El Barça vuelve a imponer su superioridad ante el Real Madrid y pone pie y medio en la final de la Champions. Mourinho da por ‘perdida’ la eliminatoria en rueda de Prensa.

Llegó el Barcelona al Bernabéu, en lo que suponía el tercer clásico del mes, y se comió a un Real Madrid, que venía de ganar la Copa confiado y poco le quedó que hacer ante la superioridad abrumadora del Barça. Cierto es que ninguno de los dos equipos realizaron un juego extraordinario, pero el planteamiento del Real Madrid dejó bastante que desear.

Para comprender lo que pasó ayer hay que remontarse a un hecho, la manita. Esa manita que encajó el Real Madrid en el Camp Nou y que ha provocado que, a día de hoy, ni Mourinho, ni los suyos sepan dónde meter la cabeza. El Barça es virtual campeón de Liga y aunque bien es cierto que la Copa del Rey se le escapó, la buena, la de las orejas, la tiene, con todos mis respetos al Manchester, un poco más cerca.

El partido de ayer le sirvió al Barça para encarrilar la eliminatoria y para salir la próxima semana mucho más tranquilo en el Camp Nou, pero sobre todo le sirvió a Guardiola para demostrar quién es el ‘puto’ amo. Los partidos se ganan en el campo y así lo hicieron sus jugadores, mientras Mourinho sólo pensaba en cómo excusarse en la rueda de Prensa posterior al partido.