Después del parón tras el G.P. de China la F1 vuelve cargada de novedades al espectacular Otodrom Turco
Pablo García Fariña / SIGLO XXI
El primero de la gira Europea
Técnicamente el Gp de Turquía es la primera carrera de la gira europea y esto hace que las escuderías empiecen a traer aquí todo lo gestado en las fábricas durante el comienzo del campeonato, por lo que la verdadera lucha tecnológica podríamos decir que empieza este fin de semana.
Las mayores mejoras las veremos en los coches de Maranello. Nuevas alas delantera y trasera que intentarán paliar el error de calibración en el túnel de viento y un nuevo sistema de frenado, así como variaciones de altura en el monoplaza para acercarse a la referencia y cortar la hemorragia de puntos que sufren. La otra gran mejora (nuevo fondo plano) será introducida en España y del rendimiento que se obtenga dependerá en buena parte el grado de dedicación que Ferrari le pondrá al resto de la temporada, con vistas a 2012.
La excitante curva 8
El trazado turco es uno de los más divertidos, emocionantes y exigentes del campeonato. Sus constantes desniveles y curvas ciegas mantienen a los pilotos en alerta constante. En este sentido otorga unas sensaciones muy parecidas a Spa. Sin embargo necesitaremos muchas más carga aerodinámica que en el trazado belga, así como una excelente tracción, con lo que la velocidad máxima en la recta será menor y estará supeditada a la activación del DRS. También tenemos dos sectores que son un buen indicativo de la maestría en el pilotaje. Uno es la famosa curva 8. Cuatro vértices infernales que parecen no acabar nunca y donde nuestro sentido común querrá levantar el pie mientras somos sometidos a fuerzas de más de 4g.
No obstante la curva es casi a fondo y depende de la carga aerodinámica y nuestra determinación, conseguirlo o no. El otro punto complicado es el tercer sector. Una sucesión de curvas encadenadas que empiezan en la fuerte frenada de final de recta y donde enlazaremos varias curvas de baja velocidad. Necesitaremos un tacto muy fino con el acelerador y saber anticiparse al vértice de las curvas.
A expensas de la meteorología.
Después de la victoria de Hamilton en China se espera que los Mclaren vuelvan a ser la alternativa a Red Bull, en una pista donde históricamente les ha ido bastante bien. Sin embargo la degradación de los neumáticos puede jugar un factor clave y ahí Hamilton tiene las de perder, ya que se estima una media de tres paradas el domingo (buena culpa de ello lo tiene la famosa curva 8). Motores y frenos no sufrirán en exceso, así que si la lluvia no hace acto de presencia volveremos a ver una carrera movida pero estratégica, donde el uso del DRS volverá a ser un factor clave. NO obstante si las predicciones se cumplen y la lluvia marca el devenir de la prueba será el momento de arriesgar con las estrategias y podríamos ver una carrera loca. De cualquier manera el domingo se presenta sumamente interesante en el siempre excitante trazado turco.