Se presumía. Y lo fue. El derbi catalán resultó descafeinado ante los ojos del espectador pero fácil de solventar para el mejor Barça de la historia. Iniesta dibujó el primero a la media hora de juego, mientras que Piqué mató el encuentro al inicio del segundo acto con un gran cabezazo. En definitiva, Liga sentenciada para los azulgranas, mientras que los pericos se despiden del anillado europeo.
| Ficha técnica | 2- FC Barcelona: Víctor Valdés (3); Dani Alves (2), Piqué (3), Mascherano (3), Fontàs (1); Sergio Busquets (2), Xavi (2), Iniesta (3); Pedro (2), Villa (1), Messi (2).
0– Espanyol: Kameni (2); Galán (1), Amat (2), Raúl Rodríguez (1), Chica (1); Javi Márquez (1), Verdú (2); J.López (1), Iván Alonso (2), Callejón (1); Osvaldo (3).
Cambios: En los azulgranas Abidal (1) por Fontàs (min.71), Afellay (-) por Pedro (min.83) y Keita (-) por Xavi (min.89). En los blanquiazules Luis García (1) por Iván Alonso (min.45), Álvaro (2) por Callejón (min.58) y Isaías (-) por López (min.76).
Goles: 1-0 Iniesta (min.28) ; 2-0 Piqué (min.47).
Árbitro: Fernández Borbalán (C.Andaluz) (2). En los locales mostró tarjeta a Pedro (62'), mientras que en el conjunto perico amonestó a Luis García (62’), Kameni (62') y Isaías (85').
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo quinta jornada de Liga. 89.994 espectadores en el Camp Nou, Barcelona. Terreno de juego en buenas condiciones. |
Datos destacables | Lo mejor: La fiesta de la Liga Tras clasificarse para la final de la Champions y matar al eterno rival, el público culé sí montó la fiesta en el Camp Nou. Muy animado.
Lo peor: Falto de tensión El encuentro no superó las expectativas. No fue un derbi.
El dato: Un punto Es lo que necesita el FC Barcelona para convertirse matemáticamente en Campeón de Liga. Vayan preparando el trofeo, por favor. |
|
Sergio Garcia / Enviado al Camp Nou
En el derbi regional, y para poner el lazo al título liguero, Pep Guardiola apostó por su once de gala. Sin más. De esta manera, los hombres que escribían la historia culé, a excepción de los mermados Puyol y Abidal, saltaron de inicio al tendido. El jefecito Masche, cada día más querido por la afición, acompañó a Piqué en defensa, mientras que el trivote formado por Busi, Iniesta y Xavi se encargó de hacer fluir el toque barcelonista. Messi, Pedro y Villa, el tridente de lujo.
Por su parte, Pochettino dejó en el banco al capitán Luis García para variar su disposición inicial. Con estas, el míster argentino plantó en la medular a los jugones Javi Márquez y Verdú. En tres cuartos de cancha, David López y el blanco Callejón daban amplitud en bandas, mientras que los toros Iván Alonso y Osvaldo fueron la artillería perica en territorio comanche.
En los primeros compases del encuentro, pronto el Barça desplegó un ritmo cansino a sabiendas de que el tanto caería por inercia. Piqué se empecinaba en buscar largos e inexistentes desmarques, mientras el centro del campo, flujo de juego azulgrana, reclamaba sin éxito el esférico. Infructuosos cambios de juego.
Jadeaba un enérgico Camp Nou, sorprendente cuanto menos, mientras el Pep Team se entonaba buscando espacios. El Espanyol se conformaba con el tímido asedio y nulo peligro de los locales. Y es que la pizarra, por el momento, se imponía al descontrol. Cierto mérito tenía, eso sí, el esquema blanquiazul. Al Barça le faltaba intensidad y profundidad en los metros finales.
Los visitantes aspiraban al juego directo. No había otra. Por ello, los balones largos a los corpulentos Alonso y Osvaldo eran una constante para bajar la pelota hacia el cerebro Verdú, que llegaba desde segunda línea. Entretanto, apareció Iniesta, con un gesto técnico de maestro, para inquietar al meta Kameni, que bloqueó en dos tiempos. Antes, sin embargo, Pedro también probó fortuna con un disparo que repelió el cancerbero. Se mascaba el primero.
Los pericos, ante este doble acercamiento azulgrana, no se escondieron y contragolpearon con Osvaldo como jefe de filas. Una lástima que Callejón se precipitara en el pase de la muerte para dinamitar el choque, pues la sorpresa se palpó en el feudo catalán. Menudo intercambio de golpes, cuál combate de boxeo.
Y llegó el dulce puñetazo rompedor. Iniesta, dominador como pocos del cuero, dibujó la diagonal perfecta y desequilibró la contienda, el derbi y el campeonato con un fuerte disparo que se coló por el palo corto. Uno a cero. Fácil, indoloro y realista por lo acontecido en el fino césped del Camp Nou. Fue entonces cuando el Espanyol, menos guerrero de lo que acostumbra ante el primer gran equipo de la ciudad, intentó reaccionar y avanzar filas.
Pero tampoco. Al menos intentaron noquear un juego barcelonista ya relajado de por sí, aunque éste presentaba bellos relámpagos. Entre pases y tuya-mías de los pupilos de Pep, se fabricó la jugada culé por antonomasia. Exquisita, deliciosa combinación entre Xavi, Iniesta y Messi -claro, ¿Qué esperaban?- que desaprovechó un Villa ansioso en el mano a mano. Imperdonable el Guaje, que dejó incompleta una auténtica obra de arte. Fútbol.
Trámite
En la reanudación, el míster rival no lo veía claro y dio entrada a Luis García para dar aire fresco a la faceta atacante y así voltear el luminoso. Pero un certero cabezazo de Piqué a la salida de un córner selló los tres puntos para Can Barça. El central se imponía a su marca y batía con autoridad al arquero camerunés.
El coloso Osvaldo, en su guerra particular con los centrales barcelonistas, intentó dar esperanza a los suyos, pero los dos soberbios gestos individuales del argentino se toparon con el infranqueable Víctor Valdés. El muro del Hospitalet.
A partir de entonces, entre poco y nada. Los hombres de Mauricio Pochettino clamaban por el pitido final del colegiado, mientras que los azulgranas, dosificando esfuerzos, no quisieron ensañarse con el adversario. Así pues, con el partido aniquilado, Guardiola optó por dar cancha al ovacionado Abidal en su recuperación milagrosa. Sabios minutos para el zaguero francés.
El carrusel de cambios tampoco reactivó al Espanyol, que salió vencido pero no goleado. Osvaldo culminó su hat-trick de errores ante Valdés tras un buen pase de Álvaro, pero el ariete, pese a ser el mejor blanquiazul, llegó con la pólvora mojada. Al final, dos a cero a medio gas y Liga en el bolsillo. A falta de un punto, eso sí. El graderío culé coreó el “campeones, campeones”, mientras que el Espanyol no se atrevió a salir de la jaula española. Europa pinta lejos.