La noticia mundial de la muerte de Osama Bin Laden seguramente sea la noticia del año, e incluso puede que de la Década. Un final muy clásico, y sin ningún enigma. Una rápida operación donde participaron veinte soldados de élite americanos que llevaron a cabo su cometido.
Algunos medios confirman que las órdenes era detenerlo con vida, otros sin embargo no lo confirman e informar que el objetivo era acabar con él. Posiblemente, nunca conozcamos bien todos los entresijos del caso, y a lo mejor incluso habrá mucha información oculta que nunca saldrá a la luz.
En el fondo estas dos hipótesis sobre la detención de Osama Bin Laden no cambian las cosas. Ya hay críticas hacia el presidente de EE.UU tras acabar definitivamente con el peor enemigo público del mundo. A mí, personalmente me parece un gran logro, aunque está claro que enseguida iban a oírse voces disconformes con el modus operandi. Aunque se hubiera conseguido detenerle, ¿Qué hubiera cambiado? Nada, porque tras un largo proceso judicial, el talibán hubiera acabado ejecutado públicamente como Saddam Hussein. Seguramente Obama y si equipo hubieran preferido atraparlo, para poder lucir al terrorista ante los medios, y jactarse de esta hazaña a favor de la humanidad, casi como super héroes.
Lo que pase a partir de ahora, tras el bombazo es fácil de prever. Seguro que grandes represarías del grupo terrorista sin ya su idolatrado jefe. Egoístamente, todos pensamos en nuestra seguridad y en el miedo a futuros atentados. Y nadie pensamos en lo más probable, en las víctimas más fáciles: los afganos.
Dadas las circunstancias actuales, este grupo ha sufrido un duro golpe. Desgraciadamente seguro que en un breve plazo de tiempo se reestructurará su cúpula sin grandes problemas. Al quaeda seguro que ya tenía hasta matizada la estrategia a seguir si su líder acabara asesinado. Pero mientras tanto, la ira, la venganza, o simplemente sus ganas de matar pueden cebarse con Afganistán. Está cerca, es ra´pido y se necesitan pocos recursos, blanco fácil para una organización terrorista inestable en este momento.
Por orden de responsabilidad, primero EE.UU y posteriormente la O.N.U no deben de olvidarse de las consecuencias de este duro golpe a la banda y deben de proteger al país.
Recordemos que Afganistán es uno de los pocos países árabes en democracia tan sólo desde el año 2004, tras un gobierno talibán.
Hace unos meses, el secretario del embajador de Afganistán en España ofreció una conferencia en Madrid. Su testimonio, es perfecto para conocer los grandes avances del país tras conseguir que los talibanes desaparecieran del poder.
“Con el primer presidente de Afganistán elegido democráticamente, ya hay escuelas, Universidades (tanto hombres como mujeres), se han construido Hospitales, existen actualmente 36 canales de televisión libres. También existe un buen sistema policial, compuesto también por mujeres, y con expectativas a ampliar el cuerpo con más todavía. La cruz de la moneda es que todavía existe una presión muy contundente de los talibanes.
“La imagen de que el actual gobierno no está haciendo nada no es cierta. Pero es muy difícil actuar contra todo el sistema talibán, y a su vez contra Al Qaeda. Esperamos que las negociaciones con los terroristas sean fructíferas a corto plazo, pero que si no, el gobierno seguirá y seguirá negociando”.
Afganistán va a ser la gran afectada del fin de Osama. Sin lugar a dudas, tras el suceso todas estas negociaciones que el gobierno afgano estaba desarrollando concienzudamente se irán al garete dando paso muy probablemente a futuros atentados terroristas alejando todavía más la paz.