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Etiquetas | Informe 'Negocios Sucios' de Setem
Un estudio pone en evidencia a ocho entidades bancarias españolas por invertir en la empresa Instalaza, dedicada a la fabricación de bombas de racimo

Las armas que carga el diablo y financian los bancos

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Sabíamos que especulan con nuestros ahorros; que nos cobran altas comisiones por realizar cualquier operación; que ante sus posibles quiebras, estamos totalmente desprotegidos... Pero lo que desconocíamos hasta ahora es que, un importante grupo de entidades bancarias del mundo invierten en negocios sucios como la fabricación de armas.

Así lo desvela el último informe titulado: 'Negocios sucios. Bancos españoles que financian armas controvertidas', eleborado por la ONG Setem en el marco de su nueva campaña 'Banca Limpia'.

Según apunta este documento, tanto el BBVA como el Banco Santander o las cajas unidas en el nuevo Grupo Bankia, habrían invertido importantes cifras de dinero en la empresa Instalaza, una compañía madrileña, con sede en Zaragoza, fundada en 1943 que desarrolla y fabrica equipamiento y otros materiales militares para los cuerpos de infantería.

Hasta 2008 Instalaza fabricaba bombas de racimo MAT-120 que contienen, a su vez, 21 sub-bombas. Sin embargo, esta empresa española tuvo que detener su producción cuando el Gobierno prohibió el uso de bombas de racimo en julio de 2008.

Pero fue demasiado tarde... El pasado mes de abril, la organización internacional Human Rights Watch, anunció que las fuerzas del líder libio, Muammar Gadafi, habían lanzado bombas de racimo sobre áreas residenciales de la ciudad de Misrata. Unas bombas, que según indica la misma organización, había fabricado la empresa española Instalaza en el año 2007.

Según los datos que aporta el estudio elaborado por Setem, la empresa Instalaza poseía a finales de 2007 activos por un valor de 31,8 millones de euros. Un dinero líquido que fue financiado por: accionistas privados (53,8%), bancos (37,7%) y otros inversores (8,5%).

Pero los bancos españoles no solo han colaborado con inversión directa. Además, el estudio se hace eco de que también han otorgado importantes créditos a la empresa española Instalaza.

Por ejemplo, Cajalón (entidad enmarcada dentro del Grupo Caja Rural), le concedió un préstamo de más de 2 millones y medio de euros. Caja España, supero la cifra de dos millones de euros de crédito a Instalaza. Caja del Mediterráneo sobrepasó el millón y medio de préstamo. Y otras como Bankinter, Ibercaja, Banco Popular o Banco Sabadell, se quedaron lejos del millón de euros de préstamo a Instalaza, pero también le prestaron dinero.

Aun así, el informe va mucho más allá y confirma que desde 2006 hasta hoy, un total de 14 bancos y cajas españolas, están implicados financiera y económicamente en 19 de las principales empresas fabricantes de armas.

Entres estas armas, que causan miles de muertes de civiles en todo el mundo, no sólo están las bombas de racimo. También se encuentran otras como el armamento nuclear, el de uranio empobrecido, las armas químicas y bacteriológicas o las minas antipersona.

Legislación en otros países
Salvo en el caso de la fabricación de bombas de racimo, que fue prohibida en diciembre de 2008 a través de un Tratado Internacional que firmaron en Oslo 40 países, entre los que estaba España. Nuestro país continua siendo en la actualidad una de las potencias más importantes del mundo en cuanto a fabricación de armas (ocupamos el octavo puesto a nivel mundial en industria y fabricación de armamento y municiones).

Sin embargo, otros muchos países han aprobado legislaciones propias que prohíben tajantemente a su banca y a sus empresas, financiar ni un solo euro a empresas que fabriquen armas. Este es el caso, por ejemplo, de Bélgica, Irlanda, Luxemburgo y Nueva Zelanda. Otros Estados como Noruega, Alemania e Italia, están estudiando nuevas iniciativas para prohibir estos negocios sucios.

Los creadores de este estudio consideran, por tanto, que "debería de ser descartada como cliente cualquier empresa en la que parte de su volumen de negocio, por pequeño que sea, proceda de las armas controvertidas".

Con estudios como este, ponemos una vez más de manifiesto que los ciudadanos vivimos completamente al margen de la realidad. No sabemos que se está haciendo con nuestro dinero. Desconocemos datos de tremenda importancia como los que nos revela esta documento.

Aquí quedan expuestos los datos, la realidad de estos negocios sucios. Ahora nos tocaría hacer un balance personal a todos y cada uno de nosotros...El debate vuelve a estar abierto...

