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La “máquina de dios” (LHC), no multiplica panes y peces

¡Extraordinario descubrimiento!

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En este tiempo- tiempo de hambre, miseria, terrorismo, injusticia, y demás reyertas sangrientas. Tiempo caótico como siempre fue, en “el nunca tiempo de la raza humana” se está probado un mecanismo denominado, Acelerador de partículas, Gran Colisionador de Hadrones, LHC, también denominada La “máquina de dios”

Uno de los últimos descubrimientos, según ha anunciado el CERN, es ni más ni menos que el establecimiento de un nuevo récord mundial; “hacer chocar dos haces de hadrones a una alta intensidad de luminosidad”.

Los choques de hadrones se produjeron a una luminosidad de 4.67 x 1032cm-2s-1, un récord que “pulveriza” el anterior de 4,024 x 1032cm-2s-1, –

Según el director general del CERN, Rolf Heuer, “la intensidad del haz de hadrones es la clave del éxito del LHC, es un avance muy importante. Quien dice intensidad más elevada, dice más datos y por lo tanto más potencial de descubrimiento”.

-La luminosidad es una medida del número de colisiones que se producen en un acelerador de partículas: cuanto más elevada es la luminosidad, la probabilidad de colisiones de partículas es mayor.

El principal objetivo del LHC es producir el máximo número de colisiones posibles para poder registrar el mayor número de datos que ayuden a los científicos a desentrañar los orígenes del Universo-.

Y es que estos de acelerar mamones, perdón quise decir handrones, es lo más de lo más chips…Lo siento de corazón por los millones de seres humanos que todos los años mueren de pura inanición. Para su intolerable e inhumano “problema” no hay maquinita que valga de momento. Conseguir que toda la humanidad disponga de agua y pan es mucho conseguir, oye, que bastante tenemos con acelerar a los mamones, jo, otra vez, perdón, quise decir handrones.

Este ingenio llamado LHC, cuyo coste inicial fue 4.000 millones de € y 25 años de trabajo científico, se ideó al objeto de generar dentro de un túnel de 27 kilómetros, aquellas partículas de Higgs, o partículas de Dios, que se suponen se produjeron en el preciso instante -instante que en tiempo terrenal humano es un perpetuo eterno- de la “Gran explosión” que se supone creó todo el Universo, es decir, se trata de dar más peso teórico a la teoría del Big Bang…

A mi, y a Stephen Hawking, no nos queda duda alguna, de que no funcionará jamás o dicho de otra manera, que jamás se conseguirá el objetivo primordial .Sin embargo un grupo de sabios monos humanos, es decir seres que tropiezan al menos tres veces con su pétrea imbecilidad, pretenden, sin conocer exactamente los componentes de sus propias heces, es decir su esencia viva, descifrar el todo Universo sin haber “descifrado” – milenios ha tenido para hacerlo- una simple maquinita mental que evitase que media humanidad muera desnutrida mientras la otra media defeca millones de toneladas de inconmensurables y depravados vicios… Con lo fácil que es multiplicar panes y peces, basta simplemente con un poco de solidaridad.

Actualmente más de la mitad de la humanidad carece de alimentos, medicinas, información, libertad, ley, honor, incluso el honor del derecho a vivir. Sin embargo eso no parece importar a la opulenta humanidad, residencia, generalmente, de los más afamados científicos que por eso de no aburrirse del propio hastío carnal, no se les ocurre otra cosa que intentar crear en una ínfima mota de arena-Tierra-de todo un inmenso desierto- Universo- nada más y nada menos que “el origen del nacimiento de billones y billones de galaxias”.

Admirable…Demencial… Blasfemo… Estúpido…

No existe palabra alguna, ni tan siquiera en lo más profano de las cloacas, para describir la magnitud de la ignorancia de la que hacen gala millones de seres humanos vivos, que hoy pululan por la Tierra. Es decir, la viva raza humana, raza cruel y asesina que come con la vida y piensa con la carne.

Si el ser humano lograra descifrar, editar, y guardar, en las piedras filosofales de los pulcros monumentos de la humanidad, todos construidos mediante piedras cimentadas con la sangre de los ateos, la realidad científica del nacimiento del Universo, mientras en la Tierra aún se pasa hambre y otras calamidades propias de bárbaros esquizofrénicos, yo entonces sería Dios.

