“Osama Bin Wankin’”, con éste titular el New York Post se hacía eco de una noticia que inexplicablemente ha trascendido a los medios de comunicación por parte de la Casa Blanca: han incautado una vasta colección de pornografía en la casa donde se escondía Bin Laden, en Pakistán. Después de asesinarle (supuestamente), nos encontramos con el innecesario escarnio público promovido por los Estados Unidos para desmantelar la imagen del demonio que habían estado vendiendo durante los últimos años. La incoherencia de celebrar un ‘respetuoso’ funeral lanzándole al mar, no encaja con estas acciones para empañar su imagen y rebajarle al nivel de pervertido (o quién sabe qué). Imagen de lo que somos, reflejo de lo que nos dan. Cualquier cosa es permisible para mantener esos 10 o más puntos que ha subido Obama en las encuestas de popularidad. Y son, precisamente, las redes sociales las encargadas de distribuir casi de inmediato todos estos elementos de crispación y desencuentro. Un elemento más de manipulación mediática.

Un ejemplo de esta inmediatez es, por ejemplo, la noticia que publicó el pasado viernes y que publicitó a través de su Twitter, la web humorística ‘El Mundo Today’: “El director de Interviú posará desnudo en Interviú” (¿dónde iba a ser si no?). Las reacciones no se hicieron esperar. Una llamada de los abogados del Grupo Zeta hizo retirar la ‘información’ durante esa misma mañana. Los ‘followers’ reaccionaron ante esta circunstancia con afirmaciones como: “¿Os acordáis de cuando la revista Interviú era progresista y tenía sentido del humor? No, nosotros tampoco”. Y fue poco después, el propio Alberto Pozas, director del magazine, el que reaccionó a tanta presión con un mensaje de Twitter a los censurados: “Hola, tengo un sentido del humor excelente. Por favor, no retiréis la noticia. Eso sí, no me desnudo ni de coña”. Éstos, a su vez, respondieron cómicamente, como viene siendo habitual: “Antes de republicarla esperaremos a que vuestros abogados nos envíen un smiley gigante”. Pese a las buenas palabras, la noticia de la discordia sigue sin poder volver a consultarse. Una historia de encuentro y desencuentro que tuvo lugar en tan sólo unas pocas horas y de la que se hicieron partícipes todos aquellos seguidores que, atentos, permanecían frente a su ordenador.

Precisamente en esta red social, Pedro J. Ramírez publicaba con motivo de su visita al ‘Cenacolo Vinciano’ en Milán éste pasado sábado lo siguiente: “Al margen de la tontería del Código Da Vinci, la ambigüedad andrógina de Juan y su intimidad con Pedro abre todas las hipótesis”. La polémica estaba servida por un hombre, del que cada vez que mencionan su nombre hace que me venga a la mente una canción de Astrud. Tan sólo unas horas antes, Vigalondo había publicado también en su Twitter: “Jesucristo estaba tan delgado gracias a una dieta milagro”. Comentarios no aptos para católicos sin sentido del humor.

Cinemanía también se servía de las redes sociales para informar que había elaborado un interesante especial sobre películas increíblemente extrañas, y el cual que no me resisto a recomendar. De ellas, descartando joyas del cine basura y obras incomprensibles incluso para el mismísimo David Lynch, me voy a quedar hoy con ‘Symbol’, un film japonés de Hitoshi Matsumoto que nos traslada a una habitación blanca donde se ha despertado un hombre que tendrá que pasar diferentes pruebas, cada cual más surrealista, para poder escapar de su encarcelamiento. Sus primeros minutos, en los que tendrá que manipular una serie de penes de unos ángeles para obtener todo aquello que necesita, lo dicen todo.



Y para terminar, un avance: ‘Hanna’, una película que no veremos en España hasta el próximo 10 de junio (aunque se proyectó en la Mostra de Valencia el pasado 8 de abril) y de la que me hice eco gracias a la recomendación del insigne Paco Fox en Twitter. Con un reparto encabezado por Saoirse Ronan, Eric Bana y Cate Blanchett, cuenta la historia de una joven de 16 años que ha sido criada y entrenada por su padre en el Polo Norte para ser una asesina. Con una dirección impecable a cargo de Joe Wright, la fotografía efectista de Alwin H. Kuchler y un trepidante montaje elaborado por Paul Tothill, es una apuesta segura por el entretenimiento. En contra, sus pequeñas incoherencias narrativas (que pueden pasar inadvertidas), elipsis temporales poco verosímiles, ensalzamiento de los estereotipos de nuestro país y una Cate Blanchett bastante poco en forma para ser una agente especial bien entrenada. No obstante, podría definirse como una película de acción a medio camino entre ‘Run Lola Run’ (‘Lola rennt’) y ‘El caso Bourne’ (‘The Bourne identity’).

Las redes sociales tienen una importante influencia y una recepción inmediata. El que se usen para compartir vivencias y opiniones o como un elemento de manipulación de masas es algo de lo que debe de hacerse responsable cada uno (algo en lo que no podemos confiar). Pero ante tanto bombardeo de noticias, ¿cómo discernir lo uno de lo otro?