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Sevilla acoge la firma del manifiesto 'Compromiso por el Progreso Social de Andalucía'

Compromiso de Progreso

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Recientemente Sevilla acogía la firma del Manifiesto “Compromiso por el Progreso Social de Andalucía” un documento que recogía el compromiso de 18 organizaciones sociales progresistas de Andalucía en torno a la defensa del estado de bienestar y de los derechos y las libertades que la conforman, elementos que configuran los pilares fundamentales de nuestra actual democracia y por los que hombres y mujeres han luchado a lo largo de su vida en la historia de nuestro país.

Un modelo en donde la sanidad, los derechos de los trabajadores o la educación pública y de calidad han conformado un sistema garantista de derechos básicos y fundamentales al alcance de la ciudadanía, siendo el elemento rector de los mismos la igualdad.

Hoy en pleno Siglo XXI asistimos a una crisis económica global sin precedentes , una crisis global que producida por la voracidad de los mercados y por el pensamiento neoconservador ha puesto en jaque el sistema de bienestar social en su conjunto, un sistema que construido a lo largo de los últimos años desde el pensamiento progresista ve ahora peligrar su propia continuidad, y todo ello a través de unos mercados que a modo de juez y parte determinan en sus informes de evaluación subjetiva las medidas que cada país debe llevar a cabo para su situación económica y su credibilidad financiera no empeore en base a estos “informes”, propuestas estas que nacidas en pequeños despachos con pocas sillas se reducen a la frase “más mercado menos estado” . En definitiva actuaciones que no buscan más que el debilitamiento aún mayor de los estados y el recorte del sistema público en función de la aplicación de una nueva ley del más fuerte en un modelo de estado en donde quien tiene capacidad adquisitiva vive y disfruta de derechos y quien no, sufre las consecuencias de ese modelo en donde el copago de los servicios públicos y los ceros de la cuenta corriente del ciudadano sitúan al ciudadano en una parte u otra de la lista de asistencia en derechos como el sanitario, no por menos como señalada el presidente del PP de Murcia Sr. Valcarcel el modelo de copago se presenta como necesario ante la situación económica actual, como dirían algunos para muestra un botón.

Pero ¿Por qué no reacciona la ciudadanía? ¿Por qué la parálisis de la reivindicación parece haberse hecho hueco en nuestra sociedad? Tal vez la existencia de diversos factores como el sistema público de protección de desempleo, la existencia en nuestra democracia de una garantía de cobertura en derechos fundamentales como la educación o sanidad, el apoyo familiar a los miembros más necesitados de apoyo en la actual crisis o la existencia de una economía sumergida expliquen o den respuesta en parte a estas dos preguntas, pero ante este análisis habría que hacerse una tercera pregunta ¿hasta cuando? ¿hasta cuando la ciudadanía podrá aguantar la cada vez mayor perdida de poder adquisitivo y unas cifras de paro que parecen no tener fin?.

Y es que frente a esta situación , ante la victoria de los mercados frente al propio estado que se ve incapaz de hacer frente a estos nuevos “dictadores de lo privado” sólo cabe contraponer la movilización de la sociedad civil unida, una sociedad civil que debe y tiene que demandar medidas como la reforma de la Ley Hipotecaria actualmente vigente en España a fin de hacer de la entrega de la propiedad hipotecada elemento liberador de la deuda, la defensa de un modelo de apoyo al emprendimiento y autoempleo a través de uno modelo progresivo de impuestos de menos a más, la inversión en una mayor y mejor educación pública, el apoyo decidido a la herramienta de la economía social como elemento vertebrador de la economía de las regiones y la defensa del modelo actual de estado social y democrático de derecho entre otras.

Hoy vivimos en definitiva en un tiempo en donde la movilización y la acción social organizada se presentan como fundamentales para garantizar los derechos y las libertades que la democracia actual tiene en su seno, es en definitiva la sociedad civil “la última trinchera” que a la ciudadanía le queda en su lucha frente al modelo de los mercados , ese que auspiciado por el pensamiento conservador sólo busca el recorte de lo público y la puesta en valor de la privado, el interés de unos pocos frente al interés de la generalidad, en definitiva un modelo en donde las conquistas sociales de todo tipo retroceda frente a las nuevas conquistas del pensamiento neoconservador ese que tiene como objetivo poner al poder económico en la cúspide de todos los poderes de los estados haciendo doblegarse a los estados, a la sociedad civil y en definitiva a la propia soberanía popular. Por ello frente a esta propuesta de futuro los ciudadanos y ciudadanas que conformamos esta sociedad sólo tenemos una opción, movilización, unión y acción por el presente y el futuro, por nosotros y por nuestros hijos e hijas , aquellos a los cuales tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor del que nosotros heredamos y una sociedad igual, justa y libre.

