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Fútbol
Etiquetas | Fútbol / Segunda División
Los locales se impusieron a un líder que criticó la actuación arbitral

El Nàstic aplaza el alirón del Betis y encarrila su salvación (3-1)

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Parecía una utopía, pero este Nàstic no sabe de imposibles y consiguió ganar al rey de la categoría con solvencia e incluso goleando. Los de Oliva se dejaron la piel, provocaron que los andaluces, arropados por una marea verdiblanca, terminaran con nueve hombres sobre el tapete verde y encarrilaron una salvación que provoca que los de Mel aplacen una vez más el deseado alirón.

Ficha técnica
3- Gimnàstic: Rubén (3), Ruz (3), Mairata (2), Medina (2), Raúl Fuster (2), Bergantiños (3), Seoane (3), Felipe (2), Tuni (2), Eloy Gila (2) y Powel (2).

1 - Betis: Casto (3), Isidoro (2), Roversio (1), Belenguer (1), Martínez (2), Beñat (2), Salva Sevilla (2), Juanma (2), Jonathan Pereira (1), Rubén Castro (2) Molina (2).

Cambios : En el equipo local Morán (2) por Tuni (66’), Álvaro Rey (2) por Eloy (66’) y Virgili (3) por Felipe (78’). Por los visitantes jugaron Emaná (3) por Molina (55’), Ezequiel (1) por Pereira (59’) y Momo (1) por Juanma (71’).

Goles: 1-0, m.24: Roversio, en propia meta. 1-1, m.62: Rubén Castro. 2-1, m.83: Powel, de penalti. 3-1, m.86: Virgili.

Árbitro: Sureda Cuenca (colegio balear) (2). Expulsó por doble amarilla a los béticos Belenguer (m.77) y Roversio (m.82). Además, mostró amarillas a Salva Sevilla, Beñat, Ruz, Seoane y Mairata.

Incidencias: 8.207 espectadores en el Nou Estadi en un partido correspondiente a la jornada 39 de la Liga Adelante. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Lorca.



Datos destacables
Lo mejor: Ambientaz
La mejor entrada de la temporada tuvo recompensa. Si bien medio estadio era verdiblanco, el colorido que entre las dos aficiones pintaron fue espectacular.

Lo peor: Frustración visitante
La afición del Betis acudió en masa para celebrar el ascenso y el Nàstic lo evitó.

El dato: 8.207
El número de personas que acudieron al Nou Estadi. Récord esta temporada.
Fernando Castellanos / Tarragona

Ambientazo donde los haya el del mediodía del domingo en el Nou Estadi. Del récord de asistencia esta temporada en el coliseo grana tiene buena parte de culpa la afición del Betis, que dio color verdiblanco a la zona preferente del estadio y que quiso celebrar con los suyos un ascenso cuya espera se ha hecho eterna. No quedaron enmudecidos los seguidores locales, que se unieron a la fiesta pero por motivos bien distintos: ayudar al equipo a evitar los puestos de descenso a Segunda B.

Con un paisaje más de Primera que de Segunda, arrancó un envite en el que el Nàstic tenía prohibido perder. Demasiados tropiezos para un conjunto deseoso de continuar en la categoría de plata. La primera parte fue divertida, entretenida, muy amena. El ruido de las gradas favoreció a que se viera un buen espectáculo sobre el verde tarraconense, y es que ni uno ni otro bando pararon de dejarse la garganta. El Nàstic se hizo con la posesión del esférico, como manda la tradición del que juega en casa, y el Betis, desacostumbrado a estos menesteres, vio como los pupilos de Oliva triangulaban en la zona de creación hasta llegar a la meta de Casto.

El técnico local apostó por Manel Ruz en el flanco derecho de la zaga y acertó. Al lateral apenas se le notó la falta física tras ocho meses en el dique seco y sustituyó con plenas garantías al habitual Xisco Campos, relegado por su irregularidad en los últimos choques. Incluyó también en el ‘XI’ a Medina y a Eloy Gila haciendo de enganche con Powel. La idea no salió mal y a los 25 minutos llegaría la recompensa con el tanto de Tuni, que tras zafarse de su marcador, sacó un centro que fue despejado por Roversio para convertirse en el 1-0.

