No pretendo ser aguafiestas, pero me preguntó qué diantre nos va en el bodorrio inglés de este viernes. Probablemente nada. Pero teniendo en cuenta que el país funciona de maravilla, en especial la política y la justicia, que no hay desempleo y que la crisis económica apenas nos ha afectado, es lógico que los desinformativos y los programas de marujeo nos empachen con chismorreos a tutiplén sobre este empalagoso evento que parece salido de un culebrón victoriano de la BBC. Ya no sé si el príncipe y la futura princesa son reales –en el sentido de auténticos–, o sin son actores interpretando su primer papel en la pequeña pantalla.
Entre los snobs más bobos y casposos, estas imbecilidades propias de los súbditos de su Chistosa Majestad tienen su aquel. Pero para los que recordamos que, hace apenas cuatro días, los tabloides ingleses nos llamaban PIGS (cerdos) con mayúsculas, y que recomendaban a sus paisanos no viajar a España por el riesgo, aún remoto, de huelga por parte de los empleados de AENA, el ajeno casorio carece de interés.
No digo que bailemos la danza de la lluvia como furibundos apaches, ebrios de agua de fuego y rogando al gran Manitú que llueva el día que Ken y Barbie celebran su boda, pero demostremos tener un poco de dignidad ante estos granujas que tanto nos han perjudicado con sus bulos acerca de nuestra situación financiera.
Gracias a los embustes difundidos por los tabloides británicos, el aumento de los intereses sobre nuestra deuda soberana nos costará varios millones de euros más. Dinero que saldrá de nuestros bolsillos en forma de incremento de impuestos y de nuevos recortes sociales. Y los bulos rebrotarán como los hongos tan pronto se haya celebrado el casamiento y los turistas españoles, una vez exprimidos, regresen a sus casas emocionados por haber participado como figurantes en la puesta en escena del regio casorio.
Claro que, mientras se habla del déficit español, allí no se habla del pufo británico, mucho más abultado y, de paso, nos envían al ‘fitipaldi’ Lewis Hamilton para vendernos lo último en tocomochos piramidales. No faltarán los pardillos de Atapuerca que, para fingir ser sofisticados expertos en bolsa, estén dispuestos a dejarse desplumar siempre que el taimado gancho hable en inglés. Como Madoff.
No les hagamos el caldo gordo a estos bribones de la pérfida Albión. Son muy modositos y observan las normas de urbanidad en su isla, pero se comportan como soeces vándalos cuando vienen a nuestro país.
Puede que los británicos tengan al elegante James Bond con licencia para matar, pero nosotros tenemos a Torrente con licencia para ventosear. ¿Se imaginan cómo se lo tomarían los hijos de la Gran… (Bretaña) si al paso de la comitiva real un puñado de ‘torrentes’ se bajasen los pantalones para mostrar sus reales posaderas a la parejita? Pues éstas son algunas de las gamberradas que estos lechosos ‘hooligans’ practican en Salou y otras localidades costeras cuando vienen a veranear.
En cuanto a Ken y Barbie… ¡qué sean felices y coman perdices!