceptamos pulpo como animal de compañía y que el PSOE ha ganado las elecciones democráticamente pero… ¿y ahora que ha perdido e incluso las urnas han hablado? Dice nuestro amigo que ahora lo que hay que hacer es seguir haciendo pactos parlamentarios para seguir con los procesos de cambios que España necesita.
Siento la total sinceridad con la que me voy a expresar a partir de ahora. España necesita un cambio para empezar: que un señor que no cuenta con el apoyo popular se vaya de una maldita vez (pongo maldita porque todavía no he perdido las buenas formas pero casi). ¿Ha venido a decirnos el señor Zapatero que piensa seguir llevando a cabo la misma política los próximos diez meses? Bien, a mí todo esto me recuerda al búnker en el que Hitler consumía sus últimos días de locura. ¿Qué nos cabe esperar de un presidente que se aferra al poder de la manera más desequilibrada, desesperada y febril? Ya la ciudadanía ha hablado y le han dado un claro mensaje pero parece que esos “pactos parlamentarios” son más importantes para el señor ZP que la opinión de un pueblo que ha hablado y le ha señalado la salida de la Moncloa. Los juegos políticos son así mucho más importantes para ZP que la opinión de los ciudadanos. ¿Quiere decirnos que considera más importante las Elecciones Primarias en su partido que el futuro de la nación? Parece que, por lo que he visto esta noche, así es, y que el PSOE teme enfrentarse a sus responsabilidades porque no tiene siquiera candidato a las próximas generales y eso es mucho más importante que la estabilidad política y social de un país que hoy ha hablado.
Francamente, ni he sido ni seré jamás un partidario de ZP pero lo que hoy ha hecho ha sido algo vergonzoso y propio de alguien al que, claramente, el poder se le ha subido a la cabeza: ahora pretende seguir gobernando diez meses más sin el apoyo del pueblo ni de los municipios ni de las comunidades ni nada de nada… quiere gobernar porque quiere agotar los diez últimos meses de una locura que ya no es socialista ni de izquierdas ni roja ni comunista ni nada por el estilo: es una locura que se debe solamente al señor Zapatero y a sus ministros/as que no han tomado una sola decisión que beneficiase al ciudadano y que, como consecuencia, el ciudadano le ha retirado –democráticamente, no lo olvidemos- todo su apoyo.
¿No es suficiente una abismal diferencia de dos millones de votos? ZP se ha precipitado para decir lo que dicen sólo los locos: no estoy loco a pesar de lo que digan seis millones de personas o siete o la humanidad entera o un equipo médico al completo. Lo peor aún está por llegar: ¿agotará ZP su mandato? Me temo que entre la presión mediática e internacional (porque aunque cambie de móvil creo que le van a encontrar) van a ser tan fuertes que se verá obligado a convocar elecciones (aunque bien es cierto que pensaba eso mismo esta noche). ¿Espera que todas esas medidas tengan continuidad? No, claro que no… ZP se jugará sus últimas cartas no como un tahúr experimentado sino como el loco consciente de que su tiempo se acaba y que ya nada de lo que haga le puede salvar: morir matando como dicen en el ajedrez. ¿Morir matando qué? ¿España? Me temo que es algo más que probable porque la actitud de ZP al no dimitir de inmediato (o convocar elecciones) es la actitud de un hombre al que ya nada le importa salvo su locura.
Hoy estoy más intranquilo que triste, mucho más temeroso con un presidente que ha olvidado que le han hecho presidente precisamente los votos que hoy ignora.
Señor ZP, si los votos le eligieron, los votos han vuelto a hablar y le señalan el camino de la puerta.
Sea, por una vez en su vida, un caballero.