El cuento se acaba. Tras elalirón del Barça esta semana tan sólo la batalla por Europa y la lucha porevitar la única plaza de descenso restante ponen la emoción a la cuestionablemejor liga del mundo. Cuestionable porque, pese a que los dos mejoresequipos compitan en ella, esta Liga volverá a ser recordada como la enésima batalla entre Real Madrid y Barça.
En Italia, por ejemplo, el Nápoles se entrometió en los planes de Inter y Milán durante gran parte delcalendario y, en Inglaterra, Arsenal y City se subieron al carro hasta queflaquearon las fuerzas y la batalla entre Chelsea y ManU acabó decantándose porlado red. Mientras, en España no ha habido ni una solo jornada en la que se vislumbrara un atisbo de sorpresa por parte de Valencia, Atlético, Villarreal o Sevilla.
Se ha hablado incluso del campeón de ‘La Otra Liga’ y eso, sin duda, no es bueno para el fútbol. Daba las sensación de que las cartas repartidas estaban marcadas de antemano y seríaconveniente que al menos el reparto económico de los derechos televisivos serealizase de otro modo el próximo curso para intentar agitar el cotarro.
El paseo del Real Madrid por estadios históricamente infernales para sus jugadores ha sido el colofón a una Liga que se desinfló desde el empate uno en el Santiago Bernabéu en el primer ciclón de clásicos. Todavía colea por cierto el enfrentamiento entre los dos grandes que ha dejado una imagen bochornosa fuera de nuestras fronteras. Esperemos que la Roja no se resienta, aunque es otra lección que aprender decara a la próxima temporada.
En esas, todavía muchos siguencon el agua al cuello. Aficiones angustiadas por el desconcierto que provoca nosaber si el próximo año planificarán sus viajes al Camp Nou o a Los Pajaritos y muchos, muchos jugadores con la responsabilidad de dejarse la piel para agarrarse a primera.
A los que amamos este deporte senos vuelven a ensombrecer los domingos con cada final de temporada y se nos apagan las ganas de debatir de fútbol los lunes. Por eso este último mensaje es de suerte para todos y cada uno de los equipos a los que les va la vida en las próximassemanas y en especial a los jugadores del Lorca porque el fútbol, aunque suene atópico, es sólo fútbol.