Ni mucho menos se achicó el Betis, habituado a jugar con un resultado en contra. Primero Jorge Molina, luego Salva Sevilla y antes del descanso Beñat, ponían en apuros a Rubén Pérez, incombustible en todas las acciones y gran salvador de la ventaja. Sin embargo, en la reanudación tanto aviso terminó concretándose. Y eso, a pesar que Powel y Eloy tuvieron en sus botas sendos goles pero el balón se acabó escapando lejos de su objetivo. En el 52’ una buena combinación dentro del área, aderezada con una pared, la acabó finiquitando Rubén Pérez y su olfato goleador.

Tras esto, Pepe Mel movió el banquillo e hizo entrar a Emaná, un todoterreno que hizo temblar los cimientos locales debido a sus llegadas y zapatazos lejanos. A punto estuvo, el camerunés y catalizador del juego ofensivo verdiblanco, de romper las tablas con uno de ellos, pero Rubén Pérez, atento, detuvo la intentona. El 1-1 en el marcador le valía a los visitantes, pero no a los locales, que debían recuperarse del golpe moral que significaba el empate y a la vez sacar fuerzas para volver a encontrar la portería de Casto. Oliva metió a Morán y Álvaro Rey en lugar de Tuni y Eloy y las ideas en ataque comenzaron a producirse.




Rubén Pérez y Ruz se abrazan tras la victoria. (www.gimnasticdetarragona.cat)


La ocasión más clara, en el 70’, cuando un ataque conducido por Morán acabó en la banda izquierda. Fuster centró, remató un jugador grana y el rechace, a boca de gol, mandó al limbo una oportunidad magnífica. A partir de ahí el Betis tiró de contras y el Nàstic provocó la segunda cartulina amarilla a Belenguer a falta de 12 minutos. Oliva realizó entonces su último cambio: hizo entrar a Virgili, un ariete con instinto asesino, y quitó a Felipe Sanchón, cansado de tanto eslalon. Con inferioridad numérica el Betis seguía provocando peligro con dos pases. El que iba de la bota de cualquier jugador verdiblanco a Emaná y el de éste a Rubén Castro. Pese a ello, en el Nàstic se trataba de morir matando.

Y así, intentando matar, llegó la caída dentro del área provocada por Roversio –que también se fue a la calle por doble amonestación-- y que dentro del área, a los once metros, debía transformar Powel. Ahí, el holandés, cara a cara con Casto, y con una hinchada detrás que se moría de los nervios, tuvo la sangre fría para engañar al guardameta visitante y firmar el 2-1. Increíble, pero cierto. Faltaban seis minutos… ¡pero qué seis minutos! Con la locura apoderada del equipo por momentos hubo tiempo hasta para sentenciar. Una palabra que en el diccionario del Nàstic aparece poco pero que, cuando lo hace, lo hace a lo grande. Y así, una jugada por la banda derecha terminó en un centro de Álvaro Rey, Morán no pudo llegar y Virgili, con la caña a punto, puso la guinda al pastel. Un delicioso pastel que se comieron los optimistas y que acerca un poco más al Nàstic al sueño de seguir un año más en la Liga Adelante –ahora es el Salamanca el que no puede perder—y deja al Betis contento y en Primera.


Sala de prensa
Joan Carles Oliva (Entrenador del Gimnàstic)

“Esta victoria tiene un sabor especial. Está claro que queremos el premio, que el cuento acabe bien. Y se nota que no estamos aquí para estar de paseo. Es un pequeño pasito, pero muy importante. La imagen de equipo ha sido la clave, el Betis quería ganar después del empate pero nos hemos levantado. Los cambios han refrescado el ataque y nos han servido mucho. Quedan tres partidos y vamos a ir por ellos”.
Pepe Mel (Entrenador del Betis)

“Con este árbitro nos han metido 6 goles y hemos logrado cero puntos. La derrota ha sido una decepción para nosotros. Cuando teníamos el partido de cara y podíamos ganar, decisiones puntuales del árbitro no nos han permitido hacerlo. A los 20 minutos teníamos 4 tarjetas, parecía que éramos muy violentos. Todo aquel que haya jugado al futbol sabe que un árbitro puede ir minándote poco a poco, era una sensación de impotencia total. Si juega Iriney dura 5 minutos... Nosotros tenemos la seguridad que estamos ascendidos. Felicitamos al Nàstic, pero nos hubiera gustado que el árbitro nos hubiera dado más cancha”.