Las armas que carga el diablo y financian los bancos

Un estudio pone en evidencia a ocho entidades bancarias españolas por invertir en la empresa Instalaza, dedicada a la fabricación de bombas de racimo
Carolina  Ferreiro Fajardo
lunes, 16 de mayo de 2011, 14:15 h (CET)
Sabíamos que especulan con nuestros ahorros; que nos cobran altas comisiones por realizar cualquier operación; que ante sus posibles quiebras, estamos totalmente desprotegidos... Pero lo que desconocíamos hasta ahora es que, un importante grupo de entidades bancarias del mundo invierten en negocios sucios como la fabricación de armas.

Así lo desvela el último informe titulado: 'Negocios sucios. Bancos españoles que financian armas controvertidas', eleborado por la ONG Setem en el marco de su nueva campaña 'Banca Limpia'.

Según apunta este documento, tanto el BBVA como el Banco Santander o las cajas unidas en el nuevo Grupo Bankia, habrían invertido importantes cifras de dinero en la empresa Instalaza, una compañía madrileña, con sede en Zaragoza, fundada en 1943 que desarrolla y fabrica equipamiento y otros materiales militares para los cuerpos de infantería.

Hasta 2008 Instalaza fabricaba bombas de racimo MAT-120 que contienen, a su vez, 21 sub-bombas. Sin embargo, esta empresa española tuvo que detener su producción cuando el Gobierno prohibió el uso de bombas de racimo en julio de 2008.

Pero fue demasiado tarde... El pasado mes de abril, la organización internacional Human Rights Watch, anunció que las fuerzas del líder libio, Muammar Gadafi, habían lanzado bombas de racimo sobre áreas residenciales de la ciudad de Misrata. Unas bombas, que según indica la misma organización, había fabricado la empresa española Instalaza en el año 2007.

Según los datos que aporta el estudio elaborado por Setem, la empresa Instalaza poseía a finales de 2007 activos por un valor de 31,8 millones de euros. Un dinero líquido que fue financiado por: accionistas privados (53,8%), bancos (37,7%) y otros inversores (8,5%).

Pero los bancos españoles no solo han colaborado con inversión directa. Además, el estudio se hace eco de que también han otorgado importantes créditos a la empresa española Instalaza.

Por ejemplo, Cajalón (entidad enmarcada dentro del Grupo Caja Rural), le concedió un préstamo de más de 2 millones y medio de euros. Caja España, supero la cifra de dos millones de euros de crédito a Instalaza. Caja del Mediterráneo sobrepasó el millón y medio de préstamo. Y otras como Bankinter, Ibercaja, Banco Popular o Banco Sabadell, se quedaron lejos del millón de euros de préstamo a Instalaza, pero también le prestaron dinero.

Aun así, el informe va mucho más allá y confirma que desde 2006 hasta hoy, un total de 14 bancos y cajas españolas, están implicados financiera y económicamente en 19 de las principales empresas fabricantes de armas.

Entres estas armas, que causan miles de muertes de civiles en todo el mundo, no sólo están las bombas de racimo. También se encuentran otras como el armamento nuclear, el de uranio empobrecido, las armas químicas y bacteriológicas o las minas antipersona.

Legislación en otros países
Salvo en el caso de la fabricación de bombas de racimo, que fue prohibida en diciembre de 2008 a través de un Tratado Internacional que firmaron en Oslo 40 países, entre los que estaba España. Nuestro país continua siendo en la actualidad una de las potencias más importantes del mundo en cuanto a fabricación de armas (ocupamos el octavo puesto a nivel mundial en industria y fabricación de armamento y municiones).

Sin embargo, otros muchos países han aprobado legislaciones propias que prohíben tajantemente a su banca y a sus empresas, financiar ni un solo euro a empresas que fabriquen armas. Este es el caso, por ejemplo, de Bélgica, Irlanda, Luxemburgo y Nueva Zelanda. Otros Estados como Noruega, Alemania e Italia, están estudiando nuevas iniciativas para prohibir estos negocios sucios.

Los creadores de este estudio consideran, por tanto, que "debería de ser descartada como cliente cualquier empresa en la que parte de su volumen de negocio, por pequeño que sea, proceda de las armas controvertidas".

Con estudios como este, ponemos una vez más de manifiesto que los ciudadanos vivimos completamente al margen de la realidad. No sabemos que se está haciendo con nuestro dinero. Desconocemos datos de tremenda importancia como los que nos revela esta documento.

Aquí quedan expuestos los datos, la realidad de estos negocios sucios. Ahora nos tocaría hacer un balance personal a todos y cada uno de nosotros...El debate vuelve a estar abierto...

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