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Etiquetas | Fútbol / Segunda División
El gol de Yuri en el descuento destroza los sueños de ambos equipos. El ascenso directo y la salvación parecen ahora un reto imposible

Celta – Ponferradina: Reparto de frustraciones en Balaídos (1-1)

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Los gallegos reclaman falta de De Paula sobre Vila en el gol berciano. La Ponferradina no acusó el tanto local y llevó el balón al área de Falcón durante todo el encuentro. La expulsión de Mateo, tras unas incomprensibles manos, dejó al Celta con uno menos en la fase final del partido.

Ficha técnica
1– Celta de Vigo: Falcón (2); Murillo(1), Vila (2), Catalá (1), Hugo Mallo (2); Bustos(2), Álex López (1); Michu (1), Dani Abalo (0), De Lucas (0); David Rodríguez (2)

1- Ponferradina: Alejandro (2); Candela (2), Luis Prieto (2), Cuadrado (1), Cristian (2); Toribio (2); Abraham (2); Yuri (2); Saizar (2), Acorán (2); Mayor (1)

Cambios : En el Celta Mateo (0) por Dani Abalo (min.61), Jota (1) por De Lucas (min.67) y López Garai (1) por Michu (min.81). En la Ponferradina Jonathan Ruiz (2) por Máyor (min.34), De Paula (2) por Candela (min 45’) y Javi López (1) por Sáizar (min 79’).

Goles: 1-0 David Rodríguez min. 12; 1-1 Yuri min. 92.

Árbitro: Jaime Latre (colegio aragonés) (1). En los locales vio la amarilla Bustos (8´), Álex López (37’), Jota (83’) y doble amonestación a Mateo (68’, 87’). En el equipo visitante vio la cartulina amarilla Candela (20´) y Óscar de Paula (93’).

Incidencias: Aproximadamente 9000 espectadores en Balaídos. Tarde calurosa en Vigo, en la trigésimo quinta jornada de Segunda División.

Datos destacables
Lo mejor: El coraje berciano
Casi descendidos, los visitantes no dejaron de luchar por el empate.

Lo peor: Incompetente como local
El ascenso directo es ya una utopía para el Celta.

El dato: Cinco sin victoria
Quinto partido consecutivo sin ganar en casa. Así es complicado cumplir objetivos.
Roberto Carrera / Enviado a Balaídos

Fue una sorpresa a medias. Como ese regalo que los niños piden un millón de veces para Navidad y al final aparece en el zapato. La Ponfe avisó una y otra vez a un rival incapaz de eludir su preocupante racha como local. Los gallegos no conseguían imponer su juego, y aunque las ocasiones no fueron claras, el balón llegaba fácil al área celeste.

La expulsión de Mateo fue profética. Quedaban cuatro minutos para llegar al noventa, pero la igualdad era tal que hasta la pieza menos necesaria podía marcar la diferencia. Fue una segunda tarjeta de escándalo, una amonestación que debería ser doble por la combinación entre inutilidad y descaro con la que se realiza la falta. Abrazo cariñoso al balón y a vestuarios.

La típica chiquillada que se convierte en simple anécdota el 99% de las veces. Pero cuando una afición pone ajos detrás de las porterías, es que la situación no está para semejantes lujos. Cuando apenas restaban un par de minutos, De Paula (que salió al campo sustituyendo a Candela, en el movimiento ofensivo del partido) ganó el balón a Vila tras un claro empujón sobre el central gallego. El rechace lo recoge Yuri, que a placer pone un empate sin recompensa para ninguno de los dos equipos.

Mallo se recupera, Trashorras descansa
De salida sorprendió la suplencia de Roberto Trashorras, que a pesar de regresar tras su sanción no contó con minutos esta tarde. No fue la única novedad en un once al que volvía Hugo Mallo, a pesar de haber recibido el alta in extremis el día anterior. La no recuperación de Lago obligó a forzar con el canterano, que a pesar de todo cuajó un partido muy completo.

En la Ponferradina, Barragán pudo alinear a Toribio, aunque el verdadero jugador estrella de este equipo es la capacidad de sufrimiento a pesar de que nada parezca salir bien a los catellano leoneses. Pronto se vio que la Ponfe no venía a Vigo por marisco, y el esférico visitaba ambas áreas regularmente, pero sin ninguna ocasión mencionable.

