La semana de Europa nunca podría haberse celebrado de peor forma. Este lunes el semanario alemán "Der Spiegel" daba a conocer la reunión secreta que había tenido lugar en Luxemburgo entre los principales responsables económicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Eurogrupo, y los Ministros de Finanzas de Alemania, Francia, Italia, España y Grecia. "Der Spiegel" afirmaba que el país heleno estaba estudiando seriamente la posibilidad de abandonar el euro; algo que fue seguidamente descartado por Atenas y la UE.
El hecho y la realidad, es que Grecia precisa una remodelación de su plan de ajuste. Este incluiría aplazamientos de la devolución y abaratamiento de los préstamos de la UE y el FMI, así como un nuevo paquete de ayuda de unos 30 000 millones de euros.
Unas medidas a las que Finlandia y Gran Bretaña se han opuesto rotundamente.
Por otro lado, la agencia estatal de calificación crediticia Standard&Poor's ha rebajado este lunes en dos escalones la calificación de la solvencia del país ante la posibilidad de que sea necesaria una reestructuración de la deuda griega.
Y es que mientras el Parlamento debate sobre la posible modificación del Tratado de Schengen sobre la libre circulación a través de Europa, todas las miradas y pensamientos están puestos en la próxima reunión que tendrá lugar los próximos 16 y 17 de mayo en Bruselas entre los ministros de finanzas europeos (ECOFIN). El problema griego será abordado junto con el rescate de 78 000 millones de euros para Portugal.
Una semana difícil, cargada de críticas hacia el fracaso de la Unión, incluso desde dentro de la propia institución. Este mismo lunes, el político populista y euroescéptico finlandés Timo Soini, cuyo partido se ha convertido recientemente en la tercera fuerza legislativa de Finlandia, comparó la crisis de Grecia, Irlanda y Portugal con una "gangrena" que amenaza con extenderse a otros países europeos como España.
Ante la urgencia y preocupación sobre el tema, la Canciller alemana Angela Merkel viajará mañana a Bruselas con el objetivo de reunirse primero, con el Presidente de la Comisión José Manuel Durao Barroso, y con el Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, para analizar la situación griega.
El próximo miércoles el país heleno se prepara para una nueva huelga general, la segunda de este año, ante el más que probable recorte de medidas sociales. No es de extrañar que los pasillos del Parlamento Europeo, esta semana trasladada a su sede de Estrasburgo, parezcan una auténtica olla a presión a punto de explotar. El fantasma del fracaso acecha a los poderes europeos que temen un efecto dominó sobre los países más frágiles de la Unión.