Compromiso de Progreso

Sevilla acoge la firma del manifiesto 'Compromiso por el Progreso Social de Andalucía'
Josu Gómez Barrutia
martes, 3 de mayo de 2011, 08:06 h (CET)
Recientemente Sevilla acogía la firma del Manifiesto “Compromiso por el Progreso Social de Andalucía” un documento que recogía el compromiso de 18 organizaciones sociales progresistas de Andalucía en torno a la defensa del estado de bienestar y de los derechos y las libertades que la conforman, elementos que configuran los pilares fundamentales de nuestra actual democracia y por los que hombres y mujeres han luchado a lo largo de su vida en la historia de nuestro país.

Un modelo en donde la sanidad, los derechos de los trabajadores o la educación pública y de calidad han conformado un sistema garantista de derechos básicos y fundamentales al alcance de la ciudadanía, siendo el elemento rector de los mismos la igualdad.

Hoy en pleno Siglo XXI asistimos a una crisis económica global sin precedentes , una crisis global que producida por la voracidad de los mercados y por el pensamiento neoconservador ha puesto en jaque el sistema de bienestar social en su conjunto, un sistema que construido a lo largo de los últimos años desde el pensamiento progresista ve ahora peligrar su propia continuidad, y todo ello a través de unos mercados que a modo de juez y parte determinan en sus informes de evaluación subjetiva las medidas que cada país debe llevar a cabo para su situación económica y su credibilidad financiera no empeore en base a estos “informes”, propuestas estas que nacidas en pequeños despachos con pocas sillas se reducen a la frase “más mercado menos estado” . En definitiva actuaciones que no buscan más que el debilitamiento aún mayor de los estados y el recorte del sistema público en función de la aplicación de una nueva ley del más fuerte en un modelo de estado en donde quien tiene capacidad adquisitiva vive y disfruta de derechos y quien no, sufre las consecuencias de ese modelo en donde el copago de los servicios públicos y los ceros de la cuenta corriente del ciudadano sitúan al ciudadano en una parte u otra de la lista de asistencia en derechos como el sanitario, no por menos como señalada el presidente del PP de Murcia Sr. Valcarcel el modelo de copago se presenta como necesario ante la situación económica actual, como dirían algunos para muestra un botón.

Pero ¿Por qué no reacciona la ciudadanía? ¿Por qué la parálisis de la reivindicación parece haberse hecho hueco en nuestra sociedad? Tal vez la existencia de diversos factores como el sistema público de protección de desempleo, la existencia en nuestra democracia de una garantía de cobertura en derechos fundamentales como la educación o sanidad, el apoyo familiar a los miembros más necesitados de apoyo en la actual crisis o la existencia de una economía sumergida expliquen o den respuesta en parte a estas dos preguntas, pero ante este análisis habría que hacerse una tercera pregunta ¿hasta cuando? ¿hasta cuando la ciudadanía podrá aguantar la cada vez mayor perdida de poder adquisitivo y unas cifras de paro que parecen no tener fin?.

Y es que frente a esta situación , ante la victoria de los mercados frente al propio estado que se ve incapaz de hacer frente a estos nuevos “dictadores de lo privado” sólo cabe contraponer la movilización de la sociedad civil unida, una sociedad civil que debe y tiene que demandar medidas como la reforma de la Ley Hipotecaria actualmente vigente en España a fin de hacer de la entrega de la propiedad hipotecada elemento liberador de la deuda, la defensa de un modelo de apoyo al emprendimiento y autoempleo a través de uno modelo progresivo de impuestos de menos a más, la inversión en una mayor y mejor educación pública, el apoyo decidido a la herramienta de la economía social como elemento vertebrador de la economía de las regiones y la defensa del modelo actual de estado social y democrático de derecho entre otras.

Hoy vivimos en definitiva en un tiempo en donde la movilización y la acción social organizada se presentan como fundamentales para garantizar los derechos y las libertades que la democracia actual tiene en su seno, es en definitiva la sociedad civil “la última trinchera” que a la ciudadanía le queda en su lucha frente al modelo de los mercados , ese que auspiciado por el pensamiento conservador sólo busca el recorte de lo público y la puesta en valor de la privado, el interés de unos pocos frente al interés de la generalidad, en definitiva un modelo en donde las conquistas sociales de todo tipo retroceda frente a las nuevas conquistas del pensamiento neoconservador ese que tiene como objetivo poner al poder económico en la cúspide de todos los poderes de los estados haciendo doblegarse a los estados, a la sociedad civil y en definitiva a la propia soberanía popular. Por ello frente a esta propuesta de futuro los ciudadanos y ciudadanas que conformamos esta sociedad sólo tenemos una opción, movilización, unión y acción por el presente y el futuro, por nosotros y por nuestros hijos e hijas , aquellos a los cuales tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor del que nosotros heredamos y una sociedad igual, justa y libre.

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