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Rubalcaba, de doctor en Ciencias Químicas a político

Rubalcaba, el alquimista

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Este polifacético químico y sagaz alquimista, de apellido Rubalcaba, jamás habría pasado de ser un químico llegado a política que salvó su culo gracias a que otros lo posaron en prisión. Sin embargo, su extrema sagacidad, capaz incluso de engañar al propio lobo, actualmente le coloca en primera posición para ser el candidato del PSOE para presidir España.

El trágico día del 11-M, el hedor a nitroglicol, nitrato amónico, nitrocelulosa, fatalato de dibutilo y carbonato cálcico impregnó con toda su crueldad en la capital de España. A partir de entonces, éste patriarca de la mentira que medio desterrado, mancillado y acusado, arrastraba sus miserias por el Congreso comenzó a resurgir incluso con más fuerzas que en su étapa anterior. En el momento que la dinamita intercedió en el hemiciclo el químico alquimista resurgió de sus cenizas convirtiéndose de nuevo en el depredador que precisaban las huestes socialistas para hacerse con el Gobierno. La Goma-2 hizo quebrar voluntades a la postre decisivas para entregar el poder a los imberbes agitadores herederos del agreste marxista Pablo Iglesias.

Una vez instalado en el Gobierno, cautivo e herido en su amor propio por el fracaso del GAL se puso, de nuevo, manos a la obra. Para un pasiego del pelaje de Rubalcaba, que como ya he dicho es capaz de engañar al mismísimo lobo, ni tan siquiera la sanguinaria ETA resulta ser un obstáculo. Su siniestra personalidad no admite derrota alguna. El plan de Zapatero, en cuanto al tema de ETA, supuso el espaldarazo definitivo para que esta vez fuera él en persona quien se encargara de planear y negociar con aquellos que usan la dinamita para fines políticos.

Nadie, al no ser los más fanáticos socialistas, duda hoy de las negociaciones del Gobierno con la banda terrorista y mucho menos que el químico alquimista sea el planificador y ejecutor de todos los entresijos ilegales consentidos por determinados magistrados y fiscales a espaldas del pueblo.

“El fin justifica los medios cuando de terrorismo se trata” es el eslogan innato de este personaje y la de aquellos lacayos socialistas que le apoyan sabiendo de sus dotes de alquimista y demás artimañas, para justificar lo injustificable.

En la actualidad el pasiego de Solares, un simple químico que ejecuta sus narcisistas ideales por encima o por debajo, da igual, del estado de derecho cuenta con el beneplácito de las huestes socialistas para sustituir al nefasto inmisericorde por devoción y omisión Zapatero.

Su sagacidad para trasmitir infamias vestidas de legalidad sin que le tiemble el pulso. Sus arengas para enaltecer a la manada socialista, después de padecer a todo un Zapatero, propias del falaz agitador Largo Caballero, parecen calar hondo en sus filas. Y es que, el socialismo en España dirigido por el memo rojo ha pasado de ser una opción, política, a una “razón propia” mediante la falacia, sobremanera, del químico alquimista, cuya capacidad para enmascarar de lícito lo ilícito, de enemigos, a los honestos, y de verdugos, a las víctimas, es digna de toda mención.

Los actuales ideales socialistas en poco o nada se diferencian del autócrata socialismo de épocas pasadas. Su política se basa exclusivamente en procurar a toda costa que no alcancen el poder aquellos a los que consideran sus mayores enemigos históricos. Para tal fin usan toda su política en mimar y malcriar a los jóvenes imberbes además de comprar a los adinerados rojos titiriteros, lobbys gays lésbicos, asociaciones feministas y demás escoria social compuesta por jóvenes ninis y ninas amigos del botellón y el follaje sin ningún tipo de reparo o responsabilidad, además de determinados universitarios hijos de papa, que por aquello de ser buitres entre gavilanes, proclaman sus majaderas consignas rojas, mediante una “supuesta superioridad” fundamentada en rencores del pasado que olvidados han unos y otros que en carne lo vivieron, en virtud de la concordia nacional. Consignas olvidadas que hoy florecen entre los más imberbes majaderos cobardes. Pues de cobardes es enarbolar las banderas de otros sin haber puesto una sola gota de sangre. Pues de cobardes es proclamar lemas rojos del pasado para justificar el futuro que otros desterraron de su corazón con todo su honor. Pues de cobardes es revivir conflictos de otros sin poner otra cosa que su culo en la baza, para obtener el poder mediante el voto de los rojos enfervorizados del pasado mediante su propia morfología descerebrada.
Jamás un español ganó guerra alguna, ni propia ni ajena. En las guerras no existen vencedores ni vencidos .El las guerras únicamente existen muertes.

Esta es la cruel realidad de este país de panderetas rojas, fosas con moquillos dispares y demás consignas gloriosas ceñidas de sangre ajena inútilmente derramada desde que el fanático Zapatero y el alquimista de Solares, mediante el fúnebre olor a dinamita, llegaron al poder.

