Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Etiquetas | Un minuto de descuento
Emilio María Ramírez

No podía ser tan perfecto

|

El novio que todas las madres querían para sus hijas y que cuando se casaran fuera el marido que las cuidara y protegiera para toda la vida, algún fallo debía tener, no podía ser tan perfecto. El alumno que siempre levantaba la mano para contestar la pregunta del profesor aunque el maestro hubiera dicho el nombre de otro compañero, algún fallo debía tener, no podía ser tan perfecto. El hijo que llegaba a casa a las once de la noche los viernes cuando sus padres le decían que podía llegar a las once y media, algún fallo debía tener…y es que Pep Guardiola está empezando a mostrar ciertos síntomas de imperfección en toda su perfección.

La derrota en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid nos está enseñando al Guardiola que nadie conocía hasta ahora, o al menos de cara a la galería nunca habíamos visto. Un “noi de Santpedor” algo revoltoso y con una ironía bastante fina, sabiendo lo que dice y sobre todo por qué lo dice.

Para muestra, las dos perlitas que este domingo ha dejado en la rueda de prensa dada en la ciudad condal. El árbitro que dirigirá el encuentro de ida de las semifinales de la Liga de Campeones este miércoles en el Santiago Bernabéu entre el Madrid y el Barcelona es el portugués Pedro Proença, en pocas palabras, paisano de Mourinho.

Guardiola en un arranque de sinceridad, de su sinceridad, cosa que le honra, pero dejando un cierto tufillo a resquemor y haciendo un guiño a la eliminación del año pasado en las semifinales de la Champions frente el Inter de Mourinho, ha dicho lo siguiente sobre que el árbitro del partido sea de Portugal: “Si es así estoy convencido de que el entrenador del Real Madrid estará felicísimo, estará contentísimo. Si al final es así, lo fue mucho el año pasado en la ida y lo será esta vez”. Primera perlita.

La segunda perlita, quizás la que más sorpresa ha podido causar, ya que el técnico azulgrana hasta ahora poco o nada se había quejado de los árbitros, cosa que no extraña, ha hecho referencia a la actuación de uno de los jueces de línea en la final de la Copa del Rey, al que anula de modo correcto un gol a Pedro por fuera de juego. Guardiola en una ironía que para nada le pega dice sobre el juez de línea tener “una vista privilegiada”.

Hay un dicho, un dicho muy antiguo que dice: “Si el discípulo está listo, aparece el maestro”. Y es que mucho se equivoca Guardiola pensando que siendo más agresivo en su discurso y en sus declaraciones va a causar revuelo o estupor en la Meseta Central. Se olvida de que en la Meseta vive el maestro en esas artes, José Mourinho.

No podía ser tan perfecto

Emilio María Ramírez
Emilio María Ramírez Márquez
lunes, 25 de abril de 2011, 09:58 h (CET)
El novio que todas las madres querían para sus hijas y que cuando se casaran fuera el marido que las cuidara y protegiera para toda la vida, algún fallo debía tener, no podía ser tan perfecto. El alumno que siempre levantaba la mano para contestar la pregunta del profesor aunque el maestro hubiera dicho el nombre de otro compañero, algún fallo debía tener, no podía ser tan perfecto. El hijo que llegaba a casa a las once de la noche los viernes cuando sus padres le decían que podía llegar a las once y media, algún fallo debía tener…y es que Pep Guardiola está empezando a mostrar ciertos síntomas de imperfección en toda su perfección.

La derrota en la final de la Copa del Rey ante el Real Madrid nos está enseñando al Guardiola que nadie conocía hasta ahora, o al menos de cara a la galería nunca habíamos visto. Un “noi de Santpedor” algo revoltoso y con una ironía bastante fina, sabiendo lo que dice y sobre todo por qué lo dice.

Para muestra, las dos perlitas que este domingo ha dejado en la rueda de prensa dada en la ciudad condal. El árbitro que dirigirá el encuentro de ida de las semifinales de la Liga de Campeones este miércoles en el Santiago Bernabéu entre el Madrid y el Barcelona es el portugués Pedro Proença, en pocas palabras, paisano de Mourinho.

Guardiola en un arranque de sinceridad, de su sinceridad, cosa que le honra, pero dejando un cierto tufillo a resquemor y haciendo un guiño a la eliminación del año pasado en las semifinales de la Champions frente el Inter de Mourinho, ha dicho lo siguiente sobre que el árbitro del partido sea de Portugal: “Si es así estoy convencido de que el entrenador del Real Madrid estará felicísimo, estará contentísimo. Si al final es así, lo fue mucho el año pasado en la ida y lo será esta vez”. Primera perlita.

La segunda perlita, quizás la que más sorpresa ha podido causar, ya que el técnico azulgrana hasta ahora poco o nada se había quejado de los árbitros, cosa que no extraña, ha hecho referencia a la actuación de uno de los jueces de línea en la final de la Copa del Rey, al que anula de modo correcto un gol a Pedro por fuera de juego. Guardiola en una ironía que para nada le pega dice sobre el juez de línea tener “una vista privilegiada”.

Hay un dicho, un dicho muy antiguo que dice: “Si el discípulo está listo, aparece el maestro”. Y es que mucho se equivoca Guardiola pensando que siendo más agresivo en su discurso y en sus declaraciones va a causar revuelo o estupor en la Meseta Central. Se olvida de que en la Meseta vive el maestro en esas artes, José Mourinho.

Noticias relacionadas

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto