Lamentable.

No se puede calificar de otra manera el espectáculo que dio ayer el Partido Popular en el Congreso, con el presidente Mariano Rajoy a la cabeza intentando hacernos comulgar a todos los españoles con unas ruedas de molino que ni Don Quijote hubiese imaginado que podrían llegar a ser tan enormes.

El mismo día en el que salta el enésimo escándalo de presunta financiación ilegal del Partido Popular, en este caso en Madrid el máximo representante político de nuestro país, nuestro presidente del gobierno, se enzarza en el Congreso en una conversación que sólo se puede adjetivar como “de besugos” ante la petición de una comisión de investigación.

No voy a entrar en los argumentos pueriles que esgrimieron los Populares intentando trasladar dicha comisión al Senado donde tienen mayoría absoluta y pueden bloquear todo aquello que no les interese.

Lo que queda claro de los acontecimientos de los últimos tiempos es que el Partido Popular si sigue esta línea, está acabado, pero tiene unos dirigentes tan sumamente mediocres que todavía no se han enterado.

Si la cúpula del partido fuese valiente y tuviesen una mezcla de amor por su proyecto y principios, que ni tienen, de lo uno ni de lo otro, abrirían las puertas y las ventanas de par en par.

Serían ellos mismos los que pedirían a todos los organismos habidos y por haber que entrasen por la puerta de Génova 13 a auditar hasta el último milímetro de papel y hasta el último byte de cualquier ordenador que encontrasen.

Si tuviesen arrojo y vocación de servicio, que tampoco, asumirían un pasado lleno de sinvergüenzas indecentes. Expondrían al público todas las corruptelas y basura que encontrasen. Y si fuese necesario asumirían la necesidad de una refundación del partido para poder dejar atrás un montón de mierda que siguen intentando guardar escondida debajo de las alfombras y que hace mucho que está apestando.

Quieren hacernos creer que el debate no es este. Quieren desviarlo indicando que otros partidos también están salpicados por la corrupción. ¡Pues claro que hay corrupción en otros partidos! Ellos también tendrán que hacer el mismo proceso. Pero ahora los que gobiernan el proyecto común de todos los españoles que es España, son ustedes. Llevan todo el peso de un país que no se merece unos políticos tan faltos de principios como ustedes.

Si hay un rayo de esperanza para los Populares está más en sus bases que en sus dirigentes. Esas personas que llevamos en muchos casos viendo durante décadas sobreviviendo de cargo en cargo y encantados de haberse conocido deben desaparecer del panorama político y deben hacerlo pronto.

Espero que las personas de bien, que son muchas, que componen las bases del Partido Popular tengan la capacidad de discrepar, rebelarse y empujar fuera a aquellos que a día de hoy se han incrustado en la dirección.

De no ser así, asumo que lo que estamos viviendo hoy en día será en unos años lo que analizaremos como el principio del fin de este partido.

Veremos..