Casi diez años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Bin Laden fue abatido por el ejército estadounidense en su mansión fortificada de Abbottadad (Pakistán), a unos 50 km. al norte de Islamabad. De esta manera, se pone fin a la existencia de un terrorista que siempre ha tenido a Estados Unidos y a Israel como a sus dos enemigos irreconciliables.

La operación se fraguó en plena madrugada del domingo, duró aproximadamente 40 minutos y los participantes habían recibido la orden expresa de “acabar” con Bin Laden. Cuatro helicópteros sobrevolaron la mansión para facilitar el posterior acceso de las fuerzas de la Marina al interior de la vivienda. La resistencia del líder de Al Qaeda se vio sorprendida y poco pudo hacer contra este ataque tan inesperado.

A Bin Laden, según la Fox, se le ofreció la posibilidad de rendirse antes de pegarle un tiro en la cabeza, pero el dictador no aceptó ser capturado vivo a manos de su enemigo. Junto al terrorista también murieron un hijo suyo, otros dos hombres y una mujer. En las filas estadounidenses no hubo ninguna baja, aunque uno de los helicópteros fue alcanzado pero sin resultar nadie herido.

El terrorista se encontraba en un recinto turístico de millones de dólares a poco más de una hora de Islamabad. La guarida ocupa un terreno ocho veces más grande que las demás viviendas y posee unas medidas de seguridad extraordinarias. Cuenta, también, con muros de más de cinco metros con alambres de púas y dos entradas reforzadas, a parte de tener muy pocas ventanas hacia el exterior. A pesar de su valor, no tenía ni líneas telefónicas, ni tampoco cables de Internet.




En esta habitación se cree que murió Bin Laden.

El cuerpo de Bin Laden fue sepultado en el mar, sobre todo, para evitar que se creara un santuario. El ejército estadounidense siguió los procedimientos de un entierro islámico, con rituales religiosos incluidos. El cuerpo, una vez fue verificado que su ADN era correcto, fue lavado, envuelto en una sábana blanca y colocado dentro de una bolsa con peso antes de su posterior lanzamiento al fondo del oceáno.

Dar con el paradero de Bin Landen ha sido fruto de una misión secreta en el que no se ha dejado ningún cabo suelto. Hace cuatro cuatros, la CIA logró identificar al emisario de confianza del terrorista y dos años atrás consiguieron identificar áreas en Pakistán donde actuaba ese contacto. El pasado agosto localizaron su residencia que estaba a nombre de esta persona. La CIA, entonces, entendió que una mansión de tal calibre no encajaba como vivienda de un simple mensajero. Allí había algo mucho más valioso: el líder de Al Qaeda.

Además de terminar con el propio Bin Laden, el comando estadounidense también se ha hecho con material informático: ordenadores personales y memorias USB. Las citadas fuentes calificaron la información requisada como “la veta madre de la Inteligencia” y, actualmente, cientos de personas están examinando este material en un lugar secreto de Afganistán. ¿Qué contendrá el disco duro de Osama Bin Laden?




El helicoptero americano que sufrió los desperfectos cerca de la vivienda de Bin Laden.

Lo que si está claro es que el pueblo estadounidense está feliz por la muerte del líder de Al Qaeda y, en este sentido, Barack Obama, afirma que ahora el mundo “es un lugar más seguro”. El presidente se desplazará el jueves a la “Zona Cero”, lugar donde se levantaron las Torres Gemelas y donde estos días se han congregado cientos de personas para celebrar el adiós del cerebro del atentando del 11-S.

En cuanto a las acciones futuras que pueda ocasionar la muerte de Bin Laden, los talibanes paquistaníes aliados de Al Qaeda prometen venganza con ataques contra Estados Unidos y contra el gobierno de Islamabad. Otro de los aliados del terrorista, el grupo islamista palestino Hamás ha calificado la operación de “asesinato” de un “guerrero santo árabe”, lo que considera como “una continuación de la política estadounidense basada en la opresión y el derramamiento de sangre musulmana”.