Tuvo que ser un magnífico pase por alto de Bustos el que dejara solo a Catalá, que de cabeza cede a David Rodríguez para poner el primero en el marcador. Gol balsámico que parecía despejar el camino hacia la primera victoria en casa tras cuatro desastres. Pero el guión no cambió en Balaídos, ampliando la leyenda de uno de los estadios más generosos de la categoría.

Pequeños oasis en la nada
Tuvo en sus botas la solución Abalo apenas diez minutos después del tanto gallego. Mallo en largo para David, control de lujo, y pase atrás para que el portero berciano se luzca a tiro de Dani. De partido tranquilo a partido habitual en un solo tiro. El Celta se está convirtiendo en el Atleti de Segunda.

Los de Claudio Barragán llegaban con frecuencia pero con excesiva timidez. Era un “sigo aquí, pero no sé muy bien a dónde voy”. Ruiz (que salió por Máyor en la primera parte) y Saizar tuvieron una doble oportunidad tras salir de vestuarios, con un disparo inicial desde el semicírculo potente pero demasiado centrado. El cabezazo posterior se detuvo en los guantes de Falcón.

El Celta respondió inmediatamente con un pase precioso de Abalo para Michu y rechace que David Rodríguez convierte en gol desde fuera de juego. Era un ida y vuelta innecesario para alguien que quiere ascender por la vía directa. Los cambios no mejoraron el panorama celeste. Ni Mateo ni Jota (este último con más acierto) terminó por darle al Celta el control del partido.

Las ocasiones (intentos sin maldad) se repetían en las dos áreas, pero no fue hasta el descuento cuando Herrera se dio cuenta de que el objetivo real para este equipo es ahora el play-off. Toca mirar por el retrovisor e intentar conseguir la mejor posición posible.

Barragán estalló cual petardo verbenero tras el gol de su equipo. El míster transforma en rabia un descenso casi inevitable. Lástima, porque el club luchó cada encuentro hasta el final, pero la experiencia en Segunda parece que va a durar un año en Ponferrada. Que vuelvan pronto.

Celta – Ponferradina: Reparto de frustraciones en Balaídos (1-1)

El gol de Yuri en el descuento destroza los sueños de ambos equipos. El ascenso directo y la salvación parecen ahora un reto imposible
Redacción
sábado, 23 de abril de 2011, 18:49 h (CET)
Los gallegos reclaman falta de De Paula sobre Vila en el gol berciano. La Ponferradina no acusó el tanto local y llevó el balón al área de Falcón durante todo el encuentro. La expulsión de Mateo, tras unas incomprensibles manos, dejó al Celta con uno menos en la fase final del partido.

Ficha técnica
1– Celta de Vigo: Falcón (2); Murillo(1), Vila (2), Catalá (1), Hugo Mallo (2); Bustos(2), Álex López (1); Michu (1), Dani Abalo (0), De Lucas (0); David Rodríguez (2)

1- Ponferradina: Alejandro (2); Candela (2), Luis Prieto (2), Cuadrado (1), Cristian (2); Toribio (2); Abraham (2); Yuri (2); Saizar (2), Acorán (2); Mayor (1)

Cambios : En el Celta Mateo (0) por Dani Abalo (min.61), Jota (1) por De Lucas (min.67) y López Garai (1) por Michu (min.81). En la Ponferradina Jonathan Ruiz (2) por Máyor (min.34), De Paula (2) por Candela (min 45’) y Javi López (1) por Sáizar (min 79’).

Goles: 1-0 David Rodríguez min. 12; 1-1 Yuri min. 92.

Árbitro: Jaime Latre (colegio aragonés) (1). En los locales vio la amarilla Bustos (8´), Álex López (37’), Jota (83’) y doble amonestación a Mateo (68’, 87’). En el equipo visitante vio la cartulina amarilla Candela (20´) y Óscar de Paula (93’).

Incidencias: Aproximadamente 9000 espectadores en Balaídos. Tarde calurosa en Vigo, en la trigésimo quinta jornada de Segunda División.

Datos destacables
Lo mejor: El coraje berciano
Casi descendidos, los visitantes no dejaron de luchar por el empate.

Lo peor: Incompetente como local
El ascenso directo es ya una utopía para el Celta.

