Imagine que cada vez que quiera arrancar su coche tiene que pasar la prueba del alcoholímetro. Igual que si la policía le para en un control, pero en su propio vehículo. Si ha bebido de más, el sistema no permitirá que el coche arranque, evitando así cualquier problema que un conductor ebrio pueda causar al volante. Esta es la propuesta que el ministerio alemán de Tráfico quiere discutir y llevar eventualmente a la práctica.

Pablo Hernández / Analista internacional

En Alemania se retira el permiso de conducir a más de 110.000 personas cada año debido a que superan la tasa de alcohol permitida, y es por esto que el gobierno quiere probar esta medida, que supondría un mayor control sobre las personas que conducen bajo los efectos del alcohol. Además, según estadísticas de 2009, un total de 44.000 accidentes de tráfico se debieron al consumo excesivo de alcohol, dejando como resultado 440 muertos y más de 17.000 heridos.

La propuesta ha levantado algunas críticas, sobre todo en relación a la obligatoriedad de instalar el sistema. La prensa comenta que hay dudas sobre si la instalación del denominado “Alkolock” debería ser obligatoria para personas que nunca han tenido problemas con el alcohol, o bien solo deberían tenerlo los profesionales del volante. Las declaraciones de una portavoz del ministerio contribuyen en parte a aclarar el panorama: “Somos partidarios de un uso voluntario del Alkolock”.