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Conspiraciones de andar por casa

Fracturas

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Cada año que pasa uno tiene más achaques. La pierna, la espalda, el cuello,… creo que mi crisis personal de los treinta es puramente física. El estrés me pasa factura en ocasiones pero no es lo único que me puede producir una úlcera. Es curioso y triste al mismo tiempo cómo el fútbol influye en nuestras vidas. En Argentina claramente se usa como el opio del pueblo, pero en España llevábamos algunos años que demostrábamos un cierto respeto por los gustos y opiniones del adversario (no en política, eso está claro). Las conciencias individuales se han auto-inhibido en las últimas semanas para dar lugar a una colectiva, que lejos de ser positiva como Wikipedia (he dicho positiva, no fiable) o la Seguridad Social (algo sin precedentes en un país de lazarillos como el nuestro), se ha convertido en un arma de destrucción masiva creando animadversiones y sediciones a su paso. Todo ello responde a una psicología de lo más sencilla, convencer al aficionado de que el problema no está dentro, sino fuera. Muchos años lleva utilizando EEUU la política del miedo, algo que sin duda ha surtido efecto. Cuando golpear y agredir se convierte en algo normal, cuando existe una punición se echan las manos a la cabeza y lucen su cara de extrañados mirando en derredor, como si algún desastre natural hubiera arrasado con todo lo que tienen en sus vidas y buscasen una explicación coherente. Habría que darles la palabra a los prisioneros de Guantánamo, a ver que tienen que decir ellos sobre este tema. Comunistas o islamistas, ¿qué más da? Saben la influencia que poseen y como hacer uso de ella, pero no hay responsabilidades sobre lo que pueda ocurrir. Todo se debe a unos intereses que no se quieren desvelar, una cortina de humo mediática que pese a la reiteración en su uso, sigue siendo efectiva en una sociedad más interesada en encontrar las diferencias que las similitudes con el prójimo (de ahí el éxito de los nacionalismos).

La crispación deriva en muchas ocasiones en violencia y, desde luego es algo que debemos evitar. Supongo que para estos momentos es cuando echamos mano del ‘cine-entretenimiento con palomitas’ de Spielberg. Lástima que no haya ninguna película de estreno suya en estos momentos en cartelera. En su lugar podemos encontrar ‘Thor’, ‘Fast & Furious 5’ (sí, van por la quinta, ¿quién iba a decirlo?) y ‘Bebés’. Tal vez la última sea más relajante para nuestro intelecto y nuestras tensiones deportivas, ya que lo único que nos ofrece son grabaciones (eso sí, muy cuidadas) del primer año de vida de cuatro niños que habitan en cuatro lugares diferentes: Japón, Mongolia, Namibia y Estados Unidos. No esperen encontrar un argumento, no existe. No hay ningún niño europeo pese a que el capital es completamente francés. ¿Nuestros niños son muy aburridos o vende más poner a un estadounidense? Según la ‘lógica yankee’ nuestros niños se parecen demasiado a los suyos, aunque piensen que Francia o Italia se encuentran en Australia.



De bebés a ancianos. Ciento dos años tiene Manoel de Oliveira, el más famoso y aclamado director portugués de todos los tiempos, que ya prepara nueva película para este año, “A Igreja do Diabo”. Mientras, podremos disfrutar de ‘El extraño caso de Angélica’ en el ‘Festival Internacional del Cine de Autor de Barcelona’, que se extenderá hasta el próximo domingo 8 de mayo. Otra buena opción para disfrutar del buen cine, aunque sólo para aquellos que residan en la ciudad condal. Así que dejen de inventarse conspiraciones absurdas, no vale la pena, las de verdad son mucho peores.

Fracturas

Conspiraciones de andar por casa
José María Blázquez
domingo, 1 de mayo de 2011, 22:51 h (CET)
Cada año que pasa uno tiene más achaques. La pierna, la espalda, el cuello,… creo que mi crisis personal de los treinta es puramente física. El estrés me pasa factura en ocasiones pero no es lo único que me puede producir una úlcera. Es curioso y triste al mismo tiempo cómo el fútbol influye en nuestras vidas. En Argentina claramente se usa como el opio del pueblo, pero en España llevábamos algunos años que demostrábamos un cierto respeto por los gustos y opiniones del adversario (no en política, eso está claro). Las conciencias individuales se han auto-inhibido en las últimas semanas para dar lugar a una colectiva, que lejos de ser positiva como Wikipedia (he dicho positiva, no fiable) o la Seguridad Social (algo sin precedentes en un país de lazarillos como el nuestro), se ha convertido en un arma de destrucción masiva creando animadversiones y sediciones a su paso. Todo ello responde a una psicología de lo más sencilla, convencer al aficionado de que el problema no está dentro, sino fuera. Muchos años lleva utilizando EEUU la política del miedo, algo que sin duda ha surtido efecto. Cuando golpear y agredir se convierte en algo normal, cuando existe una punición se echan las manos a la cabeza y lucen su cara de extrañados mirando en derredor, como si algún desastre natural hubiera arrasado con todo lo que tienen en sus vidas y buscasen una explicación coherente. Habría que darles la palabra a los prisioneros de Guantánamo, a ver que tienen que decir ellos sobre este tema. Comunistas o islamistas, ¿qué más da? Saben la influencia que poseen y como hacer uso de ella, pero no hay responsabilidades sobre lo que pueda ocurrir. Todo se debe a unos intereses que no se quieren desvelar, una cortina de humo mediática que pese a la reiteración en su uso, sigue siendo efectiva en una sociedad más interesada en encontrar las diferencias que las similitudes con el prójimo (de ahí el éxito de los nacionalismos).

La crispación deriva en muchas ocasiones en violencia y, desde luego es algo que debemos evitar. Supongo que para estos momentos es cuando echamos mano del ‘cine-entretenimiento con palomitas’ de Spielberg. Lástima que no haya ninguna película de estreno suya en estos momentos en cartelera. En su lugar podemos encontrar ‘Thor’, ‘Fast & Furious 5’ (sí, van por la quinta, ¿quién iba a decirlo?) y ‘Bebés’. Tal vez la última sea más relajante para nuestro intelecto y nuestras tensiones deportivas, ya que lo único que nos ofrece son grabaciones (eso sí, muy cuidadas) del primer año de vida de cuatro niños que habitan en cuatro lugares diferentes: Japón, Mongolia, Namibia y Estados Unidos. No esperen encontrar un argumento, no existe. No hay ningún niño europeo pese a que el capital es completamente francés. ¿Nuestros niños son muy aburridos o vende más poner a un estadounidense? Según la ‘lógica yankee’ nuestros niños se parecen demasiado a los suyos, aunque piensen que Francia o Italia se encuentran en Australia.



De bebés a ancianos. Ciento dos años tiene Manoel de Oliveira, el más famoso y aclamado director portugués de todos los tiempos, que ya prepara nueva película para este año, “A Igreja do Diabo”. Mientras, podremos disfrutar de ‘El extraño caso de Angélica’ en el ‘Festival Internacional del Cine de Autor de Barcelona’, que se extenderá hasta el próximo domingo 8 de mayo. Otra buena opción para disfrutar del buen cine, aunque sólo para aquellos que residan en la ciudad condal. Así que dejen de inventarse conspiraciones absurdas, no vale la pena, las de verdad son mucho peores.

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