El dato: Cinco sin victoria
Quinto partido consecutivo sin ganar en casa. Así es complicado cumplir objetivos.
Roberto Carrera / Enviado a Balaídos

Fue una sorpresa a medias. Como ese regalo que los niños piden un millón de veces para Navidad y al final aparece en el zapato. La Ponfe avisó una y otra vez a un rival incapaz de eludir su preocupante racha como local. Los gallegos no conseguían imponer su juego, y aunque las ocasiones no fueron claras, el balón llegaba fácil al área celeste.

La expulsión de Mateo fue profética. Quedaban cuatro minutos para llegar al noventa, pero la igualdad era tal que hasta la pieza menos necesaria podía marcar la diferencia. Fue una segunda tarjeta de escándalo, una amonestación que debería ser doble por la combinación entre inutilidad y descaro con la que se realiza la falta. Abrazo cariñoso al balón y a vestuarios.

La típica chiquillada que se convierte en simple anécdota el 99% de las veces. Pero cuando una afición pone ajos detrás de las porterías, es que la situación no está para semejantes lujos. Cuando apenas restaban un par de minutos, De Paula (que salió al campo sustituyendo a Candela, en el movimiento ofensivo del partido) ganó el balón a Vila tras un claro empujón sobre el central gallego. El rechace lo recoge Yuri, que a placer pone un empate sin recompensa para ninguno de los dos equipos.

Mallo se recupera, Trashorras descansa
De salida sorprendió la suplencia de Roberto Trashorras, que a pesar de regresar tras su sanción no contó con minutos esta tarde. No fue la única novedad en un once al que volvía Hugo Mallo, a pesar de haber recibido el alta in extremis el día anterior. La no recuperación de Lago obligó a forzar con el canterano, que a pesar de todo cuajó un partido muy completo.

En la Ponferradina, Barragán pudo alinear a Toribio, aunque el verdadero jugador estrella de este equipo es la capacidad de sufrimiento a pesar de que nada parezca salir bien a los catellano leoneses. Pronto se vio que la Ponfe no venía a Vigo por marisco, y el esférico visitaba ambas áreas regularmente, pero sin ninguna ocasión mencionable.

Tuvo que ser un magnífico pase por alto de Bustos el que dejara solo a Catalá, que de cabeza cede a David Rodríguez para poner el primero en el marcador. Gol balsámico que parecía despejar el camino hacia la primera victoria en casa tras cuatro desastres. Pero el guión no cambió en Balaídos, ampliando la leyenda de uno de los estadios más generosos de la categoría.

Pequeños oasis en la nada
Tuvo en sus botas la solución Abalo apenas diez minutos después del tanto gallego. Mallo en largo para David, control de lujo, y pase atrás para que el portero berciano se luzca a tiro de Dani. De partido tranquilo a partido habitual en un solo tiro. El Celta se está convirtiendo en el Atleti de Segunda.

Los de Claudio Barragán llegaban con frecuencia pero con excesiva timidez. Era un “sigo aquí, pero no sé muy bien a dónde voy”. Ruiz (que salió por Máyor en la primera parte) y Saizar tuvieron una doble oportunidad tras salir de vestuarios, con un disparo inicial desde el semicírculo potente pero demasiado centrado. El cabezazo posterior se detuvo en los guantes de Falcón.

El Celta respondió inmediatamente con un pase precioso de Abalo para Michu y rechace que David Rodríguez convierte en gol desde fuera de juego. Era un ida y vuelta innecesario para alguien que quiere ascender por la vía directa. Los cambios no mejoraron el panorama celeste. Ni Mateo ni Jota (este último con más acierto) terminó por darle al Celta el control del partido.

Las ocasiones (intentos sin maldad) se repetían en las dos áreas, pero no fue hasta el descuento cuando Herrera se dio cuenta de que el objetivo real para este equipo es ahora el play-off. Toca mirar por el retrovisor e intentar conseguir la mejor posición posible.

Barragán estalló cual petardo verbenero tras el gol de su equipo. El míster transforma en rabia un descenso casi inevitable. Lástima, porque el club luchó cada encuentro hasta el final, pero la experiencia en Segunda parece que va a durar un año en Ponferrada. Que vuelvan pronto.

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