Durante esta ‘Semana Santa’ he tenido tiempo de reflexionar más profundamente sobre ciertos temas que nos atañen a todos. Para aquellos que no lo hayan disfrutado, les recomiendo encarecidamente que vean ‘Trabajo confidencial’ (‘Inside Job’), un documental que revela, entre otras cosas, lo podrido del sistema estadounidense esté quien esté en la presidencia. Tener ese cargo no significa, entonces, mover los hilos, puesto que los titiriteros no son otros que los gurús de Wall Street. Unas personas muy determinadas que pasan de la empresa privada a cargos públicos y viceversa, que siguen lucrándose a costa de un pueblo estadounidense cada vez más endeudado. La manipulación y el control de la masa se realiza a través de leyes (códigos enrevesados y a veces incoherentes que sólo unos pocos pueden entender) y a la convergencia mediática. Ya lo lleva anunciando varios años Michael Moore de una manera sensacionalista pero más comprensible para el ciudadano de a pie. En el documental ‘Capitalismo: una historia de amor’, llega a destapar el porqué de que la educación, la sanidad o la vivienda cueste tanto en el país más poderoso del mundo. Un sueño americano que nada tiene que ver con la situación idílica que nos venden en las películas y, por supuesto, que muchos americanos desconocen. Aquellos que provocaron éste embrollo, son los que han sido contratados para sacarnos de él. Pero esa no es su verdadera intención. Pese a que ‘Inside Job’ ganó un Oscar o ‘Wikileaks’ destapó los cables del Departamento de Estado, nada ha ocurrido en el país de la hamburguesa. No todos los países son Islandia (también en cuanto a población o extensión se refiere), pero no pensemos que nos es ajeno el problema, las grandes decisiones vienen siempre desde las mismas esferas y nos vinculan a todos, sea cual sea nuestra nacionalidad. ‘Zeitgeist’ fue otro intento de ponernos al corriente de lo que estaba sucediendo en el mundo. Desde 2007, han conseguido producir además 2 secuelas. Todas ellas fueron distribuidas a través de internet y están disponibles en su web.



La convergencia de medios posibilita un condicionamiento de la sociedad a gran escala hacia intereses muy concretos. Un pacto tácito que en realidad no existe entre espectadores y los productores de mentiras, que cual parásito deja sin sangre y energía a aquellos de los que se nutre, individuos anónimos fácilmente manipulables. Un ‘Gran Hermano’ constante del que nos hacen partícipes para hacer más eficaz el engranaje de una sociedad capitalista diseñada para favorecer a los más poderosos. Henry Jenkins, profesor-rector de comunicación, periodismo y artes cinematográficas de la Universidad del Sur de California y, tal vez, el investigador más influyente en este campo, nos lo explica en el siguiente vídeo (en versión original y sin subtítulos):



Es cierto que el documental se ha ganado un puesto dentro de la cinematografía como el medio que mejor refleja la realidad. También lo es que, muchas veces, ésta supera con creces a la ficción. No obstante, esta fama puede ser un arma de doble filo que nos haga bajar la guardia y tragarnos lo que vemos sin oponer resistencia. Ningún programa de televisión, documental o serie está carente de mensaje e intencionalidad. Un crítico de The Boston Globe definió a ‘Trabajo confidencial’ como “una obra maestra más escalofriante que las películas de Wes Craven y John Carpenter”. Así que no lo duden, en vez de darle la oportunidad al director y guionista de Cleveland de aterrorizarles con ‘Scream 4’ (de la que he oído, en contra de mis expectativas, buenas críticas) este fin de semana en los cines, háganlo mejor conociendo el mundo en el que viven. Lejos de provocar un catastrofismo en ustedes, fomentará su capacidad crítica como individuos y hará que se hagan muchas preguntas, algo que siempre es de agradecer.