Y es que no existe otra lógica.Para saber algo del Universo es preciso conocerse a uno mismo, y esto es i m- p o- s i- b l e-. Puesto que la raza humana es parte de la materia que se pretende analizar. Luego, pretender conocer la constitución de los pilares de todo el ente universal siendo parte, es como si una efímera gota, ínfima parte de todo un inmenso Océano pretendiese analizar el mismo sin más medios o conocimientos que los adherentes a su propia esencia acuosa.

El Universo es fruto de una indescriptible explosión, Big Bang, cuyos sólidos líquidos y gaseosos resultantes de la misma se expanden a velocidades imposibles de cuantificar, y nosotros vamos con ellos, a la vez que somos ellos, y no fuera de ellos. Esto en lo verdaderamente importante, somos gota del indescifrable Océano Universal. Únicamente gota.

El Universo carece de tiempo alguno; por lo tanto, su expansión como su posterior nexo es un idéntico instante inexorable, inapelable e indivisible. El Universo, el “nuestro” en mi tesis existen más, nace y muere, o mejor dicho, se expande y se contrae en un proceso in- lapso donde el tiempo no es.

Ningún otro científico por muy lumbreras que fuera podría dar más razón que la por mi dada. En primer lugar, como ya he mencionado, porque jamás ser humano alguno logrará hallar las claves físicas de un lugar en ningún tiempo, Génesis del Universo.

En segundo lugar, porque los científicos actuales -igual que todo ser vivo- viven muertos de tiempo en los residuos de su carnal masa. Ellos no lo saben, pero en realidad no están describiendo otra cosa en sus alegatos físicos que la demente razón de los vivos que les observan.

Me gustaría que este artículo pudiera llegar a manos de los científicos para discutir el tema. Sin embargo ya les aviso de antemano de lo inútil de su proyecto. No sólo lo digo yo, Stephen Hawking también. Y es que para descubrir algo no conocido, forzosamente hay que conocerse. Cosa por otro lado imposible, puesto que el conocimiento que tenemos de nosotros mismos es nexo de nuestra propia génesis cognitiva. Luego pretender que nuestro conocimiento es el origen de la génesis universal, significa cognición la raza humana es la suprema verdad de todo lo universal…

Es preciso que le recuerde a toda la Humanidad: que somos larvas amortajadas de sedas que habitamos en un casi inapreciable resquicio de materia Universal de cuyos sedimentos brotamos, al igual que otros billones de seres vivos, los seres humanos. También es preciso recordar que desde nuestra aparición en la Tierra nos hemos asesinados mutuamente sin tregua alguna- una vez se pierde el respeto a las vidas de los demás, no es posible hallar el más mísero resquicio de sensatez- por el simple hecho de avalar o no a unos determinados profeta cuyos “milagros” más significativos, es que los mismos precisaban de defecar para poder vivir. Por si esto no fuera suficiente para alimentar a nuestro fanático ego, inventamos las razas, las religiones, las tierras, las lenguas, las clases, los colores y otras falsas y falaces diferencias interesadas.

Por eso, únicamente la raza humana es capaz de inventar la fusión de neutrones con el único fin de asesinarnos los unos a los otros y acabar con la vida en la Tierra.

Pretender averiguar el sistema por el cual se generó el Universo, descubrir las partículas imantadas que originaron el mismo mientras la propia humanidad es incapaz de ver las bocas hambrientas de sus hermanos, es de un delirio metal insuperable en raza alguna, y aún menos en la raza humana incapaz de verse, sin la ayuda de un espejo, el negro agujero de su culo. Sin embargo esta rémora visual no es impedimento para tener la suficiente capacidad de inventar la fusión de plutones neutrones con el único fin de asesinarnos los unos a los otros y acabar con la vida en la Tierra.

Bien, es verdad que precisamos avanzar, avanzar, o perecer para siempre- no sólo lo digo yo, hace muy poco Stephen Hawking dijo “el futuro a largo plazo de la raza humana está en el espacio ya que será muy difícil evitar un desastre en el planeta Tierra en los próximos cien años, no ya en los próximos mil o millón de años”-pero para tal fin es preciso, urgente, básico, si lo que se pretende es la continuidad de nuestra raza, descubrir, ver, y sobremanera, asumir que todos somos una misma e indisoluble materia viva antes de aventurarse en supuestos laberintos galácticos propios de Dioses.

