Ya están aquí… Están a punto de comenzar, salvo catástrofe en los partidos de vuelta de cuartos de la Champions, los 18 días de oro de la temporada. Si acuden a cualquier farmacia o herbolario, el vendedor les dirá que se están agotando las existencias de tranquilizantes, tilas y valerianas. Algunos pensarán que los aficionados al balompié vamos a quedar saturados de tanto clásico, y podría llegar a ser así si no fuera porque el calendario está preparado para que la emoción crezca con cada partido.
El duelo Real Madrid-Barcelona más descafeinado será el primero, el del Bernabéu. Por un momento llegué a pensar el sábado que aún podía tener algo de tensión, los minutos que pasaron entre la victoria blanca en Sam Mamés y la remontada azulgrana ante el colista. Sin embargo, 8 puntos de diferencia a estas alturas son como intentar hacer el Camino de Santiago andando desde Burgos en una semana... Ni aunque los de Mourinho ganen este sábado creo que se dé el milagro, y eso que ante el Athletic demostraron pasar probablemente por su momento más dulce de la temporada, incluso con el plan B. Además, como contraste estuvo el raro partido de los de Guardiola contra el Almería; ganaron, pero es extraña la forma de liarse que tuvo el primero de la Liga frente al último de la tabla.
Creo que es hora de avisarlo: ¡cuidado con el merengue! Pese a no dar la Liga por perdida mientras las matemáticas lo permitan (de seguir haciendo cálculos se seguirán ocupando los teóricos suplentes), el Real Madrid pondrá todo su azúcar en la final de la Copa del Rey. Soy escéptico pero realista: apuesto a que ninguno de los dos equipos conseguirá hacer pleno de cuatro victorias en los cuatro clásicos; lo contrario sería para el perdedor una bajada a los infiernos. Por lo tanto, es cuestión de hacer estrategia de los partidos que realmente vale la pena ganar.
Ahí está como ejemplo el hermano pequeño de la sección de fútbol en el club blanco: la de baloncesto. De estar desahuciado ha pasado a ser envidiado gracias a una semana pletórica. Es el único equipo español que jugará la “Final Tour” de la Euroliga, que, para colmo, se celebrará en el Palau Sant Jordi; en otras palabras: Reyes y compañía podrían coronarse emperadores continentales quince años después en casa del Regal Barcelona. Ese duro golpe, quedarse fuera de su propia final y saber que el eterno enemigo puede consagrarse en su feudo, noqueó tanto a los de Xavi Pacual que incluso perdieron este sábado en la Caja Mágica. No sé si será premonitorio pero el Real Madrid se llevó el primer clásico de abril…, y Emanuele Molin ha logrado lo que era una quimera para Ettore Messina. Aunque lo importante será el título en los ‘play-off’, acabar primeros la fase regular sería un enorme estimulante para los blancos, hasta hace un mes completamente fracturados.
En definitiva, el mes de curso que queda va a ser de infarto. Tanto en fútbol como en baloncesto. Y los exámenes finales están a punto de empezar. Será necesario que los aficionados lo tomemos con calma, y mucho azúcar para los jugadores. Rivales, especialmente azulgranas, cuidado con el merengue…
