El dominio del actual campeón del mundo y su Red Bull ha sido incontestable. Los demás equipos buscan en Montmeló reducir drásticamente esa diferencia. Lo que funciona aquí suele ser un termómetro fiable del rendimiento del monoplaza. En la pista de pruebas por excelencia se decide el devenir futuro del campeonato.
Pablo García Fariña / SIGLO XXI
Termómetro de los equipos
La pista de pruebas por antonomasia no tiene secretos para las escuderías. Sus 4655 km han servido para poner los coches a punto en pretemporada, y este fin de semana volverán a ser fundamentales para verificar la viabilidad de los nuevos paquetes aerodinámicos. El trazado cuenta para ello con una sucesión de curvas de radio constante de media y alta velocidad, así como una horquilla de segunda velocidad y una chicane.
Debemos afinar mucho el “set up” atendiendo a varios factores clave –lo abrasivo de la pista, el viento que sopla en la recta, y la nueva chicane-. Para lo primero Pirelli trae un nuevo compuesto duro, más estable y constante en su degradación. No obstante se estiman nuevamente tres paradas para el domingo. Debemos afinar mucho con la relación de marchas puesto que es posible llegar al limitador en la recta si no tenemos en cuenta el viento que suele soplar en el “Circuit” y por último prestar atención al balance del monoplaza, ya que en el tercer sector sufriremos subviraje y nos encontraremos la temida chicane que puede descompensarnos el coche y arruinarnos la vuelta.
Aluvión de evoluciones
Absolutamente todos los equipos traen nuevas piezas este fin de semana. Las escudería que no disponían del famoso difusor soplado, aquí lo incorporarán, a excepción de Hispania. Destacan las evoluciones de Force India con una evolución trasera tipo Red Bull o los Lotus que esperan mejorar un segundo por vuelta y acercarse a la zona media de la tabla.
En las grandes escudería la evolución será menor aunque Ferrari y Mclaren si pondrán toda la carne en el asador. El equipo rojo buscará seguir la senda que encontraron en Turquía, mientras los de Woking incorporan las evoluciones que por problemas de fiabilidad no pudieron estrenar en Turquía.
Llamada a la épica
El mundial está calentito. Pese a la indudable superioridad del binomio VET-RB, Alonso ya avisó en Turquía que a poco que el coche vaya, el plantará cara. Si en Barcelona Maranello no vuelve a fallar y a la espera de la limitación del encendido retardado por parte de la FIA, el asturiano estará en la pomada. Hamilton también sigue siendo un candidato firme, por lo que el mundial lejos de estar decidido se antoja como un nuevo reto, una nueva remontada épica, que esta vez puede empezar antes de la mitad del campeonato. Y ya sabemos quien es especialista en remontadas imposibles.