Es decir, “Asumir que vamos todos juntos o no llegaremos ninguno jamás”

Esta es nuestra única salida como raza: emigrar a otros planetas, expandirnos entre galaxias, lograr llegar un día jamás soñado al origen del origen, al Universo del Universo, al corazón de la Vida. Ahora bien, para avanzar hace falta ser un todo. Desgraciadamente la raza humana es justo todo lo contrario. El caos racial es nuestra más fiel seña de identidad, desde que aparecimos en la Tierra debido a determinados intereses, religiosos, sociales, lingüísticos, racistas, y otras vicisitudes, interesadas individuales e elitistas, los cuales producen ; fanatismo, pérfidos intereses, guerras, dialectos, dioses, reinos y reinados, ateos y no ateos, blancos o de color, etnias, sistemas partidistas, como en invento de la economía, califas, y papados, célebres y famosas moldeados en siliconas mediante obscenos glamoures, instituciones corporativistas ,cuyo poder, produce la sumisión, la falta de libertad, el desprecio a la vida mediante amparos” democráticos” para los verdugos en detrimento de las víctimas, y un sin fin de despotismos, y crueldades propias de execrables asesinos. Esta retahíla de imbecilidades mentales es sinónimo de raza humana. Sin embargo, somos incapaces de asumirlo, nuestro fanático ego no lo permite.

Nosotros, sólo nosotros tenemos la culpa de que un “determinado grupo de humanos de profesiones varias” incapaces por sí solos de verse el culo, como todos, y mucho menos de asumir que sus vidas, como la de todos, dependen del mismo, se permitan gastarse miles de millones al objeto de descubrir el “origen de la boca universal” mientras la boca propia -hambre de la humanidad- muere de inopia.

Con lo fácil que es multiplicar panes y peces. La única máquina que se precisa para tal fin se llama corazón .pero desgraciadamente, no en todos los pechos humanos late. Patético… Tremendo… No me quedan palabras.

¡Extraordinario descubrimiento!

La “máquina de dios” (LHC), no multiplica panes y peces
José Luis Palomera Ruiz
viernes, 29 de abril de 2011, 08:50 h (CET)
En este tiempo- tiempo de hambre, miseria, terrorismo, injusticia, y demás reyertas sangrientas. Tiempo caótico como siempre fue, en “el nunca tiempo de la raza humana” se está probado un mecanismo denominado, Acelerador de partículas, Gran Colisionador de Hadrones, LHC, también denominada La “máquina de dios”

Uno de los últimos descubrimientos, según ha anunciado el CERN, es ni más ni menos que el establecimiento de un nuevo récord mundial; “hacer chocar dos haces de hadrones a una alta intensidad de luminosidad”.

Los choques de hadrones se produjeron a una luminosidad de 4.67 x 1032cm-2s-1, un récord que “pulveriza” el anterior de 4,024 x 1032cm-2s-1, –

Según el director general del CERN, Rolf Heuer, “la intensidad del haz de hadrones es la clave del éxito del LHC, es un avance muy importante. Quien dice intensidad más elevada, dice más datos y por lo tanto más potencial de descubrimiento”.

-La luminosidad es una medida del número de colisiones que se producen en un acelerador de partículas: cuanto más elevada es la luminosidad, la probabilidad de colisiones de partículas es mayor.

El principal objetivo del LHC es producir el máximo número de colisiones posibles para poder registrar el mayor número de datos que ayuden a los científicos a desentrañar los orígenes del Universo-.

Y es que estos de acelerar mamones, perdón quise decir handrones, es lo más de lo más chips…Lo siento de corazón por los millones de seres humanos que todos los años mueren de pura inanición. Para su intolerable e inhumano “problema” no hay maquinita que valga de momento. Conseguir que toda la humanidad disponga de agua y pan es mucho conseguir, oye, que bastante tenemos con acelerar a los mamones, jo, otra vez, perdón, quise decir handrones.