Rubalcaba, el alquimista

Rubalcaba, de doctor en Ciencias Químicas a político
José Luis Palomera Ruiz
martes, 26 de abril de 2011, 07:34 h (CET)
Este polifacético químico y sagaz alquimista, de apellido Rubalcaba, jamás habría pasado de ser un químico llegado a política que salvó su culo gracias a que otros lo posaron en prisión. Sin embargo, su extrema sagacidad, capaz incluso de engañar al propio lobo, actualmente le coloca en primera posición para ser el candidato del PSOE para presidir España.

El trágico día del 11-M, el hedor a nitroglicol, nitrato amónico, nitrocelulosa, fatalato de dibutilo y carbonato cálcico impregnó con toda su crueldad en la capital de España. A partir de entonces, éste patriarca de la mentira que medio desterrado, mancillado y acusado, arrastraba sus miserias por el Congreso comenzó a resurgir incluso con más fuerzas que en su étapa anterior. En el momento que la dinamita intercedió en el hemiciclo el químico alquimista resurgió de sus cenizas convirtiéndose de nuevo en el depredador que precisaban las huestes socialistas para hacerse con el Gobierno. La Goma-2 hizo quebrar voluntades a la postre decisivas para entregar el poder a los imberbes agitadores herederos del agreste marxista Pablo Iglesias.

Una vez instalado en el Gobierno, cautivo e herido en su amor propio por el fracaso del GAL se puso, de nuevo, manos a la obra. Para un pasiego del pelaje de Rubalcaba, que como ya he dicho es capaz de engañar al mismísimo lobo, ni tan siquiera la sanguinaria ETA resulta ser un obstáculo. Su siniestra personalidad no admite derrota alguna. El plan de Zapatero, en cuanto al tema de ETA, supuso el espaldarazo definitivo para que esta vez fuera él en persona quien se encargara de planear y negociar con aquellos que usan la dinamita para fines políticos.

Nadie, al no ser los más fanáticos socialistas, duda hoy de las negociaciones del Gobierno con la banda terrorista y mucho menos que el químico alquimista sea el planificador y ejecutor de todos los entresijos ilegales consentidos por determinados magistrados y fiscales a espaldas del pueblo.

“El fin justifica los medios cuando de terrorismo se trata” es el eslogan innato de este personaje y la de aquellos lacayos socialistas que le apoyan sabiendo de sus dotes de alquimista y demás artimañas, para justificar lo injustificable.

En la actualidad el pasiego de Solares, un simple químico que ejecuta sus narcisistas ideales por encima o por debajo, da igual, del estado de derecho cuenta con el beneplácito de las huestes socialistas para sustituir al nefasto inmisericorde por devoción y omisión Zapatero.

Su sagacidad para trasmitir infamias vestidas de legalidad sin que le tiemble el pulso. Sus arengas para enaltecer a la manada socialista, después de padecer a todo un Zapatero, propias del falaz agitador Largo Caballero, parecen calar hondo en sus filas. Y es que, el socialismo en España dirigido por el memo rojo ha pasado de ser una opción, política, a una “razón propia” mediante la falacia, sobremanera, del químico alquimista, cuya capacidad para enmascarar de lícito lo ilícito, de enemigos, a los honestos, y de verdugos, a las víctimas, es digna de toda mención.

Los actuales ideales socialistas en poco o nada se diferencian del autócrata socialismo de épocas pasadas. Su política se basa exclusivamente en procurar a toda costa que no alcancen el poder aquellos a los que consideran sus mayores enemigos históricos. Para tal fin usan toda su política en mimar y malcriar a los jóvenes imberbes además de comprar a los adinerados rojos titiriteros, lobbys gays lésbicos, asociaciones feministas y demás escoria social compuesta por jóvenes ninis y ninas amigos del botellón y el follaje sin ningún tipo de reparo o responsabilidad, además de determinados universitarios hijos de papa, que por aquello de ser buitres entre gavilanes, proclaman sus majaderas consignas rojas, mediante una “supuesta superioridad” fundamentada en rencores del pasado que olvidados han unos y otros que en carne lo vivieron, en virtud de la concordia nacional. Consignas olvidadas que hoy florecen entre los más imberbes majaderos cobardes. Pues de cobardes es enarbolar las banderas de otros sin haber puesto una sola gota de sangre. Pues de cobardes es proclamar lemas rojos del pasado para justificar el futuro que otros desterraron de su corazón con todo su honor. Pues de cobardes es revivir conflictos de otros sin poner otra cosa que su culo en la baza, para obtener el poder mediante el voto de los rojos enfervorizados del pasado mediante su propia morfología descerebrada.
Jamás un español ganó guerra alguna, ni propia ni ajena. En las guerras no existen vencedores ni vencidos .El las guerras únicamente existen muertes.

Esta es la cruel realidad de este país de panderetas rojas, fosas con moquillos dispares y demás consignas gloriosas ceñidas de sangre ajena inútilmente derramada desde que el fanático Zapatero y el alquimista de Solares, mediante el fúnebre olor a dinamita, llegaron al poder.

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