Pérdidas económicas de entre un 15 y un 20 por ciento. Reducción de puestos de trabajo en torno al 30 por ciento. Disminución del Producto Interior Bruto nacional de un 0,7 por ciento. Menos clientes, menos consumiciones, más ruido en las calles y más denuncias vecinales.

Este es el compendio de reclamaciones que los hosteleros de toda España airearon ayer por las calles de Madrid en la multitudinaria manifestación en la que se congregaron empresarios y empleados de este sector procedentes de todas y cada una de las comunidades autónomas.

Según relataban muchos de los presentes en esta protesta: “con la ley antitabaco se han reducido los desayunos en los bares, los cafés a media mañana, hay menos tertulias y pachangas de juego y, hasta el fútbol, es incapaz de congregar a un significativo grupo de gente”.

Sin embargo, muchos de los manifestantes quisieron dejar claro que no están en contra de la prohibición de fumar en bares y restaurantes de toda España, sino que esta ley debería haber contemplado la posibilidad de crear espacios de fumadores y de no fumadores en los locales, como desde hace tiempo lo tienen planteado otros países de la Unión Europea.

El presidente de la Asociación Española de Hostelería (FERH), José María Rubio, comentó durante esta protesta que los cerca de 400.000 establecimientos representados en esta asociación, “temen tener que echar el cierre” si el Gobierno no da marcha atrás con esta ley.

Para Rubio, los datos de la Encuesta de Población Activa para el primer trimestre del año son un fiel reflejo de las graves consecuencias que está acarreando esta normativa.

Desde enero hasta marzo de 2011 se ganaron 42.300 empleos en hostelería, pero se perdieron más de 53.000 en restauración. Dato que muestra que el balance es negativo, ya que este sector acumuló el 21 por ciento del total de la caída de empleo en España desde que comenzó el año.

Por eso no fue de extrañar que durante el recorrido pudiéramos leer pancartas que dedicaban originales frases de odio a los miembros del Gobierno: “Pajín dimite, la hostelería no te admite”; “Zapatero prohibición, arruinas la nación” o “Queremos convivir en libertad”.

Largo proceso
Pero recordemos que hasta que se produjo la entrada en vigor de esta ley, el texto tuvo que pasar un largo proceso de definición en el Congreso de los Diputados y en el Senado.

Se quería legislar en esta materia para que España se equiparara así a la mayoría de países de Europa. Pero se querían copiar determinados aspectos que ya habían puesto en práctica otros países y que habían dado un buen resultado.

Sin embargo, la ley española que entró en vigor el pasado 2 de enero incorporó algunas prohibiciones que nunca antes se habían visto en el resto de Europa (como la prohibición de fumar en algunos recintos al aire libre: parques infantiles u hospitales).

Esta nueva norma contemplaba, eso sí, la figura de los ‘clubes de fumadores’ como los únicos establecimientos en donde se podría consumir tabaco sin necesidad de estar al aire libre.

Por eso, miles de bares y restaurantes de toda España decidieron hacer de sus establecimientos un club del fumador para estar exentos así de las elevadas sanciones que contempla la ley.

Pero se dieron cuenta de que el proceso no era ni mucho menos fácil porque una de las principales características de los clubes de fumadores, es que no pueden tener ánimo de lucro ni vender ningún tipo de producto…Por lo que los bares y restaurantes que habían pensado cambiar su modelo de negocio, tuvieron que desechar la idea.

Si nos metemos de lleno en el capítulo de las sanciones comprobamos, sin duda, que este es el aspecto más severo de la nueva Ley Antitabaco. Las faltas leves son sancionadas con una multa de 30 euros que se acumularán hasta tres. A partir de tres faltas leves, el fumador o el dueño del establecimiento deberán hacer frente a una falta grave, con una sanción que puede oscilar entre los 600 y los 10.000 euros.

El debate
Es sin duda el proceso más delicado en la tramitación de esta ley. El debate en España estuvo presente desde el mismo día en que nos enteramos que el Gobierno preparaba un texto legal como este.

No olvidemos que en España ya teníamos en vigor una Ley Antitabaco desde junio de 2006. Pero ésta no destacaba que el humo era una prohibición en bares y restaurantes y no castigaba con las elevadas sanciones con las que castiga la nueva ley.

Los dos bandos en el debate: ‘no fumadores intolerantes’ y ‘fumadores intolerantes’, han llevado a cabo intensas conversaciones/peleas/discusiones a lo largo de los primeros meses de la entrada en vigor de esta norma.

Los principales argumentos a favor de la Ley Antitabaco han sido:

Que el tabaco supone en España un problema sanitario de graves magnitudes, pues son casi 50.000 las personas que mueren cada año por enfermedades derivadas de su consumo.

O que esta ley es, simplemente, una extensión de la anterior legislación de 2006. A través de la cual ya se prohibía fumar en centros de trabajo, hospitales y cárceles.

Sin embargo, los detractores de la ley de 2011 insisten en varios argumentos:

Las innumerables pérdidas económicas en determinados sectores como el de la hostelería o la restauración.

Y un aspecto más abstracto pero no menos importante: el de las libertades individuales.

Según este razonamiento, deberían ser los dueños de los bares y restaurantes los que decidan si se puede o no fumar en su local. Al igual que tienen reconocido el ‘derecho de admisión’ dentro de sus establecimientos.

Así que ya saben… Sean fumadores, no fumadores, dueños de bares, empleados o simples clientes…Tienen argumentos de sobra para posicionarse a favor o en contra de esta amplia discusión. Desde el 2 de enero de 2011: ‘el debate está más que servido’.