Este ingenio llamado LHC, cuyo coste inicial fue 4.000 millones de € y 25 años de trabajo científico, se ideó al objeto de generar dentro de un túnel de 27 kilómetros, aquellas partículas de Higgs, o partículas de Dios, que se suponen se produjeron en el preciso instante -instante que en tiempo terrenal humano es un perpetuo eterno- de la “Gran explosión” que se supone creó todo el Universo, es decir, se trata de dar más peso teórico a la teoría del Big Bang…

A mi, y a Stephen Hawking, no nos queda duda alguna, de que no funcionará jamás o dicho de otra manera, que jamás se conseguirá el objetivo primordial .Sin embargo un grupo de sabios monos humanos, es decir seres que tropiezan al menos tres veces con su pétrea imbecilidad, pretenden, sin conocer exactamente los componentes de sus propias heces, es decir su esencia viva, descifrar el todo Universo sin haber “descifrado” – milenios ha tenido para hacerlo- una simple maquinita mental que evitase que media humanidad muera desnutrida mientras la otra media defeca millones de toneladas de inconmensurables y depravados vicios… Con lo fácil que es multiplicar panes y peces, basta simplemente con un poco de solidaridad.

Actualmente más de la mitad de la humanidad carece de alimentos, medicinas, información, libertad, ley, honor, incluso el honor del derecho a vivir. Sin embargo eso no parece importar a la opulenta humanidad, residencia, generalmente, de los más afamados científicos que por eso de no aburrirse del propio hastío carnal, no se les ocurre otra cosa que intentar crear en una ínfima mota de arena-Tierra-de todo un inmenso desierto- Universo- nada más y nada menos que “el origen del nacimiento de billones y billones de galaxias”.

Admirable…Demencial… Blasfemo… Estúpido…

No existe palabra alguna, ni tan siquiera en lo más profano de las cloacas, para describir la magnitud de la ignorancia de la que hacen gala millones de seres humanos vivos, que hoy pululan por la Tierra. Es decir, la viva raza humana, raza cruel y asesina que come con la vida y piensa con la carne.

Si el ser humano lograra descifrar, editar, y guardar, en las piedras filosofales de los pulcros monumentos de la humanidad, todos construidos mediante piedras cimentadas con la sangre de los ateos, la realidad científica del nacimiento del Universo, mientras en la Tierra aún se pasa hambre y otras calamidades propias de bárbaros esquizofrénicos, yo entonces sería Dios.

Y es que no existe otra lógica.Para saber algo del Universo es preciso conocerse a uno mismo, y esto es i m- p o- s i- b l e-. Puesto que la raza humana es parte de la materia que se pretende analizar. Luego, pretender conocer la constitución de los pilares de todo el ente universal siendo parte, es como si una efímera gota, ínfima parte de todo un inmenso Océano pretendiese analizar el mismo sin más medios o conocimientos que los adherentes a su propia esencia acuosa.

El Universo es fruto de una indescriptible explosión, Big Bang, cuyos sólidos líquidos y gaseosos resultantes de la misma se expanden a velocidades imposibles de cuantificar, y nosotros vamos con ellos, a la vez que somos ellos, y no fuera de ellos. Esto en lo verdaderamente importante, somos gota del indescifrable Océano Universal. Únicamente gota.

El Universo carece de tiempo alguno; por lo tanto, su expansión como su posterior nexo es un idéntico instante inexorable, inapelable e indivisible. El Universo, el “nuestro” en mi tesis existen más, nace y muere, o mejor dicho, se expande y se contrae en un proceso in- lapso donde el tiempo no es.

Ningún otro científico por muy lumbreras que fuera podría dar más razón que la por mi dada. En primer lugar, como ya he mencionado, porque jamás ser humano alguno logrará hallar las claves físicas de un lugar en ningún tiempo, Génesis del Universo.

En segundo lugar, porque los científicos actuales -igual que todo ser vivo- viven muertos de tiempo en los residuos de su carnal masa. Ellos no lo saben, pero en realidad no están describiendo otra cosa en sus alegatos físicos que la demente razón de los vivos que les observan.

