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Eduardo Cassano

De pobres sin techo y políticos sin argumentos

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Escucho en el telediario tres ejemplos: el hombre que no le deja a ella pagar el café o conducir, y le dice a su pareja que friega muy bien. Esto, por lo visto se llama micromachismo y hay que tener mucho cuidado, porque en caso de hacer lo contrario el hombre también corre el riesgo de ser acusado de ser tacaño, vago o no valorar los esfuerzos de su pareja. Como casi siempre, cualquier cosa que haga estará mal hecha a los ojos de unos u otros.

Lo del micromachismo, bien entendido, está muy bien porque se trata de acerca a hombres y mujer hacía la igualdad. Lo que sin embargo no ayuda demasiado es encontrar un cartel como el de Soledad Sánchez Mohamed, candidata del Partido Democrático de Ciutadella, cuya imagen es su torso desnudo y sus pechos cogidos por unas manos masculinas. El lema: Dos grandes argumentos.

Imagino que esto debe tratarse de microfemenismo (o algo parecido), aunque en este caso concreto probablemente será más plausible contemplar una campaña de marketing innovadora, que por otra parte ya viene siendo habitual en las campañas de algunos políticos. Que digo yo, está bien que un político quiera ser transparente, pero pasar de lo retórico a lo literal me parece innecesario y hasta excesivo, teniendo en cuenta que Soledad dice que su desnudo es el mejor eslogan que ha encontrado para su campaña… ¡cómo será el programa electoral!

Pero si hay un político peculiar en nuestro país, éste es sin lugar a dudas Gallardón, alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Después de fracasar reiteradamente en su cruzada por traer los Juegos Olímpicos a la capital, ahora se ha propuesto echar de las calles a los ‘sin techo’. Lo propone como una solución para su dignidad, en absoluto por un problema de estética… aunque quiere reservarse el derecho de utilizar la fuerza pública si lo precisa, algo que por lo visto es muy digno.

Que tenga cuidado el todavía alcalde del Ayuntamiento más endeudado del país, porque en hace unos meses un vagabundo de Estados Unidos se hizo famoso de un día para otro y comenzó a recibir ofertas de trabajo cuando tuvo la oportunidad de demostrar su talento. Quizás, entre alguno de los ‘sin techo’ que duermen cada noche en las calles, se encuentra una persona coherente y con talento que se ha visto obligada a vivir en esta situación, y el día menos pensado le ponen un micrófono delante y da lecciones de humildad a más de uno.

Hay que recordar que no se trata de luchar contra los pobres sino contra la pobreza. Y como dijo ayer Buenafuente en su monólogo, a lo mejor el problema no es el que duerme en un banco sino los que lo dirigen.

De pobres sin techo y políticos sin argumentos

Eduardo Cassano
Eduardo Cassano
viernes, 15 de abril de 2011, 06:51 h (CET)
Escucho en el telediario tres ejemplos: el hombre que no le deja a ella pagar el café o conducir, y le dice a su pareja que friega muy bien. Esto, por lo visto se llama micromachismo y hay que tener mucho cuidado, porque en caso de hacer lo contrario el hombre también corre el riesgo de ser acusado de ser tacaño, vago o no valorar los esfuerzos de su pareja. Como casi siempre, cualquier cosa que haga estará mal hecha a los ojos de unos u otros.

Lo del micromachismo, bien entendido, está muy bien porque se trata de acerca a hombres y mujer hacía la igualdad. Lo que sin embargo no ayuda demasiado es encontrar un cartel como el de Soledad Sánchez Mohamed, candidata del Partido Democrático de Ciutadella, cuya imagen es su torso desnudo y sus pechos cogidos por unas manos masculinas. El lema: Dos grandes argumentos.

Imagino que esto debe tratarse de microfemenismo (o algo parecido), aunque en este caso concreto probablemente será más plausible contemplar una campaña de marketing innovadora, que por otra parte ya viene siendo habitual en las campañas de algunos políticos. Que digo yo, está bien que un político quiera ser transparente, pero pasar de lo retórico a lo literal me parece innecesario y hasta excesivo, teniendo en cuenta que Soledad dice que su desnudo es el mejor eslogan que ha encontrado para su campaña… ¡cómo será el programa electoral!

Pero si hay un político peculiar en nuestro país, éste es sin lugar a dudas Gallardón, alcalde del Ayuntamiento de Madrid. Después de fracasar reiteradamente en su cruzada por traer los Juegos Olímpicos a la capital, ahora se ha propuesto echar de las calles a los ‘sin techo’. Lo propone como una solución para su dignidad, en absoluto por un problema de estética… aunque quiere reservarse el derecho de utilizar la fuerza pública si lo precisa, algo que por lo visto es muy digno.

Que tenga cuidado el todavía alcalde del Ayuntamiento más endeudado del país, porque en hace unos meses un vagabundo de Estados Unidos se hizo famoso de un día para otro y comenzó a recibir ofertas de trabajo cuando tuvo la oportunidad de demostrar su talento. Quizás, entre alguno de los ‘sin techo’ que duermen cada noche en las calles, se encuentra una persona coherente y con talento que se ha visto obligada a vivir en esta situación, y el día menos pensado le ponen un micrófono delante y da lecciones de humildad a más de uno.

Hay que recordar que no se trata de luchar contra los pobres sino contra la pobreza. Y como dijo ayer Buenafuente en su monólogo, a lo mejor el problema no es el que duerme en un banco sino los que lo dirigen.

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Me he criado en una familia religiosa, sin llegar a ser beata, que ha vivido muy de cerca la festividad del Jueves Santo desde siempre. Mis padres se casaron en Santo Domingo, hemos vivido en el pasillo del mismo nombre, pusimos nuestro matrimonio a los pies de la Virgen de la Esperanza, de la que soy hermano, y he llevado su trono durante 25 años.

 
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