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Al cabo de años de giras turísticas por el Magreb, Christopher Ross presento su renuncia como enviado de la ONU para el Sahara Occidental

Bye Bye Mister Christopher Ross

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Como lo esperaba toda la opinión pública mundial, finalmente el enviado de Ban Ki Moon al Sahara Occidental, Christopher Ross, presentó finalmente con bastante retraso su esperada renuncia este lunes 6 de marzo.

Ross había regresado a la escena magrebí a mediados del año 2008, cuando Peter van Walsum, enviado de la ONU, instó al Polisario a negociar con Marruecos la autonomía dado que un Sahara independiente era, a todas luces, una utopía inalcanzable. Fue entonces que fue nombrado provisionalmente Ross, quien había sido representante diplomático de Estados Unidos en Argelia, antecedente que Marruecos vio con lógica preocupación.

Como Rabbat jamás lo aceptó como interlocutor válido, Ban Ki Moon lo nombró su representante personal de manera oficial. Aunque finalmente Marruecos terminó aceptándolo, la desconfianza subsistió durante todos estos años al punto que Probablemente Christopher Ross era conciente de encontrarse atrapado en la espiral del conflicto argelino-marroquí sin posibilidades ni capacidad para hacerlo progresar hacia una solución política, y por ello se dedicó a emprender periplos turísticos en los cuales la pasaba bien, en lugar de intentar una solución al problema del Sahara.

Lo cierto es que todo el mundo sabe que Marruecos ya no abandonará el Sáhara, pero como el status quo del conflicto conviene a algunos actores involucrados en el mismo, se insiste en mantenerlo congelado, algo que ha empezado a generar hastío en Argel. Importantes referentes del mundillo político argelino se han expresado favorables al reconocimiento de los derechos marroquíes sobre su ancestral territorio del Sáhara Occidental marroquí.

El mismo secretario general del FLN, Amar Saadani, pidió tiempo atrás que Argelia dé el brazo a torcer y ceda en la cuestión del Sáhara, dado el inútil desgaste generado por décadas de infructuosa insistencia. Saadani es titular desde el año 2013 del FLN, partido que lideró la independencia argelina de Francia y fue partido único entre 1962 y 1991, y que a pesar de la introducción del pluralismo mantiene su preponderancia en la escena política es este país.

Pronto la voz de Saadani tuvo el eco de Louisa Hanoune, del PT argelino, quien se sumó al clamor que pide descontaminar las relaciones argelino marroquí con una óptica más realista del problema del Sáhara.

Hanoune llamó a la clase política argelina a pisar tierra y rendirse ante la evidencia que apoyar a la banda separatista Polisario está muy lejos de ser una prioridad para Argelia, y podría estar favoreciendo al crecimiento de la amenaza yihadista. Hanoune aseguró que hablaba en nombre de la gran mayoría de los argelinos, que desaprueba la posición distante de un país vecino y hermano como Marruecos. Estos llamados de atención piden que el régimen argelino deje de pecar de poco realista haciendo oídos sordos a las recomendaciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y que sus autoridades dejen de perder tiempo haciendo esperar asuntos cruciales para el pueblo argelino en desvaríos intrascendentes. La renuncia de Christopher Ross es un signo más de que la cuenta regresiva se ha iniciado para los títeres de Argelia en el Sáhara Occidental.

El adiós de Ross coincide con un despertar d ela clase pensante argelina, que siguiendo el ejemplo de Boudiaf, ha desarrollado ideas más actuales sobre el problema.

Y como alguna vez escribiera un recordado pensador, no hay nada más poderoso que una verdad a la que le ha llegado su hora.

Bye Bye Mister Christopher Ross

Al cabo de años de giras turísticas por el Magreb, Christopher Ross presento su renuncia como enviado de la ONU para el Sahara Occidental
Luis Agüero Wagner
miércoles, 8 de marzo de 2017, 00:01 h (CET)
Como lo esperaba toda la opinión pública mundial, finalmente el enviado de Ban Ki Moon al Sahara Occidental, Christopher Ross, presentó finalmente con bastante retraso su esperada renuncia este lunes 6 de marzo.

Ross había regresado a la escena magrebí a mediados del año 2008, cuando Peter van Walsum, enviado de la ONU, instó al Polisario a negociar con Marruecos la autonomía dado que un Sahara independiente era, a todas luces, una utopía inalcanzable. Fue entonces que fue nombrado provisionalmente Ross, quien había sido representante diplomático de Estados Unidos en Argelia, antecedente que Marruecos vio con lógica preocupación.

Como Rabbat jamás lo aceptó como interlocutor válido, Ban Ki Moon lo nombró su representante personal de manera oficial. Aunque finalmente Marruecos terminó aceptándolo, la desconfianza subsistió durante todos estos años al punto que Probablemente Christopher Ross era conciente de encontrarse atrapado en la espiral del conflicto argelino-marroquí sin posibilidades ni capacidad para hacerlo progresar hacia una solución política, y por ello se dedicó a emprender periplos turísticos en los cuales la pasaba bien, en lugar de intentar una solución al problema del Sahara.

Lo cierto es que todo el mundo sabe que Marruecos ya no abandonará el Sáhara, pero como el status quo del conflicto conviene a algunos actores involucrados en el mismo, se insiste en mantenerlo congelado, algo que ha empezado a generar hastío en Argel. Importantes referentes del mundillo político argelino se han expresado favorables al reconocimiento de los derechos marroquíes sobre su ancestral territorio del Sáhara Occidental marroquí.

El mismo secretario general del FLN, Amar Saadani, pidió tiempo atrás que Argelia dé el brazo a torcer y ceda en la cuestión del Sáhara, dado el inútil desgaste generado por décadas de infructuosa insistencia. Saadani es titular desde el año 2013 del FLN, partido que lideró la independencia argelina de Francia y fue partido único entre 1962 y 1991, y que a pesar de la introducción del pluralismo mantiene su preponderancia en la escena política es este país.

Pronto la voz de Saadani tuvo el eco de Louisa Hanoune, del PT argelino, quien se sumó al clamor que pide descontaminar las relaciones argelino marroquí con una óptica más realista del problema del Sáhara.

Hanoune llamó a la clase política argelina a pisar tierra y rendirse ante la evidencia que apoyar a la banda separatista Polisario está muy lejos de ser una prioridad para Argelia, y podría estar favoreciendo al crecimiento de la amenaza yihadista. Hanoune aseguró que hablaba en nombre de la gran mayoría de los argelinos, que desaprueba la posición distante de un país vecino y hermano como Marruecos. Estos llamados de atención piden que el régimen argelino deje de pecar de poco realista haciendo oídos sordos a las recomendaciones del Consejo de Seguridad de la ONU, y que sus autoridades dejen de perder tiempo haciendo esperar asuntos cruciales para el pueblo argelino en desvaríos intrascendentes. La renuncia de Christopher Ross es un signo más de que la cuenta regresiva se ha iniciado para los títeres de Argelia en el Sáhara Occidental.

El adiós de Ross coincide con un despertar d ela clase pensante argelina, que siguiendo el ejemplo de Boudiaf, ha desarrollado ideas más actuales sobre el problema.

Y como alguna vez escribiera un recordado pensador, no hay nada más poderoso que una verdad a la que le ha llegado su hora.

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