Me gustaría que este artículo pudiera llegar a manos de los científicos para discutir el tema. Sin embargo ya les aviso de antemano de lo inútil de su proyecto. No sólo lo digo yo, Stephen Hawking también. Y es que para descubrir algo no conocido, forzosamente hay que conocerse. Cosa por otro lado imposible, puesto que el conocimiento que tenemos de nosotros mismos es nexo de nuestra propia génesis cognitiva. Luego pretender que nuestro conocimiento es el origen de la génesis universal, significa cognición la raza humana es la suprema verdad de todo lo universal…

Es preciso que le recuerde a toda la Humanidad: que somos larvas amortajadas de sedas que habitamos en un casi inapreciable resquicio de materia Universal de cuyos sedimentos brotamos, al igual que otros billones de seres vivos, los seres humanos. También es preciso recordar que desde nuestra aparición en la Tierra nos hemos asesinados mutuamente sin tregua alguna- una vez se pierde el respeto a las vidas de los demás, no es posible hallar el más mísero resquicio de sensatez- por el simple hecho de avalar o no a unos determinados profeta cuyos “milagros” más significativos, es que los mismos precisaban de defecar para poder vivir. Por si esto no fuera suficiente para alimentar a nuestro fanático ego, inventamos las razas, las religiones, las tierras, las lenguas, las clases, los colores y otras falsas y falaces diferencias interesadas.

Por eso, únicamente la raza humana es capaz de inventar la fusión de neutrones con el único fin de asesinarnos los unos a los otros y acabar con la vida en la Tierra.

Pretender averiguar el sistema por el cual se generó el Universo, descubrir las partículas imantadas que originaron el mismo mientras la propia humanidad es incapaz de ver las bocas hambrientas de sus hermanos, es de un delirio metal insuperable en raza alguna, y aún menos en la raza humana incapaz de verse, sin la ayuda de un espejo, el negro agujero de su culo. Sin embargo esta rémora visual no es impedimento para tener la suficiente capacidad de inventar la fusión de plutones neutrones con el único fin de asesinarnos los unos a los otros y acabar con la vida en la Tierra.

Bien, es verdad que precisamos avanzar, avanzar, o perecer para siempre- no sólo lo digo yo, hace muy poco Stephen Hawking dijo “el futuro a largo plazo de la raza humana está en el espacio ya que será muy difícil evitar un desastre en el planeta Tierra en los próximos cien años, no ya en los próximos mil o millón de años”-pero para tal fin es preciso, urgente, básico, si lo que se pretende es la continuidad de nuestra raza, descubrir, ver, y sobremanera, asumir que todos somos una misma e indisoluble materia viva antes de aventurarse en supuestos laberintos galácticos propios de Dioses.

Es decir, “Asumir que vamos todos juntos o no llegaremos ninguno jamás”

Esta es nuestra única salida como raza: emigrar a otros planetas, expandirnos entre galaxias, lograr llegar un día jamás soñado al origen del origen, al Universo del Universo, al corazón de la Vida. Ahora bien, para avanzar hace falta ser un todo. Desgraciadamente la raza humana es justo todo lo contrario. El caos racial es nuestra más fiel seña de identidad, desde que aparecimos en la Tierra debido a determinados intereses, religiosos, sociales, lingüísticos, racistas, y otras vicisitudes, interesadas individuales e elitistas, los cuales producen ; fanatismo, pérfidos intereses, guerras, dialectos, dioses, reinos y reinados, ateos y no ateos, blancos o de color, etnias, sistemas partidistas, como en invento de la economía, califas, y papados, célebres y famosas moldeados en siliconas mediante obscenos glamoures, instituciones corporativistas ,cuyo poder, produce la sumisión, la falta de libertad, el desprecio a la vida mediante amparos” democráticos” para los verdugos en detrimento de las víctimas, y un sin fin de despotismos, y crueldades propias de execrables asesinos. Esta retahíla de imbecilidades mentales es sinónimo de raza humana. Sin embargo, somos incapaces de asumirlo, nuestro fanático ego no lo permite.

Nosotros, sólo nosotros tenemos la culpa de que un “determinado grupo de humanos de profesiones varias” incapaces por sí solos de verse el culo, como todos, y mucho menos de asumir que sus vidas, como la de todos, dependen del mismo, se permitan gastarse miles de millones al objeto de descubrir el “origen de la boca universal” mientras la boca propia -hambre de la humanidad- muere de inopia.

Con lo fácil que es multiplicar panes y peces. La única máquina que se precisa para tal fin se llama corazón .pero desgraciadamente, no en todos los pechos humanos late. Patético… Tremendo… No me quedan palabras.

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