El Nàstic aplaza el alirón del Betis y encarrila su salvación (3-1)

Los locales se impusieron a un líder que criticó la actuación arbitral
Fernando Castellanos
domingo, 15 de mayo de 2011, 15:47 h (CET)
Parecía una utopía, pero este Nàstic no sabe de imposibles y consiguió ganar al rey de la categoría con solvencia e incluso goleando. Los de Oliva se dejaron la piel, provocaron que los andaluces, arropados por una marea verdiblanca, terminaran con nueve hombres sobre el tapete verde y encarrilaron una salvación que provoca que los de Mel aplacen una vez más el deseado alirón.

Ficha técnica
3- Gimnàstic: Rubén (3), Ruz (3), Mairata (2), Medina (2), Raúl Fuster (2), Bergantiños (3), Seoane (3), Felipe (2), Tuni (2), Eloy Gila (2) y Powel (2).

1 - Betis: Casto (3), Isidoro (2), Roversio (1), Belenguer (1), Martínez (2), Beñat (2), Salva Sevilla (2), Juanma (2), Jonathan Pereira (1), Rubén Castro (2) Molina (2).

Cambios : En el equipo local Morán (2) por Tuni (66’), Álvaro Rey (2) por Eloy (66’) y Virgili (3) por Felipe (78’). Por los visitantes jugaron Emaná (3) por Molina (55’), Ezequiel (1) por Pereira (59’) y Momo (1) por Juanma (71’).

Goles: 1-0, m.24: Roversio, en propia meta. 1-1, m.62: Rubén Castro. 2-1, m.83: Powel, de penalti. 3-1, m.86: Virgili.

Árbitro: Sureda Cuenca (colegio balear) (2). Expulsó por doble amarilla a los béticos Belenguer (m.77) y Roversio (m.82). Además, mostró amarillas a Salva Sevilla, Beñat, Ruz, Seoane y Mairata.

Incidencias: 8.207 espectadores en el Nou Estadi en un partido correspondiente a la jornada 39 de la Liga Adelante. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas del terremoto de Lorca.



Datos destacables
Lo mejor: Ambientaz
La mejor entrada de la temporada tuvo recompensa. Si bien medio estadio era verdiblanco, el colorido que entre las dos aficiones pintaron fue espectacular.

Lo peor: Frustración visitante
La afición del Betis acudió en masa para celebrar el ascenso y el Nàstic lo evitó.

El dato: 8.207
El número de personas que acudieron al Nou Estadi. Récord esta temporada.
Fernando Castellanos / Tarragona

Ambientazo donde los haya el del mediodía del domingo en el Nou Estadi. Del récord de asistencia esta temporada en el coliseo grana tiene buena parte de culpa la afición del Betis, que dio color verdiblanco a la zona preferente del estadio y que quiso celebrar con los suyos un ascenso cuya espera se ha hecho eterna. No quedaron enmudecidos los seguidores locales, que se unieron a la fiesta pero por motivos bien distintos: ayudar al equipo a evitar los puestos de descenso a Segunda B.

Con un paisaje más de Primera que de Segunda, arrancó un envite en el que el Nàstic tenía prohibido perder. Demasiados tropiezos para un conjunto deseoso de continuar en la categoría de plata. La primera parte fue divertida, entretenida, muy amena. El ruido de las gradas favoreció a que se viera un buen espectáculo sobre el verde tarraconense, y es que ni uno ni otro bando pararon de dejarse la garganta. El Nàstic se hizo con la posesión del esférico, como manda la tradición del que juega en casa, y el Betis, desacostumbrado a estos menesteres, vio como los pupilos de Oliva triangulaban en la zona de creación hasta llegar a la meta de Casto.

El técnico local apostó por Manel Ruz en el flanco derecho de la zaga y acertó. Al lateral apenas se le notó la falta física tras ocho meses en el dique seco y sustituyó con plenas garantías al habitual Xisco Campos, relegado por su irregularidad en los últimos choques. Incluyó también en el ‘XI’ a Medina y a Eloy Gila haciendo de enganche con Powel. La idea no salió mal y a los 25 minutos llegaría la recompensa con el tanto de Tuni, que tras zafarse de su marcador, sacó un centro que fue despejado por Roversio para convertirse en el 1-0.

Ni mucho menos se achicó el Betis, habituado a jugar con un resultado en contra. Primero Jorge Molina, luego Salva Sevilla y antes del descanso Beñat, ponían en apuros a Rubén Pérez, incombustible en todas las acciones y gran salvador de la ventaja. Sin embargo, en la reanudación tanto aviso terminó concretándose. Y eso, a pesar que Powel y Eloy tuvieron en sus botas sendos goles pero el balón se acabó escapando lejos de su objetivo. En el 52’ una buena combinación dentro del área, aderezada con una pared, la acabó finiquitando Rubén Pérez y su olfato goleador.

Tras esto, Pepe Mel movió el banquillo e hizo entrar a Emaná, un todoterreno que hizo temblar los cimientos locales debido a sus llegadas y zapatazos lejanos. A punto estuvo, el camerunés y catalizador del juego ofensivo verdiblanco, de romper las tablas con uno de ellos, pero Rubén Pérez, atento, detuvo la intentona. El 1-1 en el marcador le valía a los visitantes, pero no a los locales, que debían recuperarse del golpe moral que significaba el empate y a la vez sacar fuerzas para volver a encontrar la portería de Casto. Oliva metió a Morán y Álvaro Rey en lugar de Tuni y Eloy y las ideas en ataque comenzaron a producirse.




Rubén Pérez y Ruz se abrazan tras la victoria. (www.gimnasticdetarragona.cat)


La ocasión más clara, en el 70’, cuando un ataque conducido por Morán acabó en la banda izquierda. Fuster centró, remató un jugador grana y el rechace, a boca de gol, mandó al limbo una oportunidad magnífica. A partir de ahí el Betis tiró de contras y el Nàstic provocó la segunda cartulina amarilla a Belenguer a falta de 12 minutos. Oliva realizó entonces su último cambio: hizo entrar a Virgili, un ariete con instinto asesino, y quitó a Felipe Sanchón, cansado de tanto eslalon. Con inferioridad numérica el Betis seguía provocando peligro con dos pases. El que iba de la bota de cualquier jugador verdiblanco a Emaná y el de éste a Rubén Castro. Pese a ello, en el Nàstic se trataba de morir matando.

Y así, intentando matar, llegó la caída dentro del área provocada por Roversio –que también se fue a la calle por doble amonestación-- y que dentro del área, a los once metros, debía transformar Powel. Ahí, el holandés, cara a cara con Casto, y con una hinchada detrás que se moría de los nervios, tuvo la sangre fría para engañar al guardameta visitante y firmar el 2-1. Increíble, pero cierto. Faltaban seis minutos… ¡pero qué seis minutos! Con la locura apoderada del equipo por momentos hubo tiempo hasta para sentenciar. Una palabra que en el diccionario del Nàstic aparece poco pero que, cuando lo hace, lo hace a lo grande. Y así, una jugada por la banda derecha terminó en un centro de Álvaro Rey, Morán no pudo llegar y Virgili, con la caña a punto, puso la guinda al pastel. Un delicioso pastel que se comieron los optimistas y que acerca un poco más al Nàstic al sueño de seguir un año más en la Liga Adelante –ahora es el Salamanca el que no puede perder—y deja al Betis contento y en Primera.


Sala de prensa
Joan Carles Oliva (Entrenador del Gimnàstic)

“Esta victoria tiene un sabor especial. Está claro que queremos el premio, que el cuento acabe bien. Y se nota que no estamos aquí para estar de paseo. Es un pequeño pasito, pero muy importante. La imagen de equipo ha sido la clave, el Betis quería ganar después del empate pero nos hemos levantado. Los cambios han refrescado el ataque y nos han servido mucho. Quedan tres partidos y vamos a ir por ellos”.
Pepe Mel (Entrenador del Betis)

“Con este árbitro nos han metido 6 goles y hemos logrado cero puntos. La derrota ha sido una decepción para nosotros. Cuando teníamos el partido de cara y podíamos ganar, decisiones puntuales del árbitro no nos han permitido hacerlo. A los 20 minutos teníamos 4 tarjetas, parecía que éramos muy violentos. Todo aquel que haya jugado al futbol sabe que un árbitro puede ir minándote poco a poco, era una sensación de impotencia total. Si juega Iriney dura 5 minutos... Nosotros tenemos la seguridad que estamos ascendidos. Felicitamos al Nàstic, pero nos hubiera gustado que el árbitro nos hubiera dado más cancha”.


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