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S. Camilli, Londres

Movimientos sociales

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El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es ocasión de lucha por la injusticia, sea cual sea su forma, y quiero extender un llamado a todas las personas involucradas en la lucha por los derechos de las mujeres, los derechos gay, los derechos civiles y todos los otros movimientos de justicia social para que se unan a la campaña por los derechos de los animales.

Todos estos movimientos comparten muchas similitudes históricas. Como diría Alice Walker, autora de El Color Púrpura, “Los animales existen en el mundo por sus propias razones. No fueron hechos para el ser humano, del mismo modo en que los negros no fueron hechos para los blancos, ni la mujer para el hombre”. No hace mucho la mujer era tratada como propiedad del hombre tal y como hoy son tratados los animales. Y en tanto las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus propios cuerpos – en este país por lo menos –, las féminas de otras especies siguen siendo abusadas. En la industria de los lácteos por ejemplo, las vacas son embarazadas a la fuerza, se les niega la oportunidad de ser madres, y se les trata como si no fueran más que máquinas productoras de leche hasta que sus cuerpos se consumen, entonces se les envía al matadero.

En las últimas décadas se han roto muchas barreras, y nuestra percepción sobre los derechos ha evolucionado también. Pero aún hay mucho camino por recorrer hasta que nos demos cuenta – como sociedad – de que el derecho a vivir libres de explotación, no debe ser determinado ni por género ni por especie. Debemos derribar los muros que evitan que nos preocupemos por todos aquellos que “no son como nosotros”, sin importar su género, edad, raza – y, sobretodo, su especie. Es tiempo de ser vegano.

Movimientos sociales

S. Camilli, Londres
Lectores
sábado, 11 de marzo de 2017, 00:00 h (CET)
El Día Internacional de la Mujer (8 de marzo) es ocasión de lucha por la injusticia, sea cual sea su forma, y quiero extender un llamado a todas las personas involucradas en la lucha por los derechos de las mujeres, los derechos gay, los derechos civiles y todos los otros movimientos de justicia social para que se unan a la campaña por los derechos de los animales.

Todos estos movimientos comparten muchas similitudes históricas. Como diría Alice Walker, autora de El Color Púrpura, “Los animales existen en el mundo por sus propias razones. No fueron hechos para el ser humano, del mismo modo en que los negros no fueron hechos para los blancos, ni la mujer para el hombre”. No hace mucho la mujer era tratada como propiedad del hombre tal y como hoy son tratados los animales. Y en tanto las mujeres tienen derecho a decidir sobre sus propios cuerpos – en este país por lo menos –, las féminas de otras especies siguen siendo abusadas. En la industria de los lácteos por ejemplo, las vacas son embarazadas a la fuerza, se les niega la oportunidad de ser madres, y se les trata como si no fueran más que máquinas productoras de leche hasta que sus cuerpos se consumen, entonces se les envía al matadero.

En las últimas décadas se han roto muchas barreras, y nuestra percepción sobre los derechos ha evolucionado también. Pero aún hay mucho camino por recorrer hasta que nos demos cuenta – como sociedad – de que el derecho a vivir libres de explotación, no debe ser determinado ni por género ni por especie. Debemos derribar los muros que evitan que nos preocupemos por todos aquellos que “no son como nosotros”, sin importar su género, edad, raza – y, sobretodo, su especie. Es tiempo de ser vegano.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

Algo ocurre con la salud de las democracias en el mundo. Hasta hace pocas décadas, el prestigio de las democracias establecía límites políticos y éticos y articulaba las formas de convivencia entre estados y entre los propios sujetos. Reglas comunes que adquirían vigencia por imperio de lo consuetudinario y de los grandes edificios jurídicos y filosófico político y que se valoraban positivamente en todo el mundo, al que denominábamos presuntuosamente “libre”.

Pienso que habrá cada vez más Cat Cafés y no solamente cafeterías, cualquier ciudadano que tenga un negocio podría colaborar. Sólo le hace falta una habitación dedicada a los gatos. Es horrible en muchos países del planeta, el caso de los abandonos de animales, el trato hacia los toros, galgos… las que pasan algunos de ellos… Y sin embargo encuentro gente que se vuelca en ayudarles y llegan a tener un número grande de perros